Amanece en el parque. Tengo frío, estoy desde anoche. ¿Cómo salir?
No puedo creer lo que veo. El viento lleno de hojas da vueltas por cada rincón. Acecha. Veo las hojas llover, arremolinarse y elevarse hacia el cielo como extrañas explosiones coloreadas de rojo, amarillo, naranja. He visto decenas de personas ser atrapadas, veo sus siluetas desprevenidas en medio de los remolinos otoñales y desgranarse en hojas que se unen a este tétrico y silencioso baile. Ni siquiera suspiran, pero escucho sus murmullos.
El viento sopla. Debo salir o me congelaré.
Siento el viento… Hojas acariciándome…
—Ha llegado el otoño…