*Esta nota fue publicada originalmente en 2013 (6 de mayo).
No falta el amigo que pasa subiendo a Facebook fotos de lugares increíbles: Tailandia, el Ártico, Indonesia, la selva del Amazonas, Noruega, Kazakstán y quizás hasta Timbuktú. Y uno no puede evitar preguntarse: ¿Cómo diantres lo hacen?
Claro, hay algunos que tienen la suerte de contar con auspicio paterno, becas "madre de la república" o un trabajo que les rinde un montón de dinero y meses de vacaciones (el sueño del pibe ¿no?). Sin embargo, me atrevería a decir que un porcentaje importante de los verdaderos patiperros lo hace a costo, esto es, con un presupuesto mínimo, pero con todas las ganas y el espíritu de viajar. Irse de viaje con unos pocos dólares en el bolsillo es posible y es más simple de lo que pensamos.
A continuación, una pequeña guía para sacarle una buena cantidad de millas a ese arduamente ganado dinero.
Elige a dónde quieres ir. "Africa" o "Europa" son conceptos demasiado generales; mientras más especifiques, mejor. ¿Qué lugares en Africa quieres visitar? ¿Por qué país en Europa te gustaría comenzar tu viaje y por cuántos días / semanas / meses? Una vez que tengas uno o más lugares concretos en mente, puedes comenzar a hacerte una idea de cuánto dinero y tiempo vas a necesitar.
Una buena forma de estimar los costos que afrontarás en cada país es el sitio Numbeo, que permite comparar los costos de vida de muchas ciudades del mundo. Lo otro es consultar a personas que ya hayan hecho el viaje (ojalá recientemente) y revisar blogs y sitios de viaje para consultar las experiencias de terceros. Las guías de viaje como Lonely Planet y Frommer's son otra gran ayuda para la planificación.
Por último, una breve cotización en sitios web de pasajes aéreos (Despegar, Orbitz, Expedia, Travelocity, Kayak, etc.) y arriendos (Hostelbookers, Hostelworld, Tripadvisor, Booking) te permitirá hacerte una idea del dinero que necesitarás para dar el primer paso: llegar allá y alojar esos primeros días que tardarás en orientarte.
En primer lugar, ahorra. En vez de tomarte dos cafés al día, tómate uno solamente y pon el vuelto en un tarro o en un chanchito de greda. Llévate comida hecha en casa en vez de comer en el restaurante de la esquina y tómate una cerveza menos el fin de semana. Te sorprenderías con todo lo que se ahorra con estas pequeñas cosas.
Es muy importante llevar un registro cuidadoso de tus gastos, no sólo para ver dónde puedes ahorrar más, sino también para poder estimar cuáles serán tus principales costos durante el viaje.
Ve cuánto estás ahorrando en dos semanas o un mes y calcula cuánto te vas a demorar en ahorrar el dinero para el viaje o si puedes hacer algo más para meterle más monedas a la alcancía (caminar a la pega, irte en bici, conseguir un trabajo de medio tiempo, por ejemplo).
Si estás dispuesto o dispuesta a hacer cualquier cosa por viajar, en algunas circunstancias lo único que tendrías que pagar sería el pasaje de avión y un poco de transporte, y tal vez el costo de aplicación a la visa (en caso de que la necesites).
Ve si hay opciones de voluntariado en el lugar que quieres visitar: a menudo hay organizaciones que ofrecen comida y alojamiento gratis o a muy bajo costo para quienes quieran trabajar como voluntarios. Aquí es donde sólo tendrías que costearte el pasaje de avión y, a lo más, el transporte hasta el lugar.
De esta forma puedes ir ya sea a Sudán, Estados Unidos, India, Perú o una infinidad de ciudades y países más en todos los continentes. San Google te puede dar muchísima más información que yo en este respecto.
En el caso de Australia, Nueva Zelanda y Canadá, son muy populares las visas de trabajo y vacaciones (working holiday). Tengo una amiga que trabajó en Chile como promotora de cecinas en supermercados por meses y meses hasta que logró juntar suficiente dinero para irse a Australia, donde trabajó por seis meses y juntó suficiente dinero para viajar tres meses más por el Sudeste asiático.
Adicionalmente, en varias partes del mundo puedes trabajar en granjas a cambio de alojamiento y comida, conocido como wwoofing. Si haces esto, sólo necesitarías el pasaje de avión y el transporte hasta el lugar que escojas. Hay personas que van de granja en granja, aprovechando así de conocer el país en el que están.
Por otro lado, existen trabajos que consisten en, precisamente, viajar. El más obvio es ser tripulante de cabina en una aerolínea o formar parte del servicio en cruceros de placer (nadie dice que sean trabajos fáciles de conseguir, pero se puede). Otros trabajos menos vistosos también pueden llevarte a otros países: viajar en cargueros, conseguir que tu empresa te mande en viaje de negocios, actuar de reportero o fotógrafo freelance para revistas internacionales, por ejemplo. Todo depende de tus talentos y los contactos que seas capaz de hacer.
Dependiendo por cuánto tiempo te vayas, si tienes una casa o departamento, puedes dejarla en arriendo mientras viajas: puedes arrendársela a un amigo o familiar o dejar a alguien de confianza a cargo del inmueble mientras estás afuera. Siempre es bueno generar este ingreso extra mientras estás fuera.
Si eres un estudiante, ve en tu casa de estudios qué oportunidades de intercambio existen y qué becas hay en los lugares a los que quieres ir. En pocas etapas de la vida se ofrecen tantos beneficios para viajar como cuando se estudia: intercambios, magisters, doctorados, pasantías... las opciones son tantas y tan conocidas, que no hace falta detenerse mucho en este punto.
Si las opciones anteriores no te llaman la atención y sólo te interesa recorrer, hay buenas opciones para estirar tus fondos.
Una vez que llegas al lugar que quieres viajar puedes hacer couch surfing, a costo prácticamente cero; puedes hacer intercambio de casas o, si tienes un poco más de fondos, quedarte en un hostal o dormitorio pagando algunos dólares por noche. En Australia, donde incluso un hostal te puede salir más de veinte mil pesos por noche, hay muchos viajeros que traen carpas y pagan un cuarto de ese costo. Para estadías más largas, compartir el arriendo de un departamento con otros viajeros (flatshare) puede ser la opción más económica.
Como dato anexo, hay casos de personas que han viajado completamente gratis haciendo uso de las redes sociales. Probablemente el caso más emblemático es el del inglés Paul Smith, un ciudadano común y corriente que logró recorrer medio mundo gracias al apoyo de sus seguidores en twitter.
Aunque suene un poco drástico, son muchas las personas que renuncian a su trabajo para poder viajar. Si eres un poco más conservador o conservadora, haz lo posible por acumular vacaciones y prepárate para defender tus planes si es que tu jefe te tienta con oportunidades para ese período de tiempo. Algunos empleadores están dispuestos a aceptar que te tomes un período sabático más largo, siempre que sea sin goce de sueldo. No pierdes nada con preguntar si es posible.
En internet puedes encontrar varios testimonios de personas que han viajado con unos pocos dólares en el bolsillo. Busca y lee los que necesites para convencerte de que puedes hacerlo. Aquí tienes dos ejemplos, uno en español y otro en inglés.
A fin de cuentas, la parte más importante de poder viajar son las ganas y atreverse a tomar riesgos. Una vez que tienes un objetivo en mente y estás lo suficientemente motivado o motivada para perseguir esa meta, te aseguro que vas a encontrar la forma de lograr llegar hasta ese lugar. En mi caso, me tomó ocho años el poder llegar a Japón, pero fue una de las experiencias más gratificantes de mi vida.
Si siempre has soñado con ir a India, al Tíbet, al Gran Cañón, a los Montes Urales o al Kilimanjaro, haz algo al respecto. No lo dejes para mañana: parte desde ahora viendo cómo puedes llegar y qué es lo que tienes que hacer. Se puede.