El chofer de la micro 2, perteneciente a la línea 6, se aburrió de su trabajo. Pasó de largo y se dirigió hacia un puente. Cuando la gente gritaba colérica, el tipo se dio vuelta para hablarnos; estaba llorando. Nos pidió disculpas y preguntó a quién le debía el vuelto. Levanté la mano.