“Todo parece imposible hasta que se hace". Con esa frase de Nelson Mandela que descubrieron en África, resumen estos dos chilenos su experiencia de 12 meses pedaleando por el continente negro. Un total de 12 mil kilómetros y decenas de lugares diferentes, comenzando en Sudáfrica y terminando en Egipto. ¿Cómo llegaron a eso?
Jorge Aguayo y Benjamín Campos habían recorrido la carretera Austral y descubrieron que era posible hacer largas distancias en bicicleta. Ahí conocieron a viajeros extranjeros que llevaban meses y años cruzando países y continentes sobre dos ruedas. Así se plantó la semilla de una travesía que acabó concretándose a fines del 2012. Soñaron mucho tiempo con recorrer el mundo pedaleando, hasta que Benjamín llamó a Jorge y le dijo que tenían que ir a África.
"Me llené de sensaciones y preguntas mientras me lo comentaba, era tan fuerte lo que me proponía que mi única respuesta fue Te llamo mañana. Ese día me dediqué a leer un poco, ver algunas fotos y pensar en la locura que me proponía. Todo encajó y me hizo sentido, era el lugar que estábamos buscando. Al día siguiente le devolví el llamado confirmando y un par de meses más tarde estábamos tomando pasajes a Sudáfrica", comenta Jorge. Fue el comienzo de Baiskeli.
Así bautizaron la travesía, por sus significado en suajili: bicicleta. Su recorrido se fue plasmando, a medida que el internet lo permitía, en este blog lleno de fotos y experiencias. Hablamos con Jorge para que nos contara lo que fue para él estar un año pedaleando por lugares desconocidos de África y qué opina de la bicicleta.
Conocer culturas variadas, comer comidas desconocidas, aguantar un calor abrasante en algunos tramos, solucionar problemas técnicos de la bicicleta, conocer a otros viajeros sobre una bici, lidiar temerosamente con algunos animales, descubrir pueblos perdidos, entenderse con señas en un lenguaje indescifrable, son algunas de las experiencias que tuvieron estos pedaleros y que narran en su blog.
"Cada país fue una historia y un viaje diferente. Por más que uno se documente e informe sobre un lugar, la incertidumbre de lo desconocido se transforma en magia. La cultura, la lengua, las costumbres, la forma de cómo llegar a la gente y preguntar por algo o pedir un espacio en un campo o jardín para alojar.
La bicicleta te regala eso, es el medio perfecto para entrar en un mundo nuevo, es el primer paso para comenzar a vivir un país, ver, respirar, escuchar y conocer gente. Normalmente un viajero en bicicleta levanta mucha curiosidad y la gente se te acerca a conversar y a conocerte. Es un medio tan sencillo y universal, que la gente se siente cercana por el solo hecho de que cualquiera podría hacerlo. En todos los lugares nos llenamos de cariño y invitaciones a dormir y comer".
El día de bicicleta se ordena según la luz del día, nos cuenta Jorge. Así que comenzaban a primera hora con un buen desayuno para llenarse de energías. "Es importante antes de comenzar con el pedaleo, planificar tu día, ver los puntos donde podrás conseguir agua, revisar la ruta en un mapa e intentar definir un objetivo y los lugares donde harás las paradas a comer", aclara Jorge.
Después de eso, puro pedaleo, distribuyendo las horas según cada lugar. Por ejemplo, en el desierto, convenía aprovechar las mañanas y las tardes, para evitar el calor. Pasaban en promedio unas 5 o 6 horas avanzando y unas dos horas antes de la puesta de sol, buscaban un lugar para pasar la noche seguros y tranquilos.
"Si estás en un lugar habitado, es importante preguntarle a la gente y pedir permiso, esto te da el respaldo de la comunidad local y normalmente te regala una invitación de algún tipo".
"Recuerdo especialmente una zona al norte de Botswana donde la ruta por la que nos movíamos cruzaba un parque nacional. Eran cerca de 400 kilómetros y tardamos una semana en el cruce. Una de esas noches no encontrábamos un lugar aislado donde dormir. Finalmente nos metimos por una huella y vimos una antigua torre de metal usada como mirador para observar a los animales que iban a un bebedero de agua. Decidimos dormir sobre la torre (la verdad, no dormimos mucho). Fue por lejos nuestra mejor experiencia con los animales africanos, estábamos solos en la mitad de la sabana y durante toda la noche lo único que nos acompañaba era el ruido de los animales y las visitas de los elefantes, búfalos y jirafas a metros de nosotros".
Si quieres conocer más en detalle las experiencias vividas en África, puedes entrar en Baiskeli.
Antes de África: "Un medio de transporte limpio, rápido y económico. Viviendo en el centro era mi medio para moverme por Santiago al trabajo, a ver a la familia y los amigos. Descubrí la bici en mi época escolar. No me gustaba tener que caminar y tener que subirme todas las mañanas a la micro, que por lo demás venía llena (llegaba con más sueño al colegio). Había en casa de mis padres un bici botada que comencé a usar para ir al colegio, ¡esa fue la clave! Me ayudaba a darle energía a mi día, tardaba la mitad de tiempo y me daba toda la independencia que necesitaba. Desde ese momento no la dejé nunca más".
Después de África: "Mi compañera que me lleva donde quiera y donde sueño".
Camino a Gonder, Etiopía, Jorge Aguayo.
"La bicicleta tiene muchos valores importantes en la vida de las personas. Es un medio transversal en nuestra sociedad, en todas partes existe una bicicleta, todos podemos andar en una y tener autonomía. También el valor del deporte, tener una actividad sana. Y en nuestra sociedad occidental, en ciudades congestionadas, tiene un rol importantísimo para el traslado de las personas, la limpieza del entorno, la contaminación visual, acústica y del aire".
"La evolución y el incremento del uso de la bicicleta en nuestro país ha sido increíble. Cada día más estamos optando por la bicicleta como medio real de transporte y no sólo recreativo. Hay una intención por parte de los municipios de mejorar y adaptar las ciudades para facilitar el uso de la bicicleta.
A pesar de la voluntad, por ejemplo, en las ciclovías, aún nos falta muchísimo aprendizaje sobre la calidad en términos de usabilidad y seguridad, se construyen pensadas en los automovilistas y no en los ciclistas. Muchas de ellas están pensadas para uso recreativo y no de traslado, lo que hace que muchas de ellas sean incluso más inseguras que andar por la calle. Nos falta más cultura como pedaleros y como automovilistas. Cómo transitar y usar la calle, cómo convivir y compartir los espacios urbanos. Es un cambio cultural el que estamos viviendo, es parte del proceso y el aprendizaje, el desarrollo en mi punto de vista ha sido súper positivo".
Este es el recorrido que hicieron Jorge y Benjamín:
Y estas son algunas de las fotos que sacó Jorge en el recorrido:
*Si quieres ver más fotos, puedes entrar al Flickr de Jorge o de Benjamín.