Un 14 de marzo como hoy, pero hace 138 años, nacía el mayor científico genio del siglo XX: Albert Einstein. Ese chascón canoso, con pelos de punta y con un CI de 160 puntos, que inventó la teoría de la relatividad y que sentó las bases de la física estadística y de la mecánica cuántica.
Tras su muerte el año 1955, la Física y el mundo entero ha estado expectante por encontrar un “reemplazante” que equipare la genialidad de Einstein y que descubra teorías tan importantes como él. Y ya se está hablando de un hallazgo importante y prometedor, pero que no es hombre, ni judío alemán, ni de edad avanzada.
Se trata de Sabrina González Pasterki, una joven de 23 años. De padre estadounidense y madre cubana, que nació y creció en un suburbio de Chicago, y que a muy temprana edad, se dio cuenta de sus capacidades y fascinación por todo lo relacionado a las ciencias, la física y el espacio.
Sabrina fue especial desde sus primeros años. Era tanto lo que amaba estudiar y aprender, que, por ejemplo, desde pre kínder hasta cuarto medio, obtuvo siempre el premio de “asistencia perfecta”. No faltó un solo día al colegio y jamás se enfermó, según cuenta ella misma en su propio CV.
A los 9 años, construyó su primer avión a motor con sus propias manos en el taller mecánico de su padre. Y a los 14, lo presentó al campus del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) para conseguir la certificación para volarlo, lo que claramente logró, dejando atónitos a profesores y al secretario ejecutivo, Peggy Udden, quien cuenta que le sorprendió la edad de Sabrina, la primera niña en presentar un proyecto en el MIT.
Así, con el permiso concedido, un 24 de agosto del 2009, Sabrina, con 14 años, logró pilotear su aeronave por sobre el lago Michigan (aquí el video).
Antes de que terminara el colegio, las principales universidades de Estados Unidos ya se la peleaban para recibirla en sus aulas, y ha recibido millones de dólares de becas por parte de prestigiosas instituciones como la Fundación Hertz, la Fundación Smith y la Fundación Nacional para las Ciencias (EE.UU.), para apoyar su trabajo.
Pero ella decidió entrar al lugar de sus sueños, el MIT, a estudiar Física.
Sabrina se graduó a los tres años de carrera del MIT, con la nota más alta otorgada en la historia del centro, y es considerada como una de las mentes más brillantes de Estados Unidos y del siglo XXI.
Es más, el MIT compara su inteligencia con la de Einstein, su creatividad con la de Da Vinci y su esfuerzo con el de Stephen Hawking, y aseguran que sus investigaciones podrían cambiar en el futuro la concepción que tenemos sobre el espacio – tiempo. Por esta razón los medios y los científicos de varias partes del mundo ya la llaman “la nueva Einstein”.
Ella cuenta que entre sus principales influencias se encuentran el físico y ganador del Premio Nobel de Física, Leon Max Lederman, el matemático y físico inglés Freeman John Dyson, y el químico, ganador del Premio Nobel de Química, Dudley R. Herschbach.
Hoy, la joven cubanoamericana tiene 23 años y está estudiando un doctorado en Harvard, donde investiga sobre los agujeros negros, la gravedad y la relación espacio-tiempo. Su especialidad gira en torno a la gravedad cuántica, intentando explicar el fenómeno de la gravedad en el contexto de la mecánica cuántica.
El año 2015, la revista Forbes la nombró como uno de los científicos más importantes menores de 30 años, y tanto la NASA como el fundador de Amazon, Jeff Bezos, ya la tienen fichada para que trabaje con ellos, e incluso ya le han dicho que tiene las puertas abiertas para cuando quiera entrar.
Como era de esperar, los hábitos cotidianos de la joven genio son distintos a los de la gran mayoría de adolescentes y jóvenes de su edad. Sabrina no tiene Twitter, ni LinkedIn, ni smartphone, y apenas usa su Facebook y su Instagram.
Tampoco fuma ni bebe alcohol, sale muy poco a fiestas y nunca ha tenido un novio. Ella dice que para concentrarse necesita estar con los sentidos al 100%, y que por eso necesita dormir y alimentarse bien y no ensuciar su organismo con sustancias dañinas. “Prefiero mantenerme alerta, que me conozcan por lo que hago y no por lo que no hago”, señala la joven genio, agregando que su sueño máximo es “llevar a alguien a Marte. Sé que suena inviable, pero si trabajas, todo puede ser posible”.
Eso sí, una de sus pasiones más millenials es mantener su blog de ciencias PhysicsGirl actualizado. En esta plataforma, Sabrina comparte a diario sus estudios, investigaciones e intereses científicos, entrevistas y apariciones en medios de comunicación. Además, otra de sus pasiones es dar charlas públicas sobre sus teorías y sobre la física, y dedicar tiempo a su hobby favorito: construir una nave para poder enviarla al espacio.
Por último, Sabrina, al notar la baja representación femenina en el mundo de la Física y las Ciencias en Estados Unidos y el mundo entero, decidió hacer algo al respecto. Hoy está trabajando en un documental que tiene como fin incentivar a las jóvenes a estudiar ciencias.