Un médico puede recibir en la semana hasta ocho visitadores médicos en su consulta. Estas visitas, que son realizadas por representantes de diferentes laboratorios, vienen acompañadas de muestras de remedios, coloridos folletos con las últimas novedades en medicamentos, regalos e invitaciones a distintos congresos médicos que muchas veces se realizan en atractivos puntos turísticos.

Al psiquiatra Pablo Santa Cruz (35) este tema le inquietaba. Por lo mismo publicó un paper con una serie de revisiones sobre la influencia que ejercía el marketing sobre las decisiones de los médicos y los conflictos de intereses en la medicina.

A Juan Carlos Almonte (34) le sucedía algo similar. Entendía que esta situación no era formalmente un soborno, tampoco corrupción, pero sí sentía que "se olía en el aire" de que algo no andaba bien... Pero nadie hablaba de eso.

Por lo mismo, se contactó con Santa Cruz y junto a otro médico, el internista Rodrigo Irarrázaval, formaron Médicos Sin Marca (MSM), agrupación que busca "promover un ejercicio clínico responsable, basado en evidencia y libre de las influencias de la propaganda y los incentivos provenientes de la industria farmacéutica y de dispositivos médicos”, según asegura en su página web.

En palabras más simples: le cerraron la puerta a los visitadores médicos, a los congresos organizados por laboratorios y cualquier otro tipo de situación en el que el marketing pudiera perjudicar su decisión independiente a la hora de prescribir un medicamento.

Médicos Sin Marca es una reproducción de otras iniciativas que hace años se han instalado en el extranjero, como la española No Gracias y la norteamericana No Free Lunch y que buscan crear debate público frente a cómo los métodos de marketing empleados por la industria farmacéutica influye en los médicos y su decisión en la prescripción de medicamentos.

¿Qué los motivó a hacer esto?

"Los médicos cuando nos recibimos, entramos en los engranajes de la práctica clínica, que significa pertenecer a un equipo de trabajo y empezar a recibir promociones e incentivos de parte de los laboratorios. De alguna manera uno entra a un lugar en el que sientes un olor, olfateas algo en el ambiente que te dice: esto no huele bien. La tendencia natural, como pasa con los olores es que después de un rato te acostumbras y lo dejas de sentir. Te das cuenta que nadie más lo está sintiendo y no es gran cosa", cuenta Santa Cruz.

¿Está comprobado que la influencia del marketing afecta las decisiones de los médicos?

"Hay una evidencia súper concreta, objetiva y demostrada de que el marketing y el incentivo de las industrias tienen un efecto pernicioso sobre las decisiones terapéuticas de los médicos y los costos de los tratamientos.

Hay estudios que han mostrado que con una frecuencia muy alta y muy preocupante, las creencias de los médicos respecto a un medicamento se ajustan más a la propaganda que a los datos científicos.

Lo otro es que hay medicamentos que son súper ventas a nivel mundial y que no han demostrado ninguna ventaja significativa con otros tratamientos más antiguos, más económicos y mejor conocidos y que por lo tanto la única explicación razonable para el hecho de que sean súper ventas es que el gremio médicos está influido a la hora de prescribir", explica Santa Cruz.

¿No hay nadie que fiscalice este proceso?

"Los laboratorios hacen la investigación, analizan los datos y publican lo que a ellos les interesa publicar. No hay ninguna regulación que obligue hoy día a los laboratorios a liberar esos datos y lo que hay en estos momentos es una campaña para ejercer presión sobre la industria farmacéutica y para generar conciencia ciudadana en el mundo respecto a la importancia de que se logre esa transparencia", dice Santa Cruz.

Entre esas iniciativas, nombra All Tries, una campaña mundial que cuenta con el apoyo de diferentes organizaciones y que busca reunir firmas para que las pruebas clínicas sean publicadas y de fácil acceso para el público.

El psiquiatra explica que si se revisan los números de la industria, las cifras de gasto en costos de marketing es aproximadamente el doble de lo que les cuesta realizar ciertas investigaciones para lanzar nuevos medicamentos. Por lo mismo, ese gasto encarece los medicamentos y atenta contra el acceso a estos.

"Cada vez que un médico se permite ir a comer a un restaurant o ir a escuchar una charla organizada por una farmacéutica, la cuenta la terminan pagando los pacientes. Eso por eso nos parece éticamente inadecuado que los médicos se dejen acariciar por todo esto", asegura Santa Cruz.

¿Cómo funciona Médicos Sin Marca?

"Impulsando. Estamos a cargo del sitio web, damos conferencia, diseñamos la propuesta y seleccionamos contenidos. MSM busca transformarse en una agrupación amplia y abierta en que todos los médicos que estén de acuerdo con nuestros postulados y que estén dispuestos a hacer un giro y cortar por lo sano con el marketing y los incentivos, se sumen", cuenta Almonte.

La organización ya cuenta con más de 60 profesionales de la salud que se han comprometido a cerrarle la puerta a las marcas y que concuerdan con la propuesta que estos tres médicos crearon para combatir el problema. En la página web también hay información sobre los efectos del marketing en la medicina. Es un llamado básicamente a que todos aquellos que opinen de esa manera se sumen y cambien su actitud frente a los laboratorios.

¿Cómo recetan?

"No somos dogmáticos. No es que nosotros planteemos que siempre hay que recetar genéricos o medicamentos por principio activo. Pero lo que uno decida recetar, que no esté contaminado en toda la medida de lo posible, ni por la propaganda, ni por incentivos u otros intereses. En general eso puede reflejarse en una prescripción por principio activo, donde uno le da al paciente el beneficio de escoger si confía en los genéricos, que compre un genérico, y si no confía en los genéricos, que compre una alternativa de marca", explica Santa Cruz.

¿Cuáles son sus proyecciones, qué quieren lograr?

"Estamos con toda la energía puesta en hacer difusión de lo que hemos pensado y leído. Queremos que esto entre al discurso. En primer lugar en los médicos y estudiantes de medicina, pero también creemos que es súper importante que estos temas se sepan a nivel de sociedad civil. Que todos podamos incorporar estos temas, conversarlos, pensarlos, discutirlos. Para que después cuando alguien vaya como paciente a ver un médico, pueda decir: doctor, usted me está dando este remedio que vale ocho veces más caro que esta alternativa, ¿sabía eso?", dice Almonte.

"Pensando en los objetivos, lo he pensado como una especie de triada: primero generar mayor conciencia dentro y fuera de la profesión, luego avanzar hacia una mayor transparencia en torno a los conflictos de intereses e idealmente como objetivo fundamental: avanzar hacia una mayor independencia de la profesión médica y de las fuentes de información de la medicina, respecto de los intereses comerciales de la industria", explica Santa Cruz.

¿Cómo fue la acogida de sus colegas?

"Hay de todo. En los médicos jóvenes les es más fácil verlo, hay una historia con menos capítulos en esta relación con la industria, entonces es más fácil tomar una posición de observador. Un medico que tiene 30 años en la profesión está demasiado adentro. Y es difícil, uno comprende. No es un ejercicio sencillo", opina Almonte.

"Además para al hacer este cuestionamiento es como decir: he estado cometiendo un descuido, por decirlo menos y en algunos casos con falta a la ética. Entonces es más fácil cuando has llevado trabajando dos o tres años, que cuando ha sido tu modo durante 20 o 30 años", dice Santa Cruz.

¿Qué te parece esta iniciativa?, ¿Crees que los médicos pueden ser influidos por el marketing de las farmacéuticas?