A fines del año pasado, se estrenó la película Coco. La verdad es que estaba sorprendida de lo bien que le fue en la taquilla, tanto así que conozco personas que la fueron a ver siete veces al cine. ¡Siete! Ante tal respuesta del público, mi curiosidad no hizo más que crecer, hasta que la fui a ver. ¡Obvio que me encantó! Y no solo por tener unos colores alucinantes y una animación muy buena, sino porque sentí que por primera vez los gringos nos estaban mostrando parte de la cultura latina, y algo muy especial en la cultura mexicana: la celebración del Día de los Muertos.
Es una festividad de México y de algunos países de América Central (y también en comunidades de Estados Unidos que tienen gran población mexicana), en que se honra a los muertos. Se celebra principalmente los días 1 y 2 de noviembre, coincidiendo con las celebraciones católicas de Día de los Fieles Difuntos y Todos los Santos.
Pero no crean que esto es algo “nuevo” o moderno, el culto a la muerte se origina en la época precolombina, antes de la llegada de los españoles. Durante ese periodo, muchas etnias mesoamericanas (para que no se pierdan, se refiere a grupos que habiataban parte importante de América Central) rendían culto a la muerte, específicamente a los dioses encargados de definir el destino de las ánimas, Mictecacíhuatl (señora de la muerte, también identificada con la típica ilustración mexicana de la muerte, “La Catrina”), y Mictlantecuhtli (Señor del Micltán o “tierra de los muertos”).
En el 2003 la Unesco declaró la festividad como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de México.
Parte de la creencia de esta festividad, es que las almas de los seres queridos que murieron regresan del mundo de los muertos durante este día. Por esta razón, las familias y amigos los reciben con ofrendas en un altar creado especialmente para ellos, y que muchas veces crece a medida que los miembros de una misma familia fallecen.
Las ofrendas suelen incluir la fotografía de los difuntos, incienso, bebidas favoritas, agua, flor de cempasúchil (la que vemos por toda la película Coco), calacas (cráneos, antiguamente usaban de verdad) y comida. Con la llegada de los españoles y de la religión católica, algunos elementos se fueron incorporando a esta celebración, como es incluir “pan de muerto”, que es una representación de la eucaristía, y la inclusión de cruces en los altares.
El paso de la vida a la muerte está presente en todas las culturas del mundo, lo único en que se diferencia es en cómo se trata el tema, siendo llorada en algunas partes y en otras celebrada. Veamos algunas.
También encontramos distintos ritos dentro de las religiones que se conocen:
Existen tantos ritos como culturas podemos encontrar, y todas procuran que el paso de la vida a la muerte sea de la manera más “fácil” para quien murió. Yo espero que “la otra vida” se parezca a la ciudad de los muertos en Coco. Definitivamente ese sería un hermoso lugar donde poder descansar eternamente.