Hace un tiempo, en El Definido les dimos consejos para viajar con pocas lucas. Y una de las cosas que enfatizaban los aventureros, era que hoy es más factible que nunca hacerlo, principalmente por la cantidad interminable de información que se puede encontrar en internet.
Hicimos uso de algunos recursos que los entrevistados nos dieron, y nos dedicamos a buscar voluntariados que se pueden hacer fuera de Chile. Muchos de ellos son gratis, pero también hay increíbles oportunidades donde hay que pagar. Desde ser tutor de niños, hasta cuidar la biodiversidad en lugares que nunca imaginaste visitar. Acá te contamos algunas opciones para que las tengas en cuenta si te quieres pegar una escapada que pueda cambiar tu vida y la de alguien más.
Antes los planes de vida de la gente parecían estar un poco más estructurados. Sin embargo, los límites cada día se van ampliando más. No hay una única opción, sino que hay más facilidades y mucha información para aventurarnos a nuevas alternativas.
Por lo mismo, en 2017 alrededor de 6.500 personas de todo tipo de profesiones participaron en Voluntarios ONU (UNV, por sus siglas en inglés) y la proporción de asignaciones cumplidas aumentó del 28% en 2014, al 40% en 2017, explicaron en un informe.
Son muchas las razones de por qué alguien elegiría hacer un voluntariado. Por supuesto que el principal propósito siempre debe ser las ganas de ayudar, pero la experiencia final puede entregar mucho más, por ejemplo, conocer nuevas culturas y gente nueva, viajar, aprender de distintos estilos de vida, etc.
“Decidí convertirme en una voluntaria de la ONU, porque era una buena oportunidad para volver al país de origen de mis padres y ayudar a empoderar a las mujeres de Vietnam a encontrar habilidades y conocimientos [...] Me siento realmente honrada de poder contribuir a su empoderamiento para crear las mismas condiciones, para que puedan seguir sus carreras y al mismo tiempo cuidar de sus familias”, dijo Sue Nguyen, voluntaria juvenil de la ONU.
En el siguiente video activa los subtítulos y su traducción, en la configuración.
En general, se les da un subsidio a quienes participan a través de UNV, con el objetivo de mantener un nivel de vida seguro y modesto en el lugar de destino, pero no debe entenderse como salario, como explicaron en su página web (junto con los requisitos y formas de postular).
Algunas de las alternativas que ofrece UNV son:
- Empoderamiento Juvenil en Jordania
- Especialista en paz y desarrollo en Etiopía
- Especialista Forestal en Hungría
Se puede conocer playas, culturas y gente, casi sin gastar dinero. Igual nada es gratis en esta vida y si no es dinero lo que usamos, sí implica tiempo y definitivamente esfuerzo. Pero un esfuerzo que supera las expectativas de muchos. Así fue el caso del español Alejandro Alfeirán, quien compartió lo que vivió en Colombia en su blog.
“Lo cierto es que no me lo esperaba. Ni en mis mejores sueños. Comencé esta aventura con más dudas que certezas, como comienzan todas las cosas nuevas”, dijo.
Primero llegó a la Fundación Anawim, una organización religiosa que acoge voluntarios. Ahí trabajó con jóvenes, aprendió sobre valores sociales en un país que desconocía y sobre la cultura local, mientras ayudaba en colegios. Hacía charlas a niños, clases de arte, talleres de manualidades, hacían caminatas, se iba de retiro con jóvenes de distintos cursos, fotografiaba. “Eres lo que sabes dicen, y aquí, aportas tu conocimiento al grupo”, contó Alejandro.
Algo que no tenía planeado sino que simplemente se fue realizando: “Con una aplicación, Internet y un poco de paciencia había conseguido vivir muchas más experiencias, conocer una cantidad de personas y ver tantos lugares que en los últimos años de mi vida en España”.
Así vivió seis meses en Colombia. Luego de ayudar en la Fundación Anawim, probó algo muy distinto (y especialmente difícil de encontrar, al menos en Chile). Se fue a los Bosques de Cacao Yariguies,donde conoció la vida en el campo. Aprendió del proceso del cacao y lo mejor de todo fue que trabajaba en el corazón de Colombia, rodeado de naturaleza y paisajes impresionantes, contó.
Terminó su recorrido ayudando en Travelers Hostel, que quedaba en una playa de la que se enamoró instantáneamente, Santa Marta. “Lo mejor de todo era la cantidad de personas que conocía al día”, dijo. Vivió un intercambio cultural diario en el que aprendió nuevos idiomas y conoció gente de todas partes.
No solo se trata de ayudar en hostales para pagar los gastos y conocer distintas culturas. Si buscas aprender sobre majestuosos animales como los elefantes, hay muchísimas opciones.
Hay santuarios donde la rehabilitación de estos enormes mamíferos es la prioridad, ya que muchos de ellos acogen animales retirados del trabajo forzado en cautiverio, como la industria maderera o actividades turísticas dañinas.
Si te gustaría cuidar elefantes y viajar a Tailandia a la vez, acá te contamos de buenas opciones, como el programa de voluntariado en el Santuario Kindred Spirits o el de Burn and Emily (BEES).
“Hay alrededor de 4.000 elefantes en cautiverio en Tailandia, la mayoría de los cuales viven en condiciones inadecuadas con un cuidado incorrecto y la falta de libertad. [...] Estamos trabajando para que la mayor cantidad posible de elefantes puedan volver a su hábitat natural, así como para crear conciencia sobre la situación de los elefantes en cautiverio”, explicaron en Kindred Spirits.
Ambas son organizaciones acreditadas que priorizan las necesidades del animal y no permiten actividades en las que sean explotados, dijeron en el blog de viajes GoOverseas, donde entregan una amplia gama de opciones para hacer voluntariados y cuidar de estos animales. En estos casos hay que pagar una cuota, pero por lo que evidencian las imágenes de sus páginas web, definitivamente es una experiencia única y una gran causa que recordarás por siempre.
“Es único ver elefantes en su hábitat natural, teniendo la libertad de elegir qué quieren comer y cuándo. Es una gran oportunidad para aprender sobre los elefantes asiáticos y la situación real de los elefantes en Tailandia”, reflexionó Darian Weber sobre su experiencia en 2017.
La organización International Volunteer for HQ (IVHQ), entrega muchas opciones alrededor del mundo. Por ejemplo, cuidar elefantes en Sri Lanka, proteger a los lobos en Portugal o a la conservación de las tortugas marinas en Bali o Guatemala. Es una Empresa B, reconocida como una de las organizaciones más grandes del rubro del voluntariado. Se creó en 2007 y trabajan en más de 40 destinos.
“Nuestros proyectos de conservación de la vida silvestre, conservación del lobo y conservación del elefante salvaje, le brindan la oportunidad única de proteger paisajes naturales, aprender sobre técnicas de conservación, así como estudiar y monitorear especies nativas y en peligro de extinción”, explicaron.
Nueva Zelanda y Australia también son países donde hay muchísimas opciones de ayudar, especialmente en temas de conservación. Y además es un destino especialmente codiciado por los chilenos.
Conservation Volunteers Australia, es una de las organizaciones recomendadas para entregar este tipo de ayuda. Cobran una cuota para cubrir los gastos de alojamiento y comida de los voluntarios, cuyo objetivo es ayudar a reforestar, restaurar parques y proteger distintas especies de animales.
“Amamos la vida silvestre de Australia, y puedes unirte en la protección y restauración del hábitat de especies en peligro incluyendo a los Koalas”/ConservationVolunteers |
¿O a quién no le gustaría conocer Costa Rica? Dicen que por allá hay “Pura vida”, y en La Tortuga Feliz puedes aprovecharla ayudando en su programa de conservación de tortugas dirigido por voluntarios y para voluntarios.
El objetivo es proteger a las tortugas marinas, mejorar sus condiciones de vida y educar a los habitantes locales. Los voluntarios pueden hacer distintas actividades, como patrullar la playa, recoger los huevos de tortuga y llevarlos a un criadero, además de participar del cuidado e investigación para la recuperación de tortugas adultas en el centro de rescate y rehabilitación.
Solo se debe tener entre 18 y 65 años y pagar alrededor de 35 dólares al día (23.400 pesos chilenos) para cubrir los costos del cuidado de los animales, la comida de los voluntarios y el alojamiento.
Otra atractiva opción, especialmente para alguien que ha estado siempre en la ciudad o anhela el contacto con la tierra, es vivir de cosechar tus propios alimentos. Escapar de tu rutina y vivir sin gastos innecesarios, además de aprender del campo y maneras de cultivar tú mismo.
Esto hacen en WWOOF (WorldWide Opportunities on Organic Farm), conectan a quienes quieren aprender en las granjas orgánicas y pequeñas propiedades, con otros que deseen compartir sus estilos de vida, enseñar nuevas habilidades y recibir ayuda de voluntarios. La organización se puede encontrar en distintas partes de África, América, Asia, Europa, Medio Oriente y Oceanía.
¿Cómo funciona? Los anfitriones ofrecen comida, alojamiento y oportunidades para quedarse y aprender sobre cultivo. A cambio, los voluntarios (WWOOFers) ayudan en la tierra entre 4-6 horas al día, mientras adquieren habilidades sobre formas de vida sostenibles. Pueden ser en muchas tareas, como sembrar semillas, hacer compost, jardinería, plantar, cortar leña, cosechar, cercar, hacer ladrillos de barro, hacer vino, queso, pan, etc.
“Muchos WWOOFers quedan tan inspirados por la experiencia, que terminan cambiando sus estilos de vida e incluso estableciendo sus propias granjas orgánicas”, explicaron en la página.
En el siguiente video activa los subtítulos y su traducción, en la configuración.
Recorrer el mundo y ayudar mientras tanto, ya sea haciendo tutorías para niños, ejerciendo talleres para mujeres, cuidando de animales, restaurando hábitats o aprendiendo a cosechar. Hay una lista interminable de estas experiencias, múltiple información y excelentes recomendaciones de quienes ya se han embarcado en estos voluntariados. Además, hay páginas en las que puedes ir buscando las mejores opciones para ti, que se acomoden a lo que buscas, justo en el lugar que quieres visitar (dos ejemplos son: VolunteerMatch; Idealist.org).
“Al final el mejor plan siempre es el más sencillo, quedarse con los voluntarios que conviven contigo, comprar algo de comida y dejar fluir las conversaciones para conocer otras culturas y formas de ver la vida”, dijo Alejandro respecto a su experiencia en Colombia. Solo hay que atreverse a hacer el switch, probablemente el mayor ganador es uno mismo.