Acostada en la plaza cerca de su casa pensaba cómosería vivir en el espacio. Mientras se perdía en las estrellas y el color rojizo de los árboles, vio caer una hoja, llegar al piso y volver a morir pisoteada por un grupo de mocosos, que saltaban sobre montones de hojas crujientes. Se paró rápido, corrió a la seguridad de su casa. Ya no pensaba en el espacio, pensaba en el Apolo 1.