¿Cuántas veces has pensado en lo maravilloso que sería trabajar cuatro días a la semana y descansar tres? El fin de semana muchas veces se hace corto y te gustaría tener un día más para hacer otras cosas, como pasar más tiempo con tus hijos, ir a ver a tus papás, dedicarle tiempo a tu hobby o incluso hacer deporte.

La idea de trabajar un día menos de lo que acostumbramos, no es un pensamiento flojo ni mucho menos, porque si lo analizamos, pasamos gran parte de la semana trabajando y muchas veces nos queda poco tiempo de ocio, que también es muy necesario.

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El caso neozelandés

Los empleados de la empresa de fondos neozelandesa, Perpetual Guardian, deben haber saltado de felicidad cuando a principios de año, les contaron que durante dos meses solo trabajarían cuatro días a la semana. Luego de eso, verían los resultados del experimento y, si funcionaba, se mantendría esa modalidad. Ojo, que solo eso fue modificado, porque todas las demás condiciones de empleo, incluido el sueldo y las metas semanales, no cambiaron. ¿Qué ocurrió?

Trabajar un día menos a la semana supone un desafío, porque se necesita ser más productivo para terminar todo lo que antes se hacía en cinco jornadas. Entonces, los empleados de Perpetual Guardian fueron desafiados a trabajar de manera más inteligente y a cambiar los procesos para aumentar su productividad.

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La empresa, por su parte, se puso en contacto con la Universidad de Auckland para que ellos midieran los resultados, y así ver si era posible seguir con este sistema después de los dos meses. La evidencia demostró que luego del período de prueba, la empresa vio una mejora notable en el equilibrio entre el trabajo y la vida personal, mayor participación y menores niveles de estrés.

Los resultados

"En general, tendría que decir que todo el ensayo fue abrumadoramente positivo", aseguró la Dra. Helen Delaney, profesora titular de la Escuela de Negocios de la Universidad de Auckland. Aunque no todo es color de rosas, porque hubo algunas áreas o cargos que presentaron dificultades con el modelo y que se abstuvieron de participar total o parcialmente, porque tener menos días para hacer el mismo trabajo, les generaba estrés.

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Delaney y su equipo, encuestaron a los empleados que participaron en el experimento, antes de empezar y después. Estos fueron algunos de los resultados:

- Antes, el 54% del personal consideraba que podía gestionar su trabajo y su vida personal. Después, esto aumentó al 78%, un salto de 24 puntos porcentuales.

- El estrés bajó un 7%.

- El compromiso, la estimulación y el liderazgo, subieron más de un 20%.

“Aquí hay un ejemplo de cómo aumenta el compromiso cuando les das a los empleados una recompensa que realmente quieren: tiempo y autonomía", asegura Delaney. Aunque todavía no está 100% confirmado, la compañía pretende instaurar de forma permanente la medida.

Cuando hay menos tiempo para trabajar, hay menos tiempo para perder, por lo tanto, si tienes una semana laboral más corta, lo normal es enfocarse en lo importante, lo que finalmente hace que la persona sea más productiva. Y esta idea no es tan nueva, por ejemplo, en Utah (Estados Unidos), hicieron algo similar, pero como una forma de combatir la crisis económica de 2008.

Redujeron la semana de trabajo a cuatro días para los empleados estatales, pero recibían un sueldo proporcional a los días trabajados. ¿Estarías dispuesto a tener un sueldo más bajo a cambio de un día menos de trabajo?

La medida fue buena mientras duró, aumentó la productividad y la satisfacción de los trabajadores, pero tras años de implementación, se vieron obligados a volver a la semana normal de cinco días, porque los residentes se empezaron a quejar de no tener acceso a los servicios públicos los días viernes.

Un equilibrio entre trabajo y vida personal

Por mucho que te guste tu trabajo, es necesario saber compatibilizarlo con el resto de las actividades que tienes en tu vida. Sabemos que a veces es difícil, porque entre los tiempos de traslado y las extensas jornadas laborales, muchos trabajadores llegan, literalmente, con ganas de hacer nada a sus casas. En los últimos años, se ha tomado conciencia sobre esto y poco a poco, va quedando atrás la idea de que mientras más tiempo trabaje una persona y más duro sea, más grandes serán sus logros.

Sí, por un lado es totalmente cierto que hay que esforzarse para lograr grandes cosas, pero eso no significa que haya que desvivirse por el trabajo, simplemente hay que encontrar la forma de ser más productivos sin sacrificar la vida personal, porque esa sí que la tenemos que cuidar. Y esto también incluye la salud, dado que el estrés laboral puede aumentar el riesgo de tener problemas de este tipo, desde hipertensión arterial hasta derrames cerebrales.

Quizás, poco a poco, algunas empresas irán sumándose a la idea de cuatro días laborales y tres de descanso. Pero en aquellas en que esta modalidad es muy difícil, también existe la posibilidad de disminuir las horas de trabajo, una medida que está requete contra comprobada que funciona para mejorar la productividad, la salud de los empleados e incluso ayuda al medio ambiente. Y bueno, el trabajo a distancia también es una modalidad que cada vez está sonando más.

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En Chile trabajamos 200 horas más al año que el promedio de los países de la OCDE. Por eso, en marzo del año pasado, la diputada Camila Vallejo presentó un proyecto que busca modificar el Código del Trabajo para reducir la jornada laboral de 40 a 45 horas semanales, sin afectar los sueldos. Sin embargo, no ha tenido avances. Habrá que seguir esperando o que las mismas empresas, como ya lo hacen algunas, tomen la iniciativa. Aunque hay que tener cuidado, pues no a todos los rubros o compañías les acomodan medidas como estas.

Y para qué estamos con cosas, en El Definido nos encantaría poder trabajar solo cuatro días, pero ¿qué sería de ustedes sin un día de buenas noticias? Como equipo lo conversamos y llegamos a la conclusión de que sería una crueldad, así que no se depriman, porque por el momento… ¡seguiremos trabajando de lunes a viernes!

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¿Qué cosas podrías hacer si tuvieras tres días de descanso?