Mientras ella tosía en sus sueños por la brisa helada que se colaba por debajo de sus sábanas, él procuraba taparla cada vez que un movimiento la dejaba parcialmente desnuda. Él sabía que no dormiría nada esa noche, pero no le importó, solo quería que ella tuviese una noche tranquila, pues sabía también, que sería su última.