Más hombres han llegado a la Luna que a las entrañas de nuestro propio planeta: 18 personas han recorrido los 384 mil kilómetros que nos separan de nuestro único satélite natural, mientras que apenas 3 “locos lindos” han descendido los 11 kilómetros de la fosa de las Marianas, la parte más profunda del océano de la que tenemos conocimiento.
Sabemos más del espacio que de nuestros propios océanos. Como les comentábamos anteriormente, se estima que apenas hemos explorado un 5% de los mares y que conocemos solo un 20% de todas las potenciales especies animales que puede ocultar. Tenemos más conocimientos topográficos sobre Marte que sobre el suelo marino y, de hecho, ni siquiera tenemos total certeza sobre su punto más profundo.
¿Falta de tecnología? Difícil, porque dos de los tres aventureros llegaron a las profundidades en los 60s, casi diez años antes de que el hombre llegara a la Luna y cuando en Chile todavía pagábamos con escudos.
La respuesta va más por una escasez de interés y, por lo tanto, de inversión. Es casi imposible evitar preguntarse sobre qué hay más allá de esas estrellas que se aparecen cada noche, y así lo hacen ver miles de libros y películas inspiradas en ellas; el mar, en comparación, es bastante meh. ¿Se imaginan una trilogía llamada Sea Wars, con Luke Seaswimmer y su látigo de cochayuyo como estrella?
Pero esto está cambiando. James Cameron, el famoso director y el tercer y último hombre que ha llegado a la fosa de las Marianas, es un signo de la creciente visibilidad mediática que están teniendo nuestros océanos.
Cada día sabemos un poquito más gracias a proyectos como el del buque Okeanos o la expedición Nautilus. En diciembre se sumará otra que, además de ser única en su tipo, tiene esos mismos aires de aventura que recuerdan a leyendas como Jacques Cousteau.
Victor Vescovo y Alan Jamieson, son nombres que no suenan a nada aún, pero que se convertirán pronto en pioneros de la exploración marina profunda mediante el proyecto científico Five Deeps (cinco profundidades) que busca, como bien dice su nombre, recolectar información in situ en las profundidades de los cinco mares.
Vescovo es un ex-comandante de la marina estadounidense e inversor de Wall Street, con una adicción por la aventura. Ya conquistó las siete cimas más altas de la Tierra y ahora se propone hacer lo mismo, pero en reversa. Su compañía de investigación marina, Caladan Oceanic, es uno de los socios del proyecto.
Su compañero en esta odisea, Jamieson, es doctor en ecología marina y profesor en la Universidad de Newcastle, otra institución socia del proyecto. Su especialidad es, justamente, el mar profundo y ha publicado varias decenas de estudios sobre ello (uno, de hecho, trata de la fosa de Perú-Chile). Su trabajo también apareció en la famosa serie documental de a BBC, Blue Planet 2.
Los aventureros contarán en la superficie con un equipo de ingenieros y oceanógrafos que se encargarán de monitorizar sus inmersiones como también procesar la información que puedan recolectar.
A partir de diciembre de este año, harán un recorrido durante siete meses que los llevará a los cinco mares del mundo, en sus puntos más profundos:
Fuente: The Five Deeps Expedition |
Como ya sabrán, la presión es el principal desafío en la exploración profunda, sobre todo cuando se lleva a hombres cuya vida hay que resguardar. Explorador y científico se montarán en un submarino hecho por la compañía estadounidense Triton.
Se trata del modelo Triton 36.000/2, el único submarino comercial certificado para viajes repetidos a once kilómetros de profundidad, señala la compañía. Está hecho de titanio de unos nueve centímetros de grosor, cuenta con tres ventanillas pequeñas y 10 propulsores eléctricos que le permiten moverse en cualquier dirección. Y pesa once toneladas (ligerito tomando en cuenta que el batiscafo que llegó a las profundidades en los 60s, pesaba cinco veces más).
Fuente: The Five Deeps Expedition |
Se estima que les tomará unas dos horas y media llegar al punto más profundo de los océanos, donde podrán estar cómodamente hasta doce horas sin necesitar reflotar.
Muchos cuidados se han tomado con este submarino diseñado especialmente para la misión. "Hemos hecho que cualquier cosa en la que el submarino pueda enredarse sea eyectable, por lo que todos los propulsores podrían soltarse y el manipulador podría botarse. Las baterías pueden botarse también", señala John Ramsey, ingeniero principal de la compañía.
Lo más interesante no será solo el llegar, sino lo que podrán hacer desde allí. Si bien la fauna profunda no se acercará ni de broma al aparato, este podrá hacer un mapeo del suelo oceánico mediante sonar 3D, el que brindará lecturas mucho más exactas que las que producen los satélites, la principal herramienta de mapeo oceánico actual.
Jamieson señala que es impresionante lo equivocadas que pueden estar las estimaciones de profundidad. "He estado en lugares en el Océano Índico, recién el año pasado, donde la profundidad era 1.000 metros menor de lo que se suponía que era", dice. Los exploradores no descartan poder encontrar un punto aún más profundo que las fosa de las Marianas.
La nave también recolectará muestras de estos lugares que, pese a la gran presión, también albergan vida. "Podemos comenzar a ver qué es lo que está impulsando estos ecosistemas", dice Jamieson. "Al observar una fosa cálida versus una fosa fría, las fosas poco profundas versus las grandes, empiezas a eliminar las variables y ves los puntos en común", agrega.
Las posibilidades de descubrimientos son innumerables. Cabe destacar que cuatro de los cinco puntos jamás han sido vistos por ojos humanos in situ, y algunos ni siquiera han sido explorados por sondas o robots.
Por último, el proyecto también busca tener un gran impacto mediático y darle visibilidad a la exploración marina, tal como lo hizo James Cameron hace algunos años. Las inmersiones y el trabajo del equipo serán grabados por cámaras y Discovery Channel publicará el contenido en una serie documental llamada Deep Planet.
Anthony Geffen, director de la serie, señaló al respecto: “Esta es una de las exploraciones y expediciones científicas más importantes del último siglo. Cada una de las inmersiones será como la toma del hombre pisando la luna”.
¿Será el comienzo de la edad de oro de la exploración marina? Las apuestas por ahora están en lo que pueda lograr el proyecto, que comenzará su recorrido en diciembre, con una inmersión de seis horas en la fosa de Puerto Rico, y terminará en agosto de 2019, en el Abismo de Malloy.