Niños armando robots de Lego, que deben resolver autónomamente una serie de pruebas, para ganar un concurso internacional. Todo bajo la mirada atenta de un profesor apoderado. Ese es el concepto detrás de First Lego League (FLL), la mayor competencia robótica de nuestro país, que la fundación SparkTalents lleva realizando desde 2006.
La idea del concurso es darle la oportunidad a los estudiantes para construir y descubrir por sí mismos, en lugar del formato tradicional en que los profesores instruyen frontalmente.
Este proyecto se realiza en más de 70 países, involucrando a más de 250.000 jóvenes en el mundo. La idea es que con un sistema de robots Lego Mindstorms, los jóvenes y niños aprendan ciencia y tecnología, pero desde la práctica misma, desarrollando así capacidades creativas y de investigación. Y tal vez lo más importante: se divierten mientras aprenden.
Es la enseñanza bajo el concepto de STEAM, que pone énfasis en integrar Ciencias, Tecnología, Educación, Arte y Matemáticas.
"Los niños lo pasan bien mientras están aprendiendo. Además te juntas con tus amigos y no es que el profesor esté hablando y tu escuches. Usas tus manos, hay que trabajar muchísimo directamente con el producto. Eso falta en los colegios. A veces sólo dejan hablar, no dejan hacer a los niños", explica la Captain de SparkTalents, Kirstin Engemann.
Lo impresionante, es que estos alumnos se entusiasman a tal punto que ese tiempo les parece poco y todo el aprendizaje realizado, no lo ven como un sacrificio, sino como una necesidad y un placer. ¿Por qué? Porque ese aprendizaje cumple un objetivo tangible, tiene un sentido.
"Es un aprendizaje totalmente contrario a lo que te enseñan en la escuela. ¿Qué te dicen en el colegio? Construye el éxito sobre el fracaso. Es súper perverso el sistema, porque lo que estás diciendo es que la mitad al menos, son fracasados y los otros son exitosos", opina Torres.
Por lo tanto explican, la participación del profesor es fundamental, pero como una guía, y más bien alejado a la enseñanza tradicional.
"El proyecto parte con la premisa de que el profesor es un guía, no es el profesor estándar que llega a determinar, sino que los guía a cómo deben avanzar, qué tienen más o menos que hacer, pero los niños hacen el trabajo", explica Pastén.
Por lo mismo, realizan charlas para los profesores. Les explican el contexto, las reglas, cómo pueden ayudar a los niños, sin darles las respuestas.
"Los profesores son coach, son mentores, te acompañan en el proceso. No tienen que ser expertos constructores. Un profesor sabe como aprender a organizar el tiempo. Ellos tienen esas competencias que le pueden enseñar a los niños", asegura Torres.
Y los resultados de este modelo educativo son beneficiosos para todos. Los alumnos se entretienen, desarrollan nuevas habilidades, ganan autoconfianza, aprenden a trabajar en equipo y a aprender por sí mismos. Los profesores descubren un método para fomentar el aprendizaje, retener la atención de sus alumnos y mantenerlos motivados, incluso aprender ellos mismos. La comunidad escolar, si saca provecho de la experiencia, se beneficia al obtener un modelo que puede replicar en sus demás cursos.
Es este último, precisamente, uno que se ha destacado en las competencias. "El año pasado obtuvieron el segundo lugar y viajaron a Alemania. Les fue súper bien. Su manera de desenvolverse frente al jurado fue tan bueno que les dieron un premio súper especial", cuenta Pastén, quien explica que este éxito se debió también a que la Municipalidad local estuvo muy comprometida en el proceso y que ellos mismos tienen programas de robótica locales.
Sparktalents señala que cuesta más llevar la FLL a regiones, no sólo por un problema de logística (hay mayor dificultad de acceso y los costos son mayores) sino también por algunos problemas culturales de los adultos.
"A los únicos que no les cuesta más sumarse a este programa, estén donde estén, es a los niños. El tema es involucrar y entusiasmar a los profesores y directores, ya que eso es lo más complicado, pero a la vez, lo que más ayuda para que los niños se motiven con esta iniciativa", explica Pastén.
De hecho, esa es la característica común de los equipos ganadores: el compromiso de toda la comunidad y particularmente, de los líderes, ya sea el profesor, el director o el municipio.
Otra barrera cultural, señalan, es la de los sexos. El 70% de los niños que participan en este programa son hombres. "Al ser robótica las niñas no se sienten llamadas, hay un sesgo cultural. Esperarías que la mayoría de los talentos debieran estar distribuidos en el mismo porcentaje en la población, pero no lo tenemos", asegura Torres.
Son equipos de entre 5 y 10 jóvenes, de 9 a 16 años que deberán inscribirse para participar. No necesitan ser de un colegio, pero siempre debe haber un adulto que actúe como guía.
"Hay grupos de amigos, empresas, vecinos, primos, talleres. Cuando un niño tiene interés y cumple con la edad, está siempre bienvenido", asegura Pastén.
Tendrán ocho semanas para construir y programar un robot que sea capaz de completar la mayor cantidad de misiones pre-diseñadas en sólo 2 minutos y 30 segundos en el "Juego del Robot".
Todos los equipos del mundo tienen el mismo tiempo y desafío y deben diseñar el robot en las mismas fechas. Además de la parte científica, tienen una tarea de investigación, que tiene que ver con distintas problemáticas, que también se van renovando cada año. El desafío anterior era sobre la tercera edad, este año fue "la furia de la naturaleza". La solución de este problema, deberán presentarla de manera creativa frente a un panel de jueces.
También deberán demostrar su conocimiento y compromiso con los valores de la FLL y su convivencia como equipo.
"Después de las ocho semanas hay un torneo regional y en ese torneo se seleccionan a los mejores para venir a la final nacional y en la final nacional, buscamos al campeón que tiene todos estos valores y es el equipo más completo. No es el más geek sino que al más completo", explica Pastén.
Generalmente el equipo se divide en dos. El primero construye el robot y el segundo encuentra el problema y la mejor solución para enfrentarlo. Aquí es donde se potencian las habilidades blandas.
"El que es experto en tecnología, pero no tiene habilidades para explicar su proyecto, no va a lograr nada. Son esas habilidades, las que no se enseñan en el colegio, pero que son súper importantes para sobrevivir", explica Engemann.
Todo culmina con un evento mundial para finalizar la temporada FLL a nivel mundial, donde todos los equipos campeones de cada uno de los países que participan, tienen derecho a asistir al evento que se hace en Estados Unidos.
150 equipos de todas las regiones del país participarán en el evento de este año, llamado "Nature's Fury" y cuyo slogan es "Prepárate, protégete y recupérate".
Los equipos podrán inscribirse para enfrentar a la Furia de la Naturaleza y tener la oportunidad de representar al país internacionalmente.
Los estudiantes y equipos de las regiones Metropolitana, Valparaíso, Concepción, Coquimbo, Antofagasta y Punta Arenas, podrán inscribirse en el sitio y prepararse para enfrentar a la Furia de la Naturaleza.
Los ganadores de este desafío tendrán la oportunidad de representar a Chile en FLL World Festival en EE.UU y al FLL Open European Championship, tal como lo han hecho los ganadores de los últimos 5 años. Este es el único torneo de robótica que tiene conexión con competencias internacionales con gran prestigio en el mundo.