¿Cómo es que Medellín pasó de ser la cuna del narcotráfico liderado por Pablo Escobar a convertirse en la cuidad más innovadora del mundo? 

Así al menos la catalogó el Land Urban Institute (ULI) este año, cuando dio a conocer al ganador del concurso City of the Year (Ciudad del año), organizado por The Wall Street Journal y Citigroup, dejando atrás a 200 candidatos y otros dos finalistas: Nueva York y Tel Aviv.

Y con justa razón. En menos de 20 años, Medellín, la segunda mayor ciudad de Colombia, con 2,5 millones de habitantes en su área municipal, no sólo logró bajar su tasa de homicidios en 80%, sino que logró también reconstituir su tejido urbano y social, acercando a sus habitantes tanto física como socialmente.

Cómo Medellín se ganó el medallón.

La primera clave del triunfo es el transporte público. El Metro de Medellín tiene dos pilares que lo han posicionado como uno de los medios de transporte más exitosos en el mundo:  Su aporte al medioambiente y su labor como agente de equidad social. 

Medellín se halla emplazada en un valle rodeado de altos cerros, cuyos habitantes debían escalar a pie o en largos traslados en transporte de superficie, viajes que hasta hace algunos años podían tomar hasta 2 horas. Por eso la ciudad se embarcó en una completa reformulación de su sistema de transportes.

Hoy, trasladarse por la ciudad de Medellín se puede hacer de varias formas:

Primero están los Metrocables, que es un sistema de cable aéreo muy similar a lo que conocemos como teleféricos y que tiene como objetivo integrar a las comunas que están más marginadas del centro, permitiéndoles transportarse por la ladera del valle. Esto fue posible gracias a una alianza público-privada, que tuvo un exitoso resultado, algo no tan común en nuestra América Latina: La Línea K se ejecutó con recursos de la Alcaldía de Medellín (55%) y la empresa Metro de Medellín Ltda. (45%) y la Línea J se construyó con recursos de estas mismas, en proporción de 73% y 27% respectivamente.  

Otra manera de movilizarse es el Metroplús, que se parece a nuestro Transantiago, pero son buses-troncales que funcionan a gas y sólo se detienen en estaciones de Metro (tren subterráneo), actuando en la práctica como un tren de superficie. 

Por último, desde 1995 y con una inversión de US$2.500 millones aproximadamente, está en funcionamiento el metro tradicional, que funciona con energía eléctrica, reduciendo sustancialmente la emisión de contaminantes en esa ciudad. Estas tres vías de transporte permiten eliminar del aire 175.000 toneladas de CO2 al año, lo que equivale a la plantación de 380.000 árboles. 

Otra innovación, también en transporte, fueron las escaleras mecánicas de la comuna 13, únicas en el mundo. En una zona que era conocida por ser una de las más pobres y conflictivas de la ciudad, se decidió hacer algo que le cambiara la vida a su habitantes. Para acceder a una estación de metro, los vecinos de la comuna debían subir 350 escalones, en lo que además de significarle a varios problemas por falta de aire, (Medellín está más de 1.500 metros de altura sobre el nivel del mar y rodeada de cerros), les consumía dos horas. El 2011, con un presupuesto de US$5,5 millones, se construyó una escalera mecánica de 384 metros de longitud, dividida en seis trayectos. ¿Su principal aporte? Ahora las más de 12.000 personas beneficiadas se demoran en llegar a la estación de metro lo que tarda un ascensor en subir hasta un piso 28. Esta construcción se vio acompañada de mobiliario urbano, paseos peatonales y áreas verdes. 

Percepción y liderazgo

El progreso de la ciudad la gente lo reconoce. La elección de la ciudad más innovadora del mundo se basó en un 50% en la calificación otorgada por la ULI y el otro 50% en la valorización de personas de todo el mundo. “Se logró cambiar una marca que estaba asociada con el narcotráfico por la marca de la innovación, que significa que sabemos resolver problemas, nos atrevemos a cambiar, somos capaces de unirnos como sociedad, esta es una marca que no nos soñábamos hace pocos años", dijo hace unos días Sergio Fajardo, gobernador de Antioquía, cuya capital es Medellín y de la cual fue alcalde. 

Un factor importante en el reflorecimiento de Medellín fue la alcaldía de Fajardo, que en el 2004 se propuso hacer de su ciudad, la capital del emprendimiento y la innovación en Latinoamérica. Seguridad, transparencia y cultura fueron las columnas de su administración que tuvieron continuidad en los alcaldes siguientes, cosa que fue clave para su desarrollo. El plan es consolidar como un territorio equitativo, eficiente y ambientalmente sostenible al Medellín del 2030. 

Esto es posible porque los alcaldes tienen mucho más poder en Colombia del que tienen en nuestro país. Ciudades grandes como Bogotá y Medellín sólo tienen un edil, que puede lograr hacer una transformación a través de proyectos a gran escala, con una gestión exitosa. 

Construir ciudadanos

Hay una preocupación por ofrecer lugares donde la gente "se construya" a sí misma. Como parte de sus innovaciones están los Parque Biblioteca: Edificios modernos en medio de espacios públicos y áreas verdes, que ofrecen a los ciudadanos libros y tecnología de punta.  Uno de los lugares escogidos para levantar una de estos centros culturales fue el cerro Santo Domingo, un epicentro de la violencia que hoy tiene un atractivo tanto para quienes viven ahí como para los turistas. También han invertido en museos, colegios en zonas marginadas. Por otro lado la empresa Metro mantiene 390 mil m² de áreas verdes, el equivalente a 48 canchas de fútbol. 

Éste y otros proyectos fueron posibles gracias al compromiso del sector privado, que aportó fondos y trabajos para varios de ellos. Un museo de ciencia fue financiado por 9 de las principales grupos económicos del país y, en otras ocasiones, los edificios fueron calculados ad-honorem por firmas de ingeniería.

Una de las claves que se repite en la formula de éxito de Medellín es haber mirado lugares rechazados por la sociedad y haber decidido hacer algo con y por ellos. Darles un valor para revertir la fama que tenían. La apuesta resultó. Aquí no se entendió la innovación como algo tecnológico, a lo que lo asociamos generalmente, se trató desde el punto de vista urbano: Cambiemos esta ciudad, no sólo construyamos, si no que démosle sentido a lo que hacemos. 

Justo hace 20 años murió el poderoso narcotraficante colombiano Pablo Escobar, que había convertido a Medellín en su cuartel y había logrado con esto atemorizar a los turistas y a sus mismos habitantes. Hoy, Medellín tiene por lema "un hogar para la vida" y, a todas luces, le hace honor al lema.