¿Se acuerdan de esos anteojos de plástico que estuvieron de moda hace un par de años? ¿Marco negro y brazos de colores fosforescentes? Thomas Kimber se acuerda. No le gustaba la moda en general, pero esos anteojos le desagradaban de manera particular. Le parecía increíble como la gente seguía modas porque sí. Porque una amiga se los puso, que se los vio a otra y esa otra a otra, que los pilló en una revista que puso a una actriz famosa usándolos y así. No importaba nada más. Pero a Thomas, quien había abandonado su carrera de ingeniero comercial por estar en completo desacuerdo con el modelo económico que le enseñaban, había un factor que le importaba y que todos parecían ignorar: el medio ambiente.
La mamá de Thomas es fotógrafa. Él la acompañaba mucho a sus viajes y en su minuto le tocó ir de forma recurrente a la Patagonia. Se enamoró de la naturaleza y de lo insignificantes que parecemos al lado de su grandeza y perfección. "Cuando la conoces, la respetas y te das cuenta lo importante que es para la vida. Como yo tenía este mundo tan natural por un lado y por el otro estudiaba comercial, donde me decían que había que bajar los costos, mandar a hacer a China, que pagar el sueldo mínimo está bien y que hay que vender lo que sea como sea, decidí salirme y dedicarme a hacer algo para cambiar el mundo".
Partió con una plataforma web que funcionaba como un centro comercial online donde sólo se vendían productos que se fabricaran de manera amigable con el medioambiente y se les hacía descuento a quienes compraran. Sin embargo, dejó todo de lado cuando a finales de 2011 se quemó una zona de las Torres del Paine y, junto a Matías Rivera, formó la incitativa -hoy fundación-, "Reforestemos la Patagonia". Una campaña público-privada que logró que se plantaran 200.000 árboles, provenientes de 50.000 personas distintas de 36 países diferentes, en tan sólo ocho meses.
Reforestemos la Patagonia fue la campaña de reforestación más grande en la historia de nuestro país. Hubo muchas pasadas de largo, esfuerzo en lograr congeniar el modo de trabajo del sector público con el privado, generar una plataforma entretenida, hasta que se logró conectar algo tan tangible como plantar un árbol con la parte virtual: A través de Google Maps tú puedes ver dónde estaba el árbol que llevaba a tu nombre, "le dimos sentido de pertenencia a las personas que aportaron sus lucas, ellos tenían un pedazo de la Patagonia".
Pero en medio de todo esto, Thomas fue a la playa, vio los anteojos fosforescentes y le dio rabia. Tanta, que decidió hacer unos anteojos para competir contra ellos. Eso sí, por un camino completamente distinto.
"Más que nada porque es una de las industrias más contaminantes. Las cosas pasan de moda por una ridiculez, entonces botas tu ropa vieja. La producción de la ropa y de todo lo que es moda, es horrible. La cantidad de químicos, de toxinas que tiras al agua, aire, bosques, es ridícula. A la gente le pagan pésimo, los costos son muy bajos, los traen de China, la mayoría son de mala calidad, entonces duran muy poco y hay que comprar y comprar entonces dejai la cagada. Yo creo que uno tiene que comprar pocas cosas pero de buena calidad y que te duren harto y sean ricas, ojala hechas a mano, ojalá materiales locales".
"Pensé 'Si la gente va a seguir estas modas, por lo menos que sigan modas no dañinas ¿Cómo lo logro? Haciendo un producto de igual o mejor calidad que esa, que sea de diseño y terminaciones exquisitas, pero que sea producido de una manera completamente distinta'. Ya que veía que esos anteojos me molestan y la madera, si es que es madera nativa de bosques bien manejados, es el mejor material en cuanto a respeto por el medioambiente, empecé a probar. El material lo saco de árboles caídos y demoliciones, lo que los hace biodegradables y tienen otras mil cualidades, es muy noble, bonita... pero no sabía cómo hacerlo. Estuve un año y medio-dos años pensando en un anteojo que funcionara. Ahí perdí meses juntándome con artesanos de madera en Pucón, Villa Alemana, en la Florida, Ñuñoa, etc. Les pedía que hicieran ese anteojo de plástico pero de madera. Como no había nadie en el mundo que los hiciera, era sin manual, hasta que después de un tiempo salió la marca Schwood, que les ha ido increíble y es la marca más grande del mundo... se lanzaron cuando yo estaba empanzando".
Thomas, quien bautizó su joyita como "Karün", que en leguaje mapuche significa "ser naturaleza", sólo recibía pruebas y errores. Como eran tallados, eran muy toscos y grandes. Hasta que entendió que a esto había que meterle diseño de la mano de ingeniería. Invitó a participar un socio, ya con la idea de mezclar el oficio de la carpintería con tecnología de punta, como el láser. Se pusieron a trabajar con programas de computación y finalmente llegaron a un anteojo bueno. Levantaron inversión y con eso armaron una fábrica y un equipo.
"Mi primer error grandísimo fue haberme tirado a producir sin tener el anteojo perfecto antes, perdimos un año entero de producción. Sabíamos hacer un anteojo que no estaba perfecto. Pasar de un anteojo a hacer muchos mensuales, es muy distinto. Tienes que tener un proceso productivo que nosotros no teníamos. Además, nuestro anteojo no estaba bien pensado, tenía problemas estructurales. Lo más difícil en Karün ha sido armar un proceso productivo, que recién ahora estamos manejando. El mejor consejo que puedo dar es que si hay algo de lo que tienes idea y nunca has hecho, asesórate con alguien que sea seco y lo haya hecho mil veces".
"Yo debería haber acudido a alguien con mucha experiencia en producción. Al final los procesos productivos son todos iguales, cambia la acción, el material. Yo me debería asesorado con alguien seco en producción y en paralelo con un muy buen diseñador industrial y no hice ni una de las dos. Tuvimos que hacer prueba y error constantemente y eso es muy caro y muy muy frustrante".
Pareciera una historia que va a terminar mal. Pero todo lo contrario. Tras lograr un ejemplar bonito, con diseño, donde lo único importado es el lente óptico de Italia, con toda una simbología mapuche tallada en los brazos, Thomas le presentó su producto a ProChile y ProChile a Alfredo Moreno y Moreno al presidente Piñera y él le dio el visto bueno para que fuera el regalo oficial de la cumbre CELAC 2013 para todos los presidentes asistentes.
En ese entonces tenían una capacidad de producción de 40 al mes. Y salieron a la luz y comenzaron los llamados y las listas de espera. Luego vino Lollapalooza, donde los invitados también recibían los Karün de regalo y la gente más hablaba de ellos. Hasta que se enteraban de los precios y a varios se les pasaba el entusiasmo. (Desde los $120.000)
"Eso es por una razón. Yo creo que hay miles de cosas que uno puede hacer más baratas para todo el mundo, como la empresa de chalitas biodegradables que me traje una vez. Tú cuando las dejabas de usar, las enterrabas y se degradaban. Las veníamos en Falabella a $9.000, esa es una manera de demostrar que pueden haber cosas masivas hechas de una manera distinta, pero con Karün yo dije otra cosa: Si miras todas las marcas de lujo, son marcas a las que todos apuntan pero que la gente no puede acceder porque son muy caras y la gente con plata siente que son propias. Todas las otras marcas las imitan en todo: en cuanto a publicidad, productos que sacan, entonces la única manera de cambiar todo para abajo es cambiando lo de más arriba. Si tu logras demostrar que eres capaz de armar un anteojo que se venda en un millón de pesos y que la gente con mas plata en el mundo los quiera comprar, todo el mundo va a querer copiar cómo llegaste a hacer eso, es un muy buen moldeo y Brad Pitt lo va a usar luego...".
"El tema de los mapuches no es por un tema marquetero tampoco, todas las culturas indígenas hispánicas llevan más de 13 mil años en el planeta y han aprendido a convivir de la mano con el medioambiente, no destruyen. Nosotros en 200 años hemos destruido todo, entonces hay mucho que aprender de ellos. ¿Cómo aprendemos de ellos para traspasarlo al mundo moderno? Como ahora somos una empresa chica, no tenemos la capacidad de hacer muchas cosas, pero lo primero es aprender su simbología, desde el inicio".
"El modelo económico que tenemos nos ha acostumbrado a pagar poco por las cosas y los sueldos están hechos en base a eso ¿por qué? Porque la mayoría de las marcas mandan a hacer a China, con niños maltratados, con plástico que contamina, sin ningún tipo de respeto por nada, entonces así es muy fácil llegar a costo bajo y vender bajo. Si tú haces las cosas bien: un trabajo a mano, con materias primas, naturales, locales, con trabajo con la comunidad, pagando más que el sueldo mínimo, usando cosas de buena calidad etc. es imposible que llegues a un costo bajo y no puedes venderlo bajo porque pierdes plata. Hay que entender que hay que darle valor a las cosas. Este anteojo Karün, para mi, tiene muchísimo más valor que un anteojo marca Cartier. Un Cartier no tiene valor, lo que tiene valor es lo que hay detrás y no puedes cobrar poco por eso. Si yo cobrara 50 lucas por este anteojo, estoy dando un mensaje muy muy equivocado, porque al final van a decir 'Ah ya filo, es una artesanía rasca' y no se van a dar cuenta lo importante que hay detrás".
Actualmente están produciendo 300 ejemplares mensuales y el objetivo es alcanzar los mil este año. Todo lo que producen se vende el mismo mes que lo sacan del horno. Ahora se preparan para en marzo estrenar sus nuevos modelos con cuero de salmón, lapislázuli y plata. Entre tanto Thomas irá a una serie de ferias fuera del país y reuniones con retail para comenzar a comercializar en tiendas extranjeras. "En Chile todavía no se valora este tipo de cosas, faltan 10 años para eso. Lamentablemente Chile es un país muy copión. Tiene un potencial increíble, me da una rabia gigante ver que todas las marcas chilenas son importaciones, traerse marcas, ¿Por qué no armamos todo acá? Tenemos bosque, mar, desierto, río, una cantidad de magia en el país que podríamos ser nosotros los que inventamos y la gente quiera llevar para afuera, pero la gente solo compra marcas que ya están posicionadas afuera, no se atreve a probar, a darle valor a lo local".
Demostrando con hechos que tu puedes armar productos filetes. En el minuto que Brad Pitt use estos antojos todos van a decir 'Ooh yo también quiero un Karün'".