Nunca más una cuenta de gas, calefacción o luz; el sueño de cualquier dueño o arrendatario podría estarse haciendo realidad. Es que este 25 de abril se pondrá en pleno funcionamiento el primer edificio del mundo que obtiene su energía en un 100% a partir de seres vivos, específicamente, a partir de algas.
Después de 4 años de trabajo interdisciplinario, la firma Arup construyó el BIQ, un edificio que obtiene su energía mediante una segunda fachada o "bio-piel" de algas. El edificio actualmente se exhibe en la feria IBA de Hamburgo.
¿Cómo funciona? Las que hacen el trabajo son las microalgas, unos organismos no más grandes que una bacteria. Las fachadas del edificio que dan al sol están cubiertas de "paneles bio-reactores" que en su interior contienen estas algas en agua, suministrada constantemente con nutrientes líquidos para alimentarlas. Las algas se alimentan, además, del CO2 que produce el edificio y de la luz solar del exterior, los otros dos elementos clave en la fotosíntesis. Todo lo que el alga debe hacer, entonces, es crecer.
Una vez que las algas han crecido suficiente, pueden ser cosechadas. Las algas se transportan por los canales del edificio hasta una planta de procesamiento que separa la "biomasa" y la transforma en gas metano, más otros aceites combustibles (Las producen hasta 5 veces más biomasa por área que las plantas terrestres). Esa es la primera fuente de energía. La segunda es tomada del calor solar térmico capturado por el agua misma contenida en los paneles, que es luego usada para calefacción y agua caliente. Además, cuando las algas crecen, aportan con sombra y aislación acústica.
El CO2 producido por la combustión de la biomasa es reingresado a los paneles, para alimentar a las demás algas, cerrando el ciclo energético.
Esta idea se había pensado, pero nunca se había llevado a la práctica por su complejidad. Arup demostró que la teoría era posible. Para conocer con más profundidad el sistema, le hicimos algunas preguntas a Jan Wurm, director del proyecto.
¿Es demasiado caro?
"La instalación de los 'bio-reactores' con los componentes de fachada y de servicio de hardware y de almacenamiento térmico, tiene un costo estimado del orden de € 1.800 a € 2.500 por m2 (1,1 a 1,5 millones de pesos chilenos por m2) dependiendo del tamaño del proyecto y el concepto de energía. Actualmente los costos de inversión son superiores a los de las tecnologías fotovoltáicas comunes (PV), pero se reducirán cuando este sistema de producción de energía se haga más común".
"Sí, es posible. El sistema de 'bio-reactor' se puede instalar en prácticamente cualquier edificio. La aplicación más eficiente es en edificios que tienen una salida constante de CO2 y una demanda de calor constante. Las instalaciones industriales y hoteles son los candidatos ideales."
"Primero, que debe ser implementado en un concepto energético integral, lo que requiere un diseño interdisciplinario en las primeras etapas del proyecto. Segundo, que el sistema también puede funcionar en climas fríos, pero la producción de energía es más limitada."
"Creemos que este sistema tiene un enorme potencial como tecnología complementaria a las células fotovoltaicas para nuevos medios construidos y desarrollo a gran escala. Esta tecnología vincula los flujos de las emisiones de carbono, el calor, el agua y la biomasa para crear ciclos cerrados que crean energía sustentable".
"Actualmente estamos en negociaciones con varios clientes del sector de la ciencia y la industria"
A continuación les dejamos un video explicando un proceso similar al que utiliza el BIQ:
¿Y si nuestro escritorio se alumbrara con plantas? Esta es una pequeña, pero útil demostración del potencial de la tecnología Bio-fotovoltáica (BPV). Es la "Moss Table", que contiene en su interior mini maceteros donde están plantado el musgo. El sistema es diferente al del BIQ: toda la energía de los electrones producida en la fotosíntesis es conducida por fibras dentro de la mesa que proveen de energía, aunque aún insuficiente para prender la luz del escritorio (que se incluye sólo de manera conceptual). Sí podría, por ejemplo, producir electricidad para un reloj digital.
Esta iniciativa forma parte del proyecto de investigación "Design in Science", que explora formas de diseño y ciencia para satisfacer a las personas. La mesa de musgo todavía es un concepto, pero demuestra el potencial de esta energía BPV a futuro. La idea de esta mesa es difundir la investigación BPV a un público más amplio.