Destacado Concurso Halloween
Las paredes se golpeaban, una contra la otra, frías y ondulantes entrando a su cabeza, desgarrando cada uno de los bichos que merodeaban sin su consentimiento.
Ya ni las pastillas surtían efecto, pero una onda positiva le revoloteó por la mente y es que ya nada podría ser peor. Ahí solo, encerrado con los latidos de su corazón, no tuvo más remedio que ceder a la realidad.
Frente a él, su reflejo dilucidaba un cuarto blanco forjado en comodidad, vestido con una camisa de fuerza que le lucía tan bien, aferrado a la convicción que aún podía volar.