Antes de 2008, solo sabíamos que nuestra Luna era un lugar seco y árido. Un terreno con cráteres y completamente estático, por así decirlo. Sin movimiento, sin cambios, como un desierto. Pero ese año fue el primer descubrimiento definitivo de agua en el satélite. Desde la NASA, explicaron que se detectaron moléculas de hidroxilo (un átomo de oxígeno y otro de hidrógeno) esparcidos por la superficie lunar.
Ahora no solo sabemos eso, sino que la Luna contiene toneladas de agua y que varias de estas son liberadas con las lluvias de meteoritos. Al parecer, no es tan estática como alguna vez se creyó, y quién sabe con qué misterios escondidos nos seguirá sorprendiendo...
¿Qué no estábamos viendo?
“Durante la exploración inicial de la Luna y el análisis de todas las muestras que trajo el Apolo y las misiones lunares, creímos que la superficie de la Luna era seca”, explicó Mehdi Benna, científico planetario del Centro de vuelo espacial Goddard de la NASA.
Sin embargo, las misiones más recientes dieron vuelta lo que creíamos. “En realidad, hay altas concentraciones de agua helada en las regiones permanentemente sombreadas de los polos lunares”, agregó el científico.
Se estima que hay entre 100 y 200 millones de toneladas de agua, o mejor dicho, hielo de agua, recién descubierto. Este se encuentra principalmente en las sombras de los cráteres más cerca de los polos, donde la luz solar nunca llega y la temperatura máxima alcanza los -120°C.
Pero ¿cómo no se sabía esto antes? Lo que se había hecho años atrás era sacar muestras del satélite. “Tenemos de los astronautas del Apolo, que fueron a la superficie y trajeron rocas, principalmente de áreas cercanas al ecuador de la Luna”, dijo la científica de la NASA, Jennifer Heldmann.
La cosa es que no hay mucha agua ahí. De hecho, sería como buscarla en su ubicación más árida. “Así fue como empezó. Para nosotros, hoy aquí en la Tierra, es como si hubieras aterrizado en el desierto y afirmaras que el resto del planeta es así”, aclaró Jim Green, el director de la división de Ciencia Planetaria de la misma organización.
Polos congelados
Un año después de haber descubierto agua en la luna (2008), la NASA deliberadamente envió una misión hacia el polo sur del satélite, donde se encontró más hielo. En la siguiente imagen se puede ver la distribución de la parte congelada en la superficie, tanto en el polo sur de la Luna (izquierda) como en el polo norte (derecha). El color azul muestra su ubicación, la escala de grises indica la temperatura de la superficie (más oscuras las zonas que representan áreas más frías). Y el agua sólida se concentra en las sombras de los cráteres, los lugares más oscuros y fríos.
Hielo lunar detectado por el instrumento Moon Mineralogy Mapper de la NASA.
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Pero todavía quedaban dudas sobre las cantidades de H2O que podría haber en las latitudes centrales. Sin embargo, los datos de la nueva misión, una sonda llamada LADEE (Lunar Atmosphere and Dust Environment Explorer), enviada para estudiar el polvo y la atmósfera lunar, ya están entregando algunas respuestas, por ejemplo, sobre las masivas cantidades de agua que se libera durante las lluvias de meteoros.
Bombardeo a la Luna
Entre 2013 y 2014, la misión LADEE exploró su atmósfera y, en abril de este año, se publicó en la revista Nature Geoscience que la superficie lunar está liberando agua periódicamente.
En algunas épocas del año nuestro sistema atraviesa por órbitas de cometas, los que no nos afectan realmente, porque la mayor parte se queman en la atmósfera terrícola. Pero como la Luna no tiene nuestra gruesa capa protectora, las lluvias de meteoros chocan contra sus cráteres.
“Lo que descubrimos es que la superficie libera agua cuando la Luna es bombardeada por micrometeoritos. Lo que es especialmente notorio durante las duchas de meteoritos”, explicó Mehdi Benna, líder de la investigación.
“Cuando estos impactan en su superficie, el material del cráter queda vaporizado. También hay una onda de choque que se propaga hacia el exterior. Esa onda de choque lleva suficiente energía para liberar el agua”, dijo Benna, agregando que es expulsada hacia el espacio y eso es lo que LADEE detecta desde su órbita.
Además, evidenciaron que cuanto más fuerte son las corrientes de meteoros, más partículas de agua serán liberadas al espacio desde la Luna.
“Siempre creemos que la Luna es un lugar pacífico y desolado. Y ahora, con estos datos, vemos que en realidad es muy activa y receptiva”, enfatizó Benna.
Relativamente húmeda
Y aunque la Luna efectivamente alberga altas cantidades de agua, es necesario mencionar que la humedad ahí es un término relativo.
Como explicó el líder de la investigación, la concentración de agua no es muy alta en la capa mojada de la Luna. De hecho, está oculta bajo una capa de ocho centímetros de suelo completamente seco, y la humedad es del 0,05%, lo que sigue siendo más árido que el desierto más desértico de nuestro planeta. Esto significa que ese subsuelo "húmedo" nunca podría convertirse en un terreno fértil, explicaron desdeABC.Pero aun así es un descubrimiento fundamental para las futuras exploraciones, el cual mejora la comprensión del pasado geológico del satélite natural y su evolución continua, indicaron desde la NASA.
Y aprender más sobre el hielo, agua y la humedad lunar, sobre cómo llegó ahí y cómo interactúa con su entorno, será el enfoque de las próximas misiones a nuestro blancucho vecino más cercano.
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