Lo más seguro es que más de una vez te has sorprendido con el protocolo que existe para comer en Chile y con las curiosas costumbres protocolares que existen alrededor del mundo. ¿Cuándo se usan los palillos?, ¿se puede comer con la mano?, ¿en serio puedo eructar al terminar la comida o es un mito? ¿Es mal visto sorber una sopa? Acá resolveremos todas esas preguntas.
Para eso, partiremos con un recorrido rápido por las reglas de protocolo y normas sociales que han sido utilizadas desde que se generalizó el uso de la cuchillería en el siglo XVIII.
Después veremos algunos datos curiosos que, si no llegamos a utilizar, al menos servirán para una conversación con amigos. Además, nunca se sabe si nos invitarán a una cena de gala o si llegará nuestra abuela desconocida a decirnos que somos princesas.
Si bien lo común es usar tenedor, cuchara y cuchillo —al menos en Occidente-, más de alguno se puede haber encontrado cara a cara con una mesa en la que podrían comer tres personas por cada puesto y que tienen filas de cuchillería y, como mínimo, tres tipos de copas. ¿Cuál deberíamos usar? ¿O mejor esperar y ver qué hace el resto de los comensales? Vamos por parte.
Nos puede parecer fuera de época y un tanto innecesario, pero cada servicio y copa fue creado con una finalidad especial. Por lo mismo, hay más de 32 tipos diferentes, pero nombraremos los que son más probables de encontrar en una cena de gala tradicional o en la casa de nuestra tía obsesionada con la etiqueta. Comenzaremos por la pieza más utilizada: el tenedor.
Existen tenedores para el plato principal, aperitivos o entradas, pescados, postres, frutas, ensaladas y otros para mariscos, aunque no son tan comunes. El tenedor para el plato principal tiene cuatro puntas y es el más grande de los que se ponen al lado izquierdo del plato.
El tenedor para aperitivos es un poco más pequeño que el anterior y también tiene cuatro puntas. El que sirve para pescados es un poco más ancho y pequeño que el de entradas, puede tener tres o cuatro puntas y hasta una mueca en la punta media, ya que sirve para mover espinas, piel y separar la carne. El de postre es pequeño, tiene cuatro puntas y está arriba de nuestro plato. El tenedor para fruta es aún más reducido, muy similar al que se usa para comer torta, y tiene tres puntas. Para finalizar está el de ensaladas que es mucho más grande que los demás y por lo general se utiliza para servir, puede ser un poco redondeado y tiene “tres dientes”.
En este mundo tenemos las cucharas, los cucharones (o cazo de servir), salseras, soperas, para ensaladas, café, té, salsas, consomés y postres (incluso existen cucharas para helado y café helado), entre otras menos comunes. Las que podríamos ver en una mesa que siga el protocolo al pie de la letra serían las salseras y para ensalada, con las que más que servirnos comida en el plato, no nos vamos a relacionar.
En nuestro puesto, luego de los cuchillos, al lado derecho del plato, deberían estar las cucharas para el consomé y las soperas. Las primeras son menos ovaladas y un poco más pequeñas que las soperas, las que son más grandes y con una curva mayor. Posteriormente, está la de postre, arriba de nuestro plato, un poco más pequeña. Al final está la cuchara de café, que es la más pequeña de todas y sirve mayormente para revolver.
Ahora pasamos a los elementos más filosos de la mesa: los cuchillos. Por ningún motivo debemos chupar o pasar la lengua por este cubierto, porque evidentemente nos podemos cortar y no es considerado de buena educación. Para nada.
Existen variados tipos de cuchillos y podemos diferenciarlos por su tamaño, forma y filo. Tomando esto en cuenta, los más utilizados son: el de mesa, para carnes, pescados, mantequilla y quesos.
El de mesa, por lo general, no es muy afilado y se usa para cortar. Como su nombre lo dice, se utiliza para cortar o trozar la carne, es bastante filudo y tiene serrucho. El de pescado, también llamado pala de pescado, no posee filo porque no está hecho para cortar, sino para separar la carne. Lo podremos identificar porque es más ancho y pequeño que el de mesa y tiene una mueca en la parte superior.
El cubierto para la mantequilla, también denominado cuchillo de untar, es más pequeño, se ubica sobre el plato de pan y a la izquierda del plato principal. No tiene filo y se puede identificar porque la parte delantera es redondeada y un poco más ancha.
Por último, el cuchillo de queso, no lo utilizaremos directamente en nuestra comida, pero es el que sirve para trozarlo adecuadamente. Hay de distintos tipos, pero, por lo general, tienen agujeros en el filo para que el queso no se pegue y así podamos obtener láminas.
Las copas y servilletas, si bien no son un cubierto en sí, son esenciales en la mesa. No existe un consenso entre los expertos en protocolo sobre dónde debe estar ubicada la servilleta, pero lo más común es que sea a la izquierda del plato principal o sobre él.
En cuanto a las copas, existen de variados tipos y tamaños, siendo común que en la mesa se pongan tres: para el agua, vino tinto y vino blanco, en ese orden, respectivamente, y de izquierda a derecha. Se pueden identificar porque la de vino tinto es la más grande y profunda de las tres, la de agua es muy similar a la de vino blanco, pero un poco más redondeada y pequeña. Todas se ubican en diagonal al plato y en el costado derecho.
La servilleta, además, debe ponerse sobre el regazo y jamás usarse colgada en el cuello. Si necesitamos apuntar, debemos usar el pan (trozo cortado previamente con la mano), y no con el cuchillo ni el dedo.
Fuente: Mi plato |
La posición de los cubiertos no da lo mismo. Dependiendo de ella, podemos marcar si terminamos, solo estamos descansando, o si nos gustó o no la comida. De esta forma, facilitamos la tarea de quien retira o sirve, y de paso, felicitamos o criticamos al chef (sin sacarlo de la cocina).
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¿Has visto alguna película, viajado a un país o visitado un restaurante donde mayormente se coma con las manos o solo se usen los palillos? Aunque no lo creas, también hay reglas para comer con esta modalidad. Así que, para que no des una mala impresión, te contamos de algunas curiosas costumbres (para este lado del globo).
En Japón, China, Vietnam y Corea del Sur se utilizan los palillos chinos, también denominados zhú, y que son de madera (antiguamente bambú). Lo primero que debemos saber es que no se usa cualquier palillo, sino que hay medidas acordes al tamaño de la mano del comensal. Por eso, los más grandes son para los hombres adultos, y los más pequeños, para mujeres y niños.
El correcto uso de los palillos comienza al tomarlos con ambas manos desde el costado derecho del plato y una vez que la mano predominante los tomó bien, retirar la otra. ¡En los países asiáticos el protocolo es muy importante en todo momento!
Otra cosa es que no se debe sujetar un plato y los palillos a la vez con la misma mano. Si tienes sopa y arroz, debes fijarte en el contexto, ya que en Japón, durante las festividades, se comienza por el arroz, mientras que en los funerales, por la sopa.
Tampoco se deben clavar los palillos en el arroz, porque se trata de un acto que incluso tiene su propio nombre, tate bashi. Lo otro es que tampoco se ponen sobre el plato al terminar (watashi bashi), jamás se atraviesa la comida con ellos ni se pasa comida de nuestros palitos directamente a los palitos de otra persona (utushi bashi), un error que es considerado una falta de respeto. Sin duda, como estas costumbres hay muchas otras, pero que no son tan comunes.
En India y algunos lugares de África, tradicionalmente se come con la mano y desde pocillos comunes ubicados al centro de la mesa. Esto porque para ellos la comida es sagrada y se busca tener contacto directo con todos los sentidos posibles antes de saborearla.
También existen modales para comer con la mano (puede sonar gracioso, pero es verdad). En primer lugar, es fundamental tener las manos limpias y las uñas cortas. En segundo lugar, la mano que se utiliza para comer es únicamente la derecha, usando todos los dedos, excepto el índice, porque se cree impuro. Por último, la comida no debe tocar la palma de la mano ni con la izquierda, ya que esta se considera reservada para las labores de higiene personal, como ir al baño o quitarse los zapatos.
Este método tampoco es tan recomendado, ya que además se considera que la comida puede ser contaminada por saliva. A esto se le llama uchchishtamy es grosero y antihigiénico. Así que ya saben: si van a India, mejor eviten esta práctica, porque no querrán viajar enfermos de vuelta.
Eructar: en India, partes de Turquía, Medio Oriente y algunas regiones de China, es bien visto liberar uno que otro gas después de comer. Esto se hace para mostrar aprecio por la comida y sirve como un halago para el anfitrión o el chef. ¿¡Quién diría!?
Sorber: en Japón, China, Corea del Sur y otros países asiáticos, es bien visto sorber los fideos de una sopa o ramen para demostrar cuánto nos ha gustado el plato. ¡Mientras más ruido hagas al comer mejor! Incluso, si los ves tomando la sopa directamente desde el plato, no es que no tengan cucharas, es porque significa que es mejor valorado.
Dejar sobras: todo depende del país en que se está comiendo, pero lo cierto es que en Egipto, Filipinas, Camboya, Corea, Tailandia o China, significa que no te dieron comida suficiente y los anfitriones podrían servir más o sentirse mal. Así que si no quieres subir unos kilitos en las vacaciones, mejor dejar una que otra sobra en el plato.
Sal: existen dos grandes supersticiones en torno a este condimento. Una es derramar la sal sobre la mesa, y la otra, si la pasas directamente a la mano de quien la pidió. ¿Alguna vez te pasó que te hicieron tirarla por sobre tu hombro o que alguien no la recibió por pasársela en la mano?
Esta superstición se originó porque antiguamente pagaban con sal (de ahí el nombre de salario), por lo que se generaban peleas si alguien derramaba la sal mientras se la pasaban de mano en mano, ya que era lo mismo que pasarle dinero. En el caso de derramar la sal se consideraba un presagio del diablo y por eso había que tirar un poco por sobre el hombro izquierdo.
Brindis: en la mayoría de los países de occidente se acostumbra a hacer un brindis al sentarse a la mesa y, por lo general, las personas se miran a los ojos (popularmente se dice que de lo contrario son siete años de mal sexo). En cambio, si vas a Corea del Sur, Japón, China u otro país oriental, ni se te ocurra mirar a los ojos, ya que es una señal de desafío y falta de respeto, en especial si es alguien mayor. La negativa a participar en un brindis en uno de estos países se ve como una falta de respeto, al igual que servirse uno mismo en el vaso.
Luego de este recorrido por los utensilios y las costumbres a la hora de comer, ¡ya nos dio hambre! Pero esta vez cuando vayamos a la mesa, recordaremos lo que leímos y comeremos con más ganas —sin hacer un “Coca” Mendoza con nuestros tallarines-, pero siempre sabiendo cómo deberíamos comer adecuadamente en cualquier parte del mundo.