¡Shhhhhhhh! Es el cortante sonido con el que relacionamos una biblioteca desde nuestra infancia, íntimamente unido a la mirada reprobatoria de un adulto. El espacio del sacrosanto silencio, con una bibliotecaria estricta, libros guardados, poco accesibles. ¿Por qué llegamos a eso?
El primer gran error que hemos cometido en Chile por años es tener bibliotecas aburridamente silenciosas donde sólo se prestan libros y se lee. Y para terminar la receta fatal, olvidamos que se trata de leer por gusto y no por obligación. Tal vez por eso es que el promedio de lectura anual por persona en Chile es de tres libros, mientras que en Finlandia (sí, siempre Finlandia) son 47.
Esta situación es lo que está buscando cambiar la Fundación Había Una Vez, para que en nuestro país se lea más y mejor. Más allá de las cifras, es cambiar nuestra actitud ante las letras, promoviendo la lectura por placer y las bibliotecas atractivas que inviten a sumergirse en el mundo de las letras.
Curiosamente, la idea nació a partir de un fracaso (comercial), cuando Rebeca Domínguez, María Paz Garafulic y Carmen Paz Hernández fundaron la librería “Había una Vez” especializada en literatura infantil y juvenil, diferente, atractiva, que invitara al público a leer. Para la época fue algo muy visionario, –demasiado quizás– y aunque no vendieron suficiente para subsistir, llamaron la atención de varias instituciones del fomento lector por las geniales actividades que se hacían, tardes de cuenta cuentos, talleres de libros para todas las edades, yoga infantil, etc. En esas librerías había vida.
Pese al fracaso, el interés porque Chile abriera más libros seguía presente y así decidieron formar la fundación que hoy está logrando que más niños, jóvenes y también adultos disfruten de la lectura. Hoy llevan casi 10 años implementando exitosos proyectos en todo el país.
Hablamos con María José Egaña, gestora cultura y actual Directora Ejecutiva de la fundación para que nos contara cómo Había Una Vez ha logrado que la lectura gane espacio entre las nuevas generaciones y su opinión sobre la situación actual de nuestro país.
¿Qué le gusta leer a un reo que lleva 5 años en prisión? ¿Qué le interesa leer a un niño de una comunidad mapuche? ¿Qué motiva a un joven capitalino en medio de tantos deberes? Hay que personalizar la lectura, llegar a los distintos rincones para entender qué le interesa a las personas, cómo les gusta leer, dónde, cómo. Fomentar la lectura no tiene solamente que ver con entregar más libros y aumentar las horas de lenguaje, tiene que ver con encantar.
Esa idea es la que trabaja Había Una Vez para lograr conquistar con la lectura, nos cuenta María José. Cuando una persona descubre riqueza en el texto frente a sus ojos, es cuando se hace el click.
"El que no lee por placer no va a leer de ninguna manera, entonces ahí es donde está la inyección que hay que meterle al fomento lector, el gusto", asegura María José. Por esta razón en la fundación se ha dedicado a sembrar en diversos territorios el amor por la lectura a través de diversos proyectos, tales como:
Más de 100 Bibliotecas:
A lo largo de Chile, entre Alto Hospicio y Chiloé han construido bibliotecas en base a las necesidades de cada comunidad. Cada una es diferente y consideran desde el diseño del espacio, el tipo de libros, la capacitación en su uso y actividades que se realizan en ellas.
Red de bibliotecas Escolares:
Una red de 9 bibliotecas que integra colegios de distinto tipo, pero que son rurales, vulnerables, alejados geográficamente o aislados. Comenzaron implementando bibliotecas, luego desarrollaron un programa de fomento lector, sistematizaron el programa y diseñaron un sistema para que la lectura no quede supeditada a las clases de lenguaje, sino que le sirva a toda la comunidad escolar. Gracias a eso, todos los colegios han subido varios puntos en el SIMCE.
Bibliotecas en Cárceles:
En tres recintos penitenciarios de la región de O'Higgins (Santa Cruz, Rengo y Peumo), construyeron bibliotecas para que los reos puedan tener acceso a la lectura según sus intereses. El programa ha resultado muy exitoso y ahora que la DIBAM hizo un convenio nacional con gendarmería para establecer bibliotecas en todos los centros penitenciarios del país, está pidiendo la asesoría de la fundación.
Revista Había Una Vez:
Es de las principales publicaciones en torno al fomento lector que existe en Iberoamérica, donde se reflexiona en torno al tema de la lectura con el aporte de las personas más entendidas y, además, un referente de valoración para nuevos libros infantiles y juveniles. Actualmente es digital y gratuita.
Otros proyectos están vinculados al área laboral, donde han instalado bibliotecas en oficinas y en Liceos Técnico-Profesionales.
María José nos resume las tres claves que trabaja la fundación para lograr el éxito en estos variados proyectos, que siempre consideran las bibliotecas como centros de actividades.
"Creo que estamos en una oportunidad súper importante para el tema de la lectura, estamos en un momento en que las cifras son tan bajas que solamente se puede subir, el tema de la educación está muy en boga y por lo tanto, eso tiene que ir aparejado con la lectura. Finalmente es la herramienta base para cualquier desarrollo educativo sea como sea, para el desarrollo país incluso. Entonces creo que estamos en una coyuntura de oportunidad súper importante para el fomento de la lectura".
Para María José es un buen punto de partida y observa que por primera vez con respecto a la lectura y otros espacios culturales, estamos empezando a tener estabilidad en los proyectos, en lugar de cambiar con la llegada de cada gobierno. Lo dice desde su experiencia como gestora cultural, recordando también que aún existe el desafío del financiamiento.
También se ha avanzado bastante, con la creación de la Red de Bibliotecas Públicas, el Centro de Recursos del Aprendizaje (CRA) que coordina 11 mil bibliotecas escolares y los proyectos emblemáticos de la Biblioteca de Santiago (libros en la vega, lectura en los hospitales, etc.)
"Creo que a donde debe apuntar es a generar el gusto por la lectura, no la obligación de la lectura, ahí está la diferencia (…) Leamos lo que nos dé placer leer, lo que cada uno quiera leer. Pero si el acto de decodificar las letras, es lo que te genera conciencia de mundo, conexión con el mundo, desarrollo intelectual, si tu sabes leer bien un libro vas a poder entender cualquier otra cosa, de pronto te vas a desenvolver en lo que hagas de mejor manera, pero que cada uno lea lo que quiera, pero que leamos todos", asegura María José.