Dinamarca, en términos ciclísticos, no es como acá. No lo fue en la década del '30, cuando la bicicleta era el principal transporte de Copenhague, ni lo es ahora que el 50% de los trabajadores se va pedaleando a sus oficinas. Lo que sí es igual, es que la mayoría de sus adultos mayores ya no pueden subirse a un velocípedo y recuerdan con nostalgia cuando el viento les soplaba en la cara mientras recorrían las calles.
Ole Kassow, ciclista de 50 años, no estaba de acuerdo con que los viejitos ya no pudieran experimentar la sensación de montar una bicicleta. Al vivir cerca de una casa de cuidados, cada vez que pasaba pedaleando por ahí y veía a los adultos mayores sentados viendo cómo pasaba el día, se inquietaba y trataba de encontrar una solución. Hasta que un día, se le ocurrió.
Los rickshaws. Ahí estaba la respuesta. Los rickshaws son una especie de triciclos de carga, donde hay una persona pedaleando sobre una bicicleta que tiene conectado un carro donde pueden ir sentadas dos personas. Ole arrendó uno. Cuando llegó a la casa de cuidados en el vehículo a preguntar si alguien se aventuraba a dar un paseo, dos señoras se animaron. Fue un paseo de 10 minutos por las calles aledañas. Días después llamaron a Ole y le preguntaron "¿Puedes llevarnos de nuevos en bicicleta, pero esta vez un poco más lejos?"
Así comenzó Cycling Without Age (Ciclismo Sin Edad), la iniciativa que un año y medio después, tiene a 500 voluntarios pedaleando en 30 ciudades de Dinamarca, 150 en Noruega y con solicitudes provenientes de 30 países para poder aplicar la plataforma, un servicio que ofrece su sitio web.
Para Kassow, lo que lo mueve a hacer todo esto, siempre han sido dos factores:
1. Construir relaciones entre las generaciones. Cuando salen a pasear en los rickshaws, quien lo dirige puede ir conversando con los pasajeros. En general quienes están en hogares de cuidado tienen muy pocas relaciones sociales, muchos de ellos prácticamente nulas, por lo que esto es una tremenda oportunidad para contar sus anécdotas.
2. Devolverle la sensación a los mayores de lo que sentían cuando andaban en bicicleta. Lo que más rescatan los usuarios es poder tener nuevamente el viento en su rostro y ver la ciudad desde los bici carriles que tantas veces usaron para trasladarse.
"El problema de hoy en día es que hemos olvidado a los ancianos. Es como si su valor y contribución a la sociedad estén completamente olvidadas. En épocas anteriores eran vistos como oráculos y expertos, porque están llenos de consejos y sabiduría, pero ya pocos les hacen caso", ha señalado Kassow, quien agrega que "la clave es invitar a las personas mayores a la sociedad. Hacer que sientan que son necesarios y útiles".
El proyecto logró dispararse y extenderse a otras ciudades gracias a los alcaldes de estas. Ellos se enteraron de la iniciativa y pusieron los recursos para comprar las bicicletas con sus respectivos carros, ubicarlos en los centros para adultos mayores y ponerlos a disposición de los voluntarios. Esto de todas formas no hubiera sido posible si las calles de las ciudades danesas no contaran con la seguridad y señalética pro ciclistas que tienen.
Lo que pide Ole, es que cada persona que se entere de la iniciativa, se la diga al menos a una persona y que le pida correr la voz a ella también. Con eso, está seguro de que las ciudades van a ir mejorando y teniendo ciudadanos más felices.
Actualmente la iniciativa se está comenzando a llevar a cabo en California y Texas, Australia, Nueva Zelanda, Canadá, España, Austria, Francia, Países Bajos, Alemania, Reino Unido, Suecia y Finlandia. Si te interesa instaurarlo en nuestro país, lo primero que debes hacer es escribir un correo a start@cyclingwithoutage.org, diciendo por qué quieres empezar y si ya tienes un grupo de voluntarios que estaría dispuesto a sumarse. También, si tienes potenciales pasajeros de edad avanzada.
Al final del proceso, si todo sale bien, ellos mismo envían rickshaws al país.
El próximo proyecto que tiene Ole entre manos es Food Without Age (Comida Sin Edad), donde quiere que un adulto mayor se encargue de traer una receta antigua, puede ser familiar o que recuerde y junto a una persona más joven, hablen de ella, la preparen y la comunas juntos. Nuevamente el objetivo de este danés es que los ancianos traspasen sus conocimientos a las nuevas generaciones, entreteniéndose ambos.