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Imagen: César Mejías

¿La saga del Brexit llega a su fin? Si no hay acuerdo, es solo un cambio de temporada

El 29 de marzo próximo es la fecha límite para materializar el acuerdo que ha tenido en ascuas al Reino Unido desde 2016. ¿Se llegará a algún acuerdo antes? Nuestro colaborador de política exterior, Glenn Ojeda, baraja todas las posibilidades.

Por Glenn Ojeda @GOjedaVega | 2019-01-14 | 11:45
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Ya que Irlanda es parte de la UE mientras que Irlanda del Norte es parte del Reino Unido, mantener una frontera abierta sería un Brexit a medias, y le daría a la UE autoridad para imponer condiciones al comercio británico.
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En septiembre del año pasado, te contamos sobre el estatus de las negociaciones respecto a la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), la cual tiene como fecha límite este 29 de marzo. “Pese a los pocos meses que nos separan de esta importante fecha, la teleserie del Brexit, un tira y afloja que parece no tener solución, continúa más adrenalínica que nunca”, decía nuestro colaborador Francisco Lastra.

Hoy día, ¡esa afirmación es más cierta aún! A pocas semanas de la fecha límite, todavía el Reino Unido no ha logrado descifrar cuáles serán los términos legales de su divorcio de la UE.

Los bandos

Actualmente el Reino Unido, particularmente su clase política, está dividido en varios bandos con respecto al tema del Brexit. En primer lugar, está el bando de la primera ministra Theresa May, quien, a pesar de ser la jefa de gobierno y del Partido Conservador, tiene una mayoría frágil en el Parlamento, al igual que importantes disidencias dentro de su propio partido. En segundo lugar, está el bando de los llamados hard brexiters (Brexit duro), quienes promueven un divorcio total entre el Reino Unido y la UE, aunque sea sin ningún acuerdo que facilite la transición.

Por último, está la oposición política, es decir el Partido Laborista, que ha logrado jugar con la ambigüedad de si están o no favor de la salida de la UE. En ocasiones el líder de la oposición, Jeremy Corbyn, declara que él podría lograr un mejor acuerdo de salida, y en otras dice que quiere un segundo referéndum con las esperanzas de que el pueblo británico reconsidere su decisión de 2016.

Theresa May y el Brexit blando

Theresa May asumió el puesto de primera ministra en julio del 2016, a pocas semanas del histórico voto que comenzó esta épica saga de separación de naciones. Desde entonces, May, quien nunca fue partidaria del Brexit, ha estado a cargo de organizar y negociar este complicado proceso entre Londres y Bruselas (sede de la UE).

A finales del 2018, tras meses de arduas negociaciones con los líderes de la UE en Bruselas, May presentó al Parlamento su plan definitivo para la ejecución del Brexit, conocido como “Brexit blando”. Sin embargo, todavía no se ha llevado a votación, porque el mismo no tiene suficiente apoyo para ser aprobado. Es por esto que May lleva varias semanas de campaña política y mediática tratando de conseguir los votos que necesita para que se apruebe su propuesta.

Oposición de ambos lados

Este complejo escenario presenta dos desafíos principales. En primer lugar, la fecha límite del 29 de marzo se acerca rápidamente y el plan de May es, hasta ahora, la única propuesta negociada con la UE. Simultáneamente, este plan parece tener demasiados enemigos y muy pocos aliados. Por un lado, están los hard brexiters, tanto dentro como fuera del propio Partido Conservador, quienes no apoyan el plan de May porque opinan que mantiene demasiados lazos con la UE, particularmente respecto al tema de Irlanda del Norte (que discutiremos más adelante). Y, por otro lado, están los remainers, quienes desean permanecer dentro de la UE y andan buscando cualquier pretexto para impedir el divorcio.

Los del Brexit duro

La idea de la salida del Reino Unido de la Unión Europea es impulsada por algunos líderes políticos británicos desde hace décadas. Sin embargo, no fue hasta que algunas de estas figuras llegaron a posiciones de poder dentro del Partido Conservador, que este proyecto se transformó en un referéndum y ahora en una complicada realidad. Entre los conservadores que apoyan el llamado Brexit duro y se oponen al plan propuesto por May, se destacan Boris Johnson (quien fue alcalde de Londres y ministro del exterior) y Jacob Rees-Mogg (miembro del Parlamento), entre otros. Tanto Johnson como Rees-Mogg son posibles candidatos a la sucesión de May como líderes del Partido Conservador, pero ambos pertenecen a una facción más radical que no tiene ninguna afección por la Unión Europea.

Al igual que Theresa May, los hard brexiters tienen sus propios dilemas. Pues ellos reconocen que el gobierno de la primera ministra está dispuesto a respetar el resultado del voto a favor del Brexit que tuvo lugar en el 2016. Sin embargo, no están de acuerdo con los términos de salida propuestos en el plan May. Por ende, figuras como Johnson y Rees-Mogg se ven obligados a buscar un balance entre mantener al Partido Conservador en el poder (evitando la entrada del Partido Laborista), mientras que sabotean el plan presentado por su líder.

Los “remainers” y Gollum

Este nombre viene del verbo remain, que significa permanecer en inglés, y se le atribuye a aquellos que se oponen al Brexit. A pesar de tener un objetivo claro —mantener al Reino Unido dentro de la UE- los remainers no tienen un líder fuerte y están dispersos entre todos los partidos políticos. Jeremy Corbyn no ha logrado posicionarse como máximo representante, porque su juego a la ambigüedad política no le ha permitido tomar una postura definitiva.

Mientras tanto, grupos de la sociedad civil han impulsado campañas solicitado un segundo voto sobre el Brexit y, más específicamente, un referéndum popular sobre el plan de salida propuesto por Theresa May. Naturalmente, el gobierno de la primera ministra se ha opuesto a estas ideas ya que reconoce la impopularidad creciente alrededor del Brexit y de su propio plan. ¿Y qué tiene que ver Gollum con todo esto?

En una campaña reciente, los propulsores de un segundo voto popular reclutaron al reconocido actor británico Andrew Serkis, quien jugó el personaje de Gollum en las películas de la saga El señor de los anillos, para hacer un video satírico sobre el plan de Brexit impulsado por May.

El debate sobre Irlanda

El principal tema de debate con respecto a las distintas opciones de separación de la UE, se centra en la frontera entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte (una de las regiones que constituye el Reino Unido). Repasemos algo de historia…

Después de varios siglos cómo parte del Reino Unido y del Imperio Británico, los irlandeses obtuvieron su autonomía en 1922 y luego su independencia nacional en 1949, tras años de luchas. Sin embargo, la república independiente que existe hoy día no abarca toda la isla de Irlanda, ya que una fracción al noroeste de la isla es Irlanda del Norte, todavía parte del Reino Unido.


Google Maps.

Sucede que Irlanda del Norte ha sido tradicionalmente más cercano a Londres, ya que tiene una mayor cantidad de fieles protestantes y anglicanos, en lugar de católicos. Simultáneamente, la presencia de una jurisdicción o territorio del Reino Unido en la isla de Irlanda, siempre ha causado fricciones entre los países hermanos. Tanto así que, entre 1968 y 1998, se concretó en Irlanda del Norte una guerra de baja intensidad (también conocida como “los problemas”) entre el Reino Unido y un grupo subversivo conocido como el Ejército Republicano Irlandés (IRA).

En 1998, este conflicto se resolvió con un acuerdo de paz conocido como el Acuerdo del Viernes Santo, mediante el cual se facilitaba el intercambio socioeconómico y la convivencia pacífica entre Irlanda e Irlanda del norte. Lamentablemente, esta paz ahora se ve amenazada, ya que un Brexit duro implicaría el restablecimiento de una frontera y de aduanas entre estas dos regiones, cuya frágil paz tiene como fundamento la libre circulación entre ambas comunidades.

Por un lado, muchas comunidades en Irlanda no quieren que la isla quede dividida nuevamente con una frontera física, y se teme que vuelvan episodios de violencia si no hay libertad de circulación. Por otro lado, ya que Irlanda es parte de la UE mientras que Irlanda del Norte es parte del Reino Unido, mantener una frontera abierta sería un Brexit a medias, y le daría a la UE autoridad para imponer condiciones al comercio británico.

¿Y ahora qué?

Esta semana se espera que el parlamento británico finamente vote sobre el plan May y lo más probable es que este no obtenga el apoyo necesario para ser implementado. Ante este evidente impase, ya se han comenzado a contemplar dos opciones. La primera es que llegue la fecha límite del 29 de marzo sin condiciones definidas, esto se conoce como el escenario no deal (sin acuerdo). Si esto sucede, el 30 de marzo todo cambiaría: los ciudadanos europeos en el Reino Unido de pronto no tendrían derecho a vivir o trabajar en ese país; todos los cargamentos entrando y saliendo estarían sujetos a impuestos e inspecciones; incluso los vuelos entre Londres y la UE se verían afectados; y habría que restablecer el control de pasaportes entre Irlanda e Irlanda del Norte.

Ante este posible escenario caótico, ya han comenzado varios preparativos. Por ejemplo, los comercios y las familias en el Reino Unido han comenzado a comprar reservas de alimentos y productos europeos en caso de que haya escasez.

Por otra parte, las autoridades de la UE en Bruselas ya han comenzado a discutir la posibilidad de ofrecerle una extensión al Reino Unido hasta el mes de julio para poder renegociar los términos del Brexit.

¿Crees que el Brexit será beneficioso para el Reino Unido?

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Comentarios
Brian Spencer | 2019-01-14 | 12:39
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El problema principal con la Unión Europea es que Reino Unido lleva demasiado tiempo viviendo acostumbrado a sus leyes, normativas y economía. Por lo tanto hacer una separación de la misma de la noche a la mañana provocaría 'a huge pile of feces' (una cagada de proporciones como las anteriormente leídas). Honestamente no veo un beneficio total la separación de la UE (salvo posibles afiliaciones políticas de diversa índole), pero si verdaderamente quieren llevar a cabo este proceso, primero deberían estudiar TODAS las posibles consecuencias del mismo, llevar a cabo los estudios respectivos, idear estrategias, y no irse a tomar por culo así como así. El brexit duro solo quiere ver a Gran Bretaña arder, y el brexit blando es un plan a medias inventado a la "rápida" en mi opinión.
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