El otro día me junté con un amigo en una cafetería y nos pusimos a conversar sobre el estreno de la película Alita. Yo soy muy fan del animé en general, por lo que me genera reticencia cualquier remake o incluso cualquier live action que hagan a partir de este o del manga (comic japonés). Creo que ninguna nueva versión superará al original y también pienso, ¡deben haber más ideas originales en el mundo! (Sí Disney, te hablo a ti con tus incesantes actualizaciones de tus películas viejas). Pero bueno, me estoy desviando.
Entonces estábamos hablando sobre que el personaje de Alita es una cyborg (o sea, parte máquina parte sistema orgánico) y que yo encontraba súper futurista pensar en eso, cuando el me dice: “pero ¿no conoces a los transhumanistas?”. Y yo lo miré con cara de no estar entendiendo nada, así que me explicó a grandes rasgos qué son y qué buscan. Pero como su explicación no fue suficiente, hice un poco de investigación y googleos varios, y acá les traigo lo que encontré.
No les mentiré, obvio que lo primero que pensé fue “ah, esta gente es como los terraplanistas o los antivacunas”. Para mi sorpresa estaba muy equivocada, y no solo eso, el transhumanismo (H+) es una ideología que lleva muchísimo tiempo entre nosotros, solo que no se había definido con dicho nombre.
Una definición más bien sencilla nos dice que el transhumanismo es un movimiento cultural e intelectual que busca mejorar la condición humana por medio de la tecnología. Suena complejo, pero en realidad es algo que ha estado presente en nuestras vidas desde siempre, la creación de dispositivos como patas de palo (inevitable imaginar un pirata, lo sé), anteojos, y dientes falsos, entre otros, podemos verlos presentes en momentos muy antiguos de la historia y la literatura.
Lo que antes eran mejoras increíbles para el ser humano, para nosotros son elementos casi “básicos” de nuestra vida y esto en gran parte está dado por los crecientes avances tecnológicos del siglo XX, que siguen apareciendo a pasos acelerados en estas dos primeras décadas del siglo XXI. Es gracias a esta tecnología que los transhumanistas pretenden mejorar al Homo sapiens para llegar a estados de súper-inteligencia, superfuerza e incluso inmortalidad.
Las modificaciones al cuerpo humano están ocurriendo querámoslo o no. Los transhumanistas esperan que en el futuro tengamos implantes que aumenten nuestros sentidos para ser capaces de detectar radiación infrarroja o ultravioleta de manera directa, o mejorar nuestras capacidades cognitivas al conectarnos chips de memoria. Básicamente, la unión de humano y máquina. ¿Pero es tan solo eso?
No. Como sociedad ya nos hemos acostumbrado a utilizar avances tecnológicos en medicina para ayudar a los lesionados, enfermos y ancianos a mejorar su calidad de vida; usamos implantes para corregir problemas cardíacos, bombas de insulina para regular la diabetes, y la cirugía plástica se ha vuelto una solución a un diverso número de problemas (ya sean del aspecto fisiológico como de la autoestima).
Sin embargo, el uso de ciertos avances levanta un montón de preguntas éticas que hasta el momento no han encontrado una respuesta que satisfaga a todo el mundo. Por ejemplo, lo sucedido con el deportista Oscar Pistorius, quien luego de sufrir la amputación de sus dos piernas a temprana edad, logró marcas mundiales en pruebas de atletismo al usar prótesis de fibra de carbono (sí, además de ser condenado por asesinar a su esposa, ninguna blanca paloma). Ahí la pregunta es si estas prótesis le entregaron alguna ventaja respecto a otros atletas. Y en caso de ser así, ¿habrá atletas que aceptarían amputar sus piernas por obtener prótesis que mejoren su rendimiento? Las dudas éticas están ahí.
El transhumanismo es un tema que dará que hablar, sobre todo en el futuro cercano, pero para que no nos quedemos con esa sensación de que todo es una lucha moral, les traigo a dos personas que han llevado el tema un poco más allá de lo esperado… en formas menos tradicionales.
Neil Harbisson: es un artista británico que nació con una rara condición que solo le permite ver en blanco y negro. En 2004, se implantó una antena de manera permanente, integrada a su cráneo. Esta antena traduce el espectro de colores en vibraciones, lo que le permite “oír” los colores. Harbisson se considera transespecie, ya que “la definición de humano ya no lo contiene”.
Wikimedia |
Rob Spence: cineasta, perdió su ojo derecho cuando niño a causa de un accidente con una escopeta, motivo por el cual decidió incluir en su ojo prostético una cámara y comenzar el Eyeborg Project. La cámara puede ser encendida o apagada y tiene la posibilidad de brillar con un “look tipo Terminator” que hace de Rob el rey de las fiestas. En TEDxToronto 2011, explica un poco sobre cibernética y el uso de prótesis.
Más allá de si usamos una prótesis, un marcapasos o simplemente lentes ópticos, la gran pregunta es cómo el transhumanismo va a afectar nuestros cuerpos, pensamientos y comportamientos, como individuos y sociedad. Nos tenemos que preguntar, ¿queremos estos cambios para aumentar nuestra calidad y tiempo de vida?, ¿comenzarán las personas totalmente sanas a eliminar sus miembros y reemplazarlos por prótesis mejoradas? Creo que solo nos queda esperar y ver qué pasa. Por mi parte, mientras menos me intervengan, mejor.