El próximo 25 de mayo, en el estadio de Wembley, Inglaterra, será la final de la Champions League entre el Bayern Munich y el Borussia Dortmund.
En 2005 las acciones del Borussia en la bolsa de Frankfurt cayeron en un 80% debido a una pésima gestión que se venía desarrollando desde el '97. Sin embargo, ese mismo año el equipo se corona campeón de Europa a punta de fichajes millonarios que sólo incrementaban el déficit financiero. El grupo estaba en lo más alto de Europa pero casi quebrado.
Con Watzke a la cabeza de esta reinvención, se consideró clave recuperar el estadio. Para ello, llegaron a un acuerdo con los nuevos propietarios del Westfalenstadion que les permitió evitar la quiebra gracias al retraso en los pagos de arriendo de 2005 y 2006, además de negociar la opción de recuperar el 42 por ciento del recinto. A esto hay que sumar un préstamo de 79 millones del banco estadounidense “Morgan Stanley” para sanar las negativas cuentas del Club.
El plan continuó con la reducción de presupuesto principalmente a los altísimos sueldos del plantel. Asimismo, varios inversores apostaban por el club, como es el caso de la empresa de seguros “Signal Iduna” con la que se llegó a un potente acuerdo económico a cambio de que el estadio tuviese un nuevo nombre, el “Signal Iduna Park”.
A estas medidas se sumó la política de potenciar e integrar al primer equipo a juveniles formados en casa, en vez de optar por figuras de renombre. Los años de grandes despilfarros y sueldos exorbitantes habían terminado.
Las primeras dos temporadas de Klopp ayudaron a forjar un proyecto básicamente austero. El gasto en la plantilla bajó drásticamente a 30 millones de euros y los sueldos más altos ascienden a unos cinco millones al año (Reus, Götze y Hummels), les siguen Klopp con cuatro y Lewandowski con 1,5.
La búsqueda constante de jóvenes talentos, junto a una correcta planificación, trajeron consigo los primeros triunfos. En 2011 y 2012 el club gana consecutivamente la Bundesliga, siendo este último año el que aportó mejores estadísticas. Se mantuvieron invictos durante 28 encuentros y se coronaron campeones con 81 puntos, sólo superado por los 85 conseguidos por el Bayern este 2013.
A esto se sumó recientemente la incorporación de una impresionante máquina de entrenamiento diseñada por Christian Güttler, conocida como Footbonaut, que el equipo utiliza desde marzo del 2012, con excelentes resultados. El dispositivo ejercita el control y la velocidad de los jugadores para entregar un pase o disparar al arco, disparándoles hasta 200 pelotas en 10 minutos, a velocidades entre 60 y 120 km/h. y señalándoles como objetivo, mediante luces, alguno de los 64 cuadrantes que los rodean. Aunque su costo es alto (1,3 millones de dólares), los alemanes afirman que la máquina hace el trabajo de 16 entrenadores y 10 futbolistas lanzando pelotas al jugador, por lo que lo ven como una clara inversión.
El Borussia es la sensación de esta edición de la Champions. Es el único equipo que no perdió ningún partido y ha ganado todos sus compromisos como local. Fue primero de su grupo en la fase de grupos con 14 puntos, en octavos de final eliminó al Shakhtar Donetsk (5-2 global), en cuartos dejó atrás al Málaga (3-2 global), en semi derrotó al Real Madrid (4-3 global). Ahora, que venga el Bayern.
Las expectativas son altas y así lo demuestran las más de 500 mil peticiones de entradas de sus fanáticos según ha informado el club, que no ha dudado en calificar la situación como una "absoluta locura" tomando en cuenta que la ciudad de Dortmund tiene unos 590 mil habitantes.
Estos son los resultados generados por un club que se reinventó sobre la base de un proyecto a largo plazo y no en figuras. Un trabajo enfocado en hallar soluciones donde los equipos millonarios no buscan. Un modelo que, según creo, debería marcar un precedente en la manera de gestionar los clubes y el negocio del fútbol.