La situación era la siguiente: La dupla varones Lippi Tamarugal XC 2, compuesta por Andrés Miller y Luis Soto, vivía el primer día de la final del Columbia Challenge, carrera multidisciplinaria (Orientación, trekking, mountain bike) que consiste en buscar puntos con un mapa y una brújula y el que los encuentre en el menor tiempo, gana. Ese primer día, la carrera partió con una etapa de mountain bike, con trekkings intercalados. Fue allí donde perdieron valiosos minutos buscando los puntos de trekking y después, al retomar las bicicletas, desmontaron neumático y pincharon rueda tres veces. Le tuvieron que pedir una cámara para la rueda a otro equipo porque habían agotado las suyas de repuesto. Entre la orientación y la falla mecánica, perdieron casi una hora. Desde afuera, podría pensarse que el escenario era bastante adverso, pero desde adentro, el entrenamiento los había preparado para mucho más.

Andrés Miller ha hecho deporte durante toda su vida. Comenzó el 2001 con carreras de aventura, se puso a entrenar más en serio el 2004 y dos años después se alejó del deporte por motivos laborales. En  2011, volvió con todas las ganas y se enfocó en correr. El año pasado recibió una llamada de Verónica Bravo, amiga de él y deportista dedicada a competir en el extranjero, quien le propuso armar un equipo para participar en el Circuito Columbia Challenge 2013, que consta de 3 fechas clasificatorias durante el año y cuya etapa final, se llevaría a cabo en el Parque Tantauco, al sur de Chiloé. Miller aceptó el desafío.

El diseño de la carrera de la cuarta fecha, que tuvo 42 duplas tanto nacionales como itnernacionales, contempló un recorrido cercano de 55 kms y 5 PC en mountain bike, 18 kms y 5 PC en trekking y otros 32 kms y 7 PC en kayak.

Para "no guatear tanto" frente a sus compañeros del equipo Lippi, todos más dedicados al deporte que él, la dinámica de entrenamiento fue la siguiente: Proceso aérobico, todo lo que saca resistencia; subir cerros, estar 3 horas al 70/80% de capacidad aeróbica, trote largo, pedaleo intenso, algunas idas a remar. Esto, sumado a lo que genera fuerza y potencia; repeticiones en pista, velocidad,  sesiones de pesas.

¿Cómo llegas a Luis Soto, compañero de dupla y con quien lograste subirte al podio?

"Lo curioso de nuestro equipo es que fue armado para competir sin necesariamente ser grandes amigos de antes. Vero Bravo nos conocía a todos por separado y nos invitó. Luis vive en Temuco y es profesor de educación física. La Vero, que era de mi equipo pero que compitió en la Dupla Mixta, también es profesora de educación física y vive en Viña del Mar. Por último, Leonardo Gallardo vive en Arica, así que todo lo coordinamos por teléfono y nos juntamos sólo a competir. Ese ha sido el mayor desafío: Mantenernos juntos e intentar funcionar como una equipo afiatado “de toda la vida”,  sin vivir en la misma ciudad. Lo que si bien nos deja en desventaja, el equipo es súper profesional, por lo que se logra un muy buen trabajo en conjunto aunque no seamos tan cercanos."

Y así lo demostraron en la competencia de 24 horas, dividido en dos etapas de 12 horas cada una. Se mostraron fuertes cuando el viento estaba en contra y la lluvia era intermitente mientras pedaleaban en sus mountain bike. Perseverantes cuando el barro y la vegetación dificultaban la orientación y el ritmo en el trekking y energéticos en el cruce longitudinal de un río de 8 kms. donde sólo se podía remar en un 10% del tiempo, pues casi en su totalidad fue con el kayak a rastra entre los troncos y senderos por lo bajo que estaba el torrente.

¿Cómo describirías las 24 horas de carrera?

"Un primer día muy cansador y con harta orientación. Tuvimos que ser muy obedientes y mateos con la brújula porque en Chiloé todo es muy plano, entonces no tienes referencias, no puedes salirte de los rumbos porque no hay cerros de referencia. El segundo día fue más fácil la orientación y por ende la carrera más rápida y con los equipos competidores siempre a la vista. Al ser más rápido, uno podía seguir a otro equipo o que te siguieran a ti, fue más compacto el grupo de competidores."

¿Cuál fue el momento más difícil?

"La remontada del río desde el lago Chaiguaco al Chaiguata. Eran 8 kilómetros que teníamos que atravesar con el kayak y casi no pudimos remar porque estaba muy bajo, así que ahí arrastrándolo, tropezándonos, estuvo difícil."

A pesar de que cuando cruzaron la meta, Miller y Soto creían que habían ganado, no lo sabían con certeza, porque una vez que llegan todos los equipos, se suman los puntajes obtenidos por cada punto encontrado. Al reafirmar su presentimiento, Andrés lo califica como "uno de los mejores momentos deportivos que he tenido. Es una satisfacción gigante ganar mi primer circuito anual ahora que tengo familia, niños, trabajo. Ha sido mucho el esfuerzo para lograrlo. No sé si quiero que empiece el otro año... (risas)".

¿Qué te deja este triunfo?

"Independiente de quién o cómo sean los resultados, este deporte entrega un montón de cosas que van más allá de un triunfo o no. Entrega trabajo en equipo de verdad, compañerismo y además ha crecido muchísimo. Este año corrieron alrededor de 80 equipos el circuito completo. Hay que agradecer y felicitar la convocatoria de la carrera y el crecimiento de este deporte." 

El deportista valora las carreras también por las locaciones en las que se internan, que muchas veces no tienen idea siquiera que existen. "En las carreras uno se adentra en los lugares, eso siempre es bonito. Obviamente Chile tiene partes que tienen una belleza superior en sí misma, como Chiloé con su bosque y la cantidad de agua. Creo que es una suerte haber podido correr allá. Sólo tengo pensamientos de alegría, pero sobre todo de agradecimiento a mis compañeros de equipo , mi señora y mi trabajo (Latitud 90), que me apoya en estos desafíos".