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Imagen: César Mejías

Arqueólogos descubren que Stonehenge fue el centro del carrete neolítico

Un nuevo estudio señala que la importancia ritual de Stonehenge fue mucho más que un fenómeno local, indicando que la movilidad e interconectividad entre los británicos neolíticos habría sido mucho mayor de lo que se pensaba.

Por Francisco J. Lastra @efejotaele | 2019-03-19 | 11:00
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“Los resultados demuestran que el Neolítico Tardío fue la primera fase de la conectividad pan-británica", escriben los autores, mostrando "un nivel de interacción y complejidad social que no se apreciaba anteriormente”.
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Así como en Chile se nos conoce por el buen vino y los terremotos, Stonehenge, el famoso monumento monolítico del 3.000 AC, es una de las primeras cosas que se vienen a la mente cuando se piensa en Inglaterra (junto con quizá la Reina, el Big Ben y el imperialismo). Pese a que este conjunto de piedras ha maravillado y obsesionado a científicos por siglos, lo cierto es que aún lo rodea un velo de misterio.

Por suerte, la tecnología de investigación científica sigue avanzando y, poco a poco, vamos conociendo más detalles de lo que ocurrió en Stonehenge y sus alrededores. A continuación, les contamos sobre un nuevo estudio. Un adelanto: tiene que ver con los carretes más legendarios del neolítico británico.

¿Qué función cumplía Stonehenge?

En primer lugar, hay que aclarar que, aunque Stonehenge acapara siempre todos los titulares, no se trata de la única formación de este tipo. A lo largo de Inglaterra e incluso en Escocia, son varios los lugares con restos o indicios de que hubo alguna vez paisajes rituales similares a Stonehenge.

Sin embargo, su sofisticación arquitectónica, el origen distante de las piedras utilizadas en su construcción y el hallazgo en su terreno de uno de los cementerios crematorios más grandes del neolítico, le dan obviamente la notoriedad que merece.

¿Pero para qué exactamente se usaba Stonehenge? Si se dieron un esfuerzo monumental para construirlo, no nos imaginamos que luego hayan dicho, “ya, listo, pega hecha, ahora nos vamos a nuestras aldeas para morir a los 30 años por un resfriado simple”.

Teorías sobre Stonehenge hay para todos los gustos (incluyendo una de ovnis y gigantes), pero en cuanto a su función, varios investigadores coinciden en que este y otros sitios similares, tenían una importancia ritual.

La naturaleza de estos rituales está abierta. Algunos científicos sostienen que habría sido un culto a los muertos, y que Stonehenge habría sido el punto final de una procesión que simbolizaba el paso de la vida a la muerte. También hay hipótesis de un factor astronómico, debido a la posición de las piedras. Otros investigadores apuntan a una función social, y que el lugar habría servido como punto de reunión para las diversas tribus neolíticas (cada una de las piedras habría simbolizado uno de cinco linajes ancestrales). Ninguna de estas teorías cancela a la otra.

Por suerte, gracias a restos humanos y animales, de algo estamos seguros: se hacían importantes carretes que, según científicos, no fueron igualados incluso en tiempos de ocupación romana (y esos sí que sabían cómo gozar).

Un reciente estudio de científicos británicos, descubrió algo aún más impresionante respecto a esto: hace miles de años, gente venía de toda la isla para celebrar en Stonehenge y en otros lugares similares.

Un festín de chanchos

La ciencia, en muchas ocasiones, se tiene que poner creativa para sortear obstáculos que le impiden llegar a sus objetivos. Los restos humanos de Stonehenge, por ejemplo, son escasos y poco aptos para análisis moleculares, ya que la mayoría han sido cremados. No así un importante invitado a estos festines: los chanchos.

Arqueólogos han encontrado e identificado restos de estos animales en Stonehenge y sitios ceremoniales vecinos como Durrington Walls (que es parte del mismo lugar arqueológico), Mount Pleasant y Marden, todos ubicados en el sur de Inglaterra.

Un grupo de científicos realizó, recientemente, unanálisis isotópico múltiple de estas muestras, algo que suena inentendible pero que es muy útil para esbozar el origen geográfico de un ser vivo. ¿Cómo? Los seres vivos tienen e incorporan continuamente isotopos de elementos como azufre, carbono y nitrógeno en su cuerpo a través de, por ejemplo, lo que comemos y el aire que respiramos. Algunos de estos isótopos son radioactivos y se degradan con el tiempo (algo útil para datar restos, por ejemplo), otros son estables y pueden darnos pistas de diversas variables, como clima, altitud y geología del sitio geográfico donde vivió la persona y su dieta.

Con los chanchos encontrados, datados entre 2.800 y 2.400 AC., realizaron este proceso sirviéndose de seis isótopos específicos. El análisis arrojó algo muy llamativo en los cuatro lugares analizados: valores isotópicos muy variados entre las muestras, incluso más que en restos hallados en antiguas fortalezas romanas. En otras palabras: los chanchos debían provenir de lugares distintos y muy distantes. Esto indicaría que sus dueños, es decir, la gente que participaba en las fiestas, también debían desplazarse grandes distancias para llegar a estos lugares. Y esto, señores, es una anomalía importante en el contexto de una Britania neolítica.

Si leyeron Sapiens: De animales a dioses, el mega bestseller-que-sale-hasta-en-la-sopa, del historiador Yuval Noah Harari, recordarán que el humano neolítico, luego de la adopción de la agricultura, raramente salía fuera de las aldeas donde habitaba. ¿Para qué hacerlo si su sustento dependía de lo que podían cosechar y de los animales que criaban en sus mismos hogares? Existían, obviamente, redes de comercio, pero a grandes rasgos la movilidad era muy limitada.

Es notable, entonces, que gente de lugares tan lejanos como Gales e incluso Escocia, en la otra punta de la isla, hayan llegado a este lugar, ¡y con chanchos! “Los cerdos son poco aptos para el traslado a grandes distancias”, señala el estudio, “y como principal animal domesticado en el Neolítico tardío de Gran Bretaña, habría sido mucho más fácil obtenerlos cerca de los centros de banquetes que en otras partes de Gran Bretaña”.

Es decir, los asistentes a estos banquetes hacían todo de la manera más difícil. No solo no aprovechaban los chanchos locales, sino que se traían los suyos propios, con todo el cacho que eso significaba, desde cientos de kilómetros de distancia. ¿Por qué? Seguramente porque existían convenciones o reglas que dictaban que los participantes de estos eventos debían aportar con animales criados por ellos mismos.

Los hallazgos son una importante revelación de la naturaleza de sitios como Stonehenge, de los lazos entre grupos neolíticos británicos y su capacidad de movilidad. Recordemos que esto no habría sucedido una vez, sino de forma repetida a lo largo de varios siglos. ¡Imagínense! Gente viajando, trayendo su cuota para la fiesta y celebrando con desconocidos de todas partes del país a la luz de la luna, ¡hace casi 5.000 años!

Los resultados demuestran que el Neolítico Tardío fue la primera fase de la conectividad pan-británica", escriben los autores, mostrando "un nivel de interacción y complejidad social que no se apreciaba anteriormente”.

Y para los amantes del misterio, no se preocupen. Este estudio no confirma ni niega ninguna de las posibles teorías sobre la función de Stonehenge, por lo que misterio hay para rato.

¿Cuál crees que fue la función de Stonehenge?

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Comentarios
Marcelo Campos | 2019-03-21 | 18:25
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Lo pasaban chancho.

Apaguen la luz.
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Mauricio Melo | 2019-03-25 | 10:21
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A lo mejor era una competencia de lanzamiento de chanchos?, y un concurso de los mejores chanchos??, el día del chancho! y era simplemente un megaevento, un gran comercio tradicional para exponer y vender a sus mejores chanchos!
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Francisco J. Lastra | Colaborador | 2019-03-25 | 15:50
1
Y con ustedes: ¡Mr. Chancho Neolítico 2607 a.C!, jajaja.
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Mauricio Melo | 2019-05-28 | 14:38
0
Exacto, Formula Chancho -2607!!
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