El sueño de gran parte de los periodistas es lograr en algún minuto de su carrera escribir un libro de investigación de algún tema que les apasione y triunfar con él. Ignacio y Diego lo lograron a sus 29 años. ¿Qué los unió? El fútbol, la amistad y una carrera en común. Y así, con mucho trabajo, lograron adaptar y profundizar su tesis, transformándolo en el libro "Los 11, los mejores jugadores de la historia de La Roja", que desde su lanzamiento ha aparecido en el Top 10 de los libros más vendidos en el ranking de La Tercera y de El Mercurio. Conversamos con ellos para saber cómo lo lograron.

¿Cómo nace la idea de escribir un libro sobre fútbol chileno?

Diego: Esta idea parte en la previa del Bicentenario. Estábamos haciendo nuestra tesis para titularnos de periodistas en la UDP y veíamos que había recuento de todo: los mejores políticos de la historia, las piezas culturales más importantes; pero 

no había nada de fútbol. 

Pensamos que había una oportunidad de hacer un recuento futbolístico, considerando que no había registros similares. 

¿Bajo qué parámetros seleccionaron a los 11 protagonistas?

Ignacio: Usamos tres parámetros. Primero, los infaltables, los que siempre se dirán que son los mejores, como Zamorano, Salas, Elías Figueroa o Caszely. Segundo, los comentarios de la prensa de la época; y por último, la opinión de los mismos jugadores (perfilados y no perfilados), este punto nos sirvió para encontrar nombres y entender la relevancia de otros.

¿Cuánto tiempo y trabajo les costó el proceso completo de escribir el libro?

Ignacio: Empezamos el reporteo en el 2009 y entregamos el proyecto de título a principios de 2010. Después pospusimos el tema hasta enero del 2013 cuando lo retomamos y comenzamos a hacerlo prácticamente de nuevo. Hay una diferencia enorme entre la tesis y el libro que se imprimió y hoy está en librerías. Tuvimos que actualizar datos, encontramos nuevos entrevistados y mejores anécdotas, a lo que hay que sumar la edición, por parte del Centro de Investigación Periodística de la UDP, que fue un aporte tremendo.

De estos 11 protagonistas, hay algunos muertos y otros vivos. ¿Qué método usaron? ¿Priorizaron la investigación o las entrevistas? 

Diego: Fue una mezcla de ambas. Usamos todos los registros que nos aportaran datos de los perfilados. Entrevistas de los que estaban vivos, de sus familiares y de sus compañeros de equipos tuvieron un rol clave. Pero también debíamos corroborar la información que ellos nos entregaban. A veces la memoria es engañosa o selectiva y en eso la revisión de prensa escrita -citamos al menos 150 recortes de prensa y consultamos más de 300 artículos- y de libros -leímos 20- jugó un rol fundamental. Revisamos revistas en la Biblioteca Nacional para todos los perfiles. 

¿Cuál fue el mayor desafío que se les presentó? 

Ignacio: El tema laboral fue lo más complejo, costaba más coordinarnos entre nosotros y poder hacernos el tiempo para reportear o ir a sacar información a la Biblioteca Nacional. De todas formas, seguimos trabajando de diferentes maneras. Por ejemplo, a veces uno iba al estadio a ver a su equipo y se topaba con una fuente buena y te quedabas conversando. Ya cuando retomamos el libro, nos coordinamos muy bien con Javier Fuica (editor) y ahí el trabajo se hizo más productivo.

¿Cómo se consiguen que alguien tan renombrado en la literatura nacional como Alejandro Zambra, les escribiera el prólogo? ¿Creen que tiene alguna influencia en su éxito? 

Diego: Alejandro Zambra es muy futbolero. Y cuando la editorial Catalonia-UDP le acercó el proyecto, quiso participar pues él es académico de la Escuela de Literatura de la Universidad. Su visión es fundamental y, en efecto, te permite llegar a un público distinto. A abrir el abanico. No sólo los lectores futboleros se enteraron de la existencia, también los seguidores de Zambra. Un aporte similar fue el trabajo de Juan Pablo Meneses, autor de Niños Futbolistas que nos reseñó. Otros nombres importantes asociados fueron los de Danilo Díaz, premio nacional de periodismo deportivo 2009, que nos hizo una reseña del capítulo de Jorge Robledo y Pedro Carcuro, que hizo lo mismo con el de Sergio Livingstone. 

Me imagino que el hecho de lanzarlo justo en época del Mundial fue a propósito. ¿Cuál ha sido la reacción de los lectores, de los críticos, de las librerías?

Diego: Este libro es ideal para la época. No sólo por el boom de la selección, también porque sintoniza con la necesidad de los hinchas de querer ser DTs, de querer opinar. En esta época todos queremos ponernos el buzo de técnico y los 11 ofrece esa posibilidad al lector. 

¿Pensaron ustedes que sería tan exitoso? 

Ignacio: Creíamos que le podía ir bien en cuanto a ventas, porque el futbol es un tema bien atractivo y el tema de nuestro libro se podría catalogar como bien "comercial". A la gente le llama la atención que se haga un listado, y quieren ver si están de acuerdo con estos nombres. Se genera un debate en torno al tema que resulta bien interesante, y eso a la gente le gusta. A todos nos gusta.

¿Qué consejos le darían a jóvenes que quieran sacar sus propios libros?

Ignacio: El principal consejo es que se atrevan a hacer cosas. Si tienen una idea, sáquenla adelante aunque parezca imposible. Obviamente nada es fácil, hay que trabajar duro y ser movido (nadie se te va a acercar a ofrecerte que publiques con ellos), pero lo importante es que se atrevan a concretar sus proyectos. Al final con trabajo duro, dedicación y esfuerzo se puede hacer cualquier cosa.  

"Los 11, los mejores jugadores de la historia de La Roja" de la editorial Catalonia, se está vendiendo como pan caliente en todas las librerías del país. Reúne perfiles completos de Sergio "Sapito" Livingstone, Roberto "Cóndor" Rojas, Elías Figueroa, Jorge Toro, Francisco "Chamaco" Valdés, Enrique "Cua Cua" Hormazábal, Leonel Sánchez, Carlos Caszely, Jorge Robledo, Iván Zamorano y Marcelo Salas.

^{Los autores, Ignacio Morgan y Diego Figueroa}

^{Cortesía de Universidad Diego Portales}

¿Estás de acuerdo con la selección que hicieron? ¿Quién crees que falta dentro de los mejores de la historia del fútbol chileno?