Los implantes cocleares de oído se crearon hace unos 50 años para devolverle parcialmente la audición a personas sordas. A diferencia del audífono, que amplifica los sonidos, estos implantes se insertan quirúrgicamente y pasan por alto la parte dañada del oído, para estimular directamente el nervio auditivo. Pero aunque esto significó un avance increíble, medio siglo después algo sigue pendiente: la música.
Guitarra, violín, piano, flauta y distintas tonalidades se escuchan sin distinción con un implante. Esto es lo que quieren cambiar unos expertos de la Universidad de Washington, que desarrollaron un sistema que permite percibir de manera más sensible los sonidos. Las personas sordas podrían mejorar notablemente su percepción y disfrutar más de las melodías que nos ofrece el mundo. ¿Por qué lo hicieron? Ambos son melómanos.
Les Atlas y Jay Rubinstein están detrás de esta creación. Rubinstein toca diferentes instrumentos e interpreta música clásica, jazz y blues desde los 5 años. Viene de una familia de ingenieros musicales y, de hecho, su hermano Jon es conocido por haber inventado el iPod, junto a Steve Jobs.
Por su parte, Atlas había diseñado amplificadores de guitarra y efectos para los músicos de rock antes de convertirse en el profesor de ingeniería eléctrica que es hoy. Cuando notó que la tecnología aún no era capaz de hacer oír música a las personas sordas, comenzó a trabajar en el área de los implantes cocleares. Es un tema sensible e importante, ya que además, Atlas está perdiendo progresivamente su capacidad auditiva, igual como les pasó a su padre y su abuelo.
¿Por qué no compartir la música con quienes no la pueden oír?
El sistema fue probado con ocho usuarios que usan implante coclear. Crearon un algoritmo más dinámico que el de los implantes estándar, donde los filtros no son fijos y con esto se logró sensibilizar la recepción de las señales auditivas.
Para entender mejor, un algoritmo es un conjunto prescrito de instrucciones o reglas definidas, ordenadas y finitas que permite realizar una actividad mediante pasos sucesivos. Este camino conduce a un estado final y una solución. Pero ¿Qué tiene que ver con los implantes cocleares?
El algoritmo es el sistema que digitaliza y filtra el sonido percibido por un micrófono detrás de la oreja, enviando señales codificadas a un transmisor. Este transmisor envía esas señales por ondas de radio a un receptor que, a su vez, las convierte en impulsos eléctricos para que sean percibidos por el cerebro.
Normalmente, las personas que usan implantes cocleares perciben las palabras por sus sílabas y ritmos, pero nada más. Este nuevo sistema permitió que los usuarios pudieran distinguir de mejor manera el tono y el timbre de los sonidos. ¿Qué significa esto?
El tono se asocia con la melodía de una canción (las notas) y la entonación al hablar. Por su parte, el timbre se relaciona con el tipo de sonido que los diferentes instrumentos emiten o que las personas pueden tener en su voz. De esto se derivan tres cambios fundamentales que revolucionarían la vida de personas con discapacidad auditiva.
- Bienvenida música: Estos implantes podrían analizar el sonido en detalle, teniendo en cuenta incluso los pequeños cambios y la alteración de la forma en que la información se transmite a los nervios cocleares sobre la marcha . Aunque no iguala la audición normal, el resultado es una percepción mucho más robusta de la música. Tanto que el mejor resultado de la muestra logró percibir en un 90% los sonidos de forma correcta.
- Ruido de fondo sin problemas: Hoy en día, un implante es casi inútil cuando hay ruido de fondo o múltiples voces hablando. El sistema eventualmente debería ayudar a los usuarios a oír en situaciones ruidosas.
- Para entender cualquier idioma: Para los pacientes que hablan lenguas que dependen del tono, será de gran ayuda. Por ejemplo, en el chino mandarín un ligero cambio de tono en la palabra, que normalmente un implante no detectaría, puede cambiar completamente el significado de la misma.
"Esta es la primera vez que alguien ha demostrado un aumento de la percepción del timbre usando un sistema de procesamiento de señal diferente", dijo Rubinstein.
Estos resultados son parte de un estudio, que todavía está en su primera etapa. Lo que viene ahora es encontrar una manera de replicar este complejo algoritmo en un procesador lo suficientemente pequeño para que quepa en los implantes ya disponibles en el mercado. La idea es que los usuarios puedan mejorar su percepción de la música de la manera más fácil posible. Esto probablemente sea en unos pocos años.
- Personas con sordera total o profunda con un grado de comprensión pobre, donde todas las tecnologías de primer orden, como audífonos, hayan fracasado.
- Niños con hipoacusia grave o sordos menores de 5 años por su plasticidad neural. También adultos con lenguaje oral funcional o que tengan memoria auditiva por haber oído antes con audífonos.
- Contraindicado en niños sordos que vivan con padres sordos que hablan lenguaje de señas, con contadas excepciones.
- Contraindicado en personas enfermas y a las que no se pueda someter a anestesia general.
- No se implantan a personas que no estén vacunados contra la meningitis (Mencevax C).