Promover y proteger los derechos humanos nunca ha sido una tarea fácil. No solo significa estar pendiente de lo que ocurre en toda esquina del mundo, sino que en algunos casos estar dispuesto a poner la propia vida en peligro en pos de un bien común. Este es el trabajo que asumió el 1 de septiembre la ex presidenta; proteger los derechos estipulados en 1948 por la Organización de las Naciones Unidas.
“Declaro solemnemente y prometo ejercer con toda lealtad, discreción y conciencia las funciones que se me han confinado como funcionaria internacional de la ONU”, dijo Michelle Bachelet a principios de septiembre, cuando hizo el juramento como la nueva Alta Comisionada para los DDHH.
Es la séptima comisionada que encabeza el organismo desde que fue creado en 1993. En su primer día al mando, desde su oficina en la mitad de Ginebra, estableció que su principal objetivo no solo es que los DDHH sean parte de una declaración, sino que también una realidad “para todos los habitantes de este planeta”.
¿Cómo ha sido la experiencia de sus antecesores? ¿Qué situaciones les ha tocado afrontar?
“El derecho internacional de los derechos humanos impone a los gobiernos la obligación de actuar de ciertas maneras o de abstenerse de ciertos actos, a fin de promover y proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales de las personas o los grupos”, explican en la página del organismo.
Para hacer esto una realidad, hay que tomar medidas frente a quien cometa crímenes en contra de los derechos de cualquier persona, sin importar el tipo de amenazas que puedan aparecer.
En 2016, el predecesor de Bachelet, Zeid Raad Al Hussein (diplomático jordano), pidió a las autoridades filipinas que iniciaran una investigación de los actos cometidos por el presidente de su país, Rodrigo Duterte. Todo debido a que en su campaña contra las drogas, se evidenció una epidemia de asesinatos extrajudiciales y, un tiempo antes, Duterte había admitido su participación en el asesinato de tres personas cuando ejerció como alcalde.
"Es impensable que un sistema judicial en funcionamiento no inicie un proceso de investigación cuando alguien ha admitido abiertamente que es un asesino", dijo en 2016 el entonces comisionado. Esto desató una serie de amenazas por parte de Duterte, incluyendo una en la que dijo que incendiaría la sede de la ONU en Nueva York.
Otro caso es el de Navi Pillay, quien entre 2008 y 2014, también ocupó el cargo que hoy ocupa Bachelet. Es una abogada sudafricana que participó activamente en su país contra el apartheid (sistema de segregación racial en Sudáfrica y Namibia). También fundó la organización Equality Now, que busca proteger los derechos de la mujer y además participó en varias organizaciones que defienden los derechos de la infancia, víctimas de tortura, entre otros.
"Esta es la única oficina en la ONU que es ferozmente independiente con respecto a los estándares de derechos humanos. El comisionado es la voz de las víctimas en todas partes", dijo la antigua comisionada cuando asumió en 2008, para la BBC.
Hace 15 años ocurrió uno de los más grandes atentados que ha habido contra la ONU, donde 21 personas murieron por un ataque terrorista en Bagdad, entre las cuales estaba Sergio Vieira de Mello, el entonces alto comisionado de los Derechos Humanos (entre 2002 y 2003).
Como funcionario a cargo del departamento, realizó importantes obras como liderar el proceso de independencia de Timor Oriental (país que había sido ocupado y explotado por Portugal y posteriormente por Indonesia). Esa fue la primera vez en que la ONU fue la responsable de construir desde cero la institucionalidad de un país, y en mayo del 2002 se convirtió en el primer estado soberano nacido el siglo XXI. Actualmente, Vieira de Mello está sepultado en el Cementerio de los Reyes en Ginebra, el cual está especialmente hecho para personas que han marcado la historia internacional.
¿Qué desafíos se le vienen a nuestra compatriota por delante?
Varias autoridades se han referido a los desafíos que ya está viviendo la presidenta en la ONU, en el cargo que ocupará entre 2018 y el 2022. El excanciller chileno, Heraldo Muñoz destacó la dificultad que exige un cargo como este en el que se deben defender los derechos de todos, incluyendo de los residentes de los países que no cumplen con democracias ni sistemas que ofrezcan protección.
“Hay países donde se violan sistemáticamente los derechos humanos y hay otras naciones que no contribuyen a la persecución de estos principios. Estados Unidos, por ejemplo, un país que históricamente apoyaba a esta oficina con decisión, hoy muestra una actitud más bien crítica a esta estructura de Naciones Unidas”, dijo.
Y podrían venir tiempos especialmente difíciles para la organización, la que desde junio no cuenta con el apoyo de Estados Unidos. El Alto Comisionado se relaciona con el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, el cual está compuesto por 47 estados y la potencia estadounidense ya anunció su salida a mitad de año. Uno de los motivos de esto es que el país norteamericano considera que hay países miembros que no cumplen con los derechos humanos, como Venezuela y Corea del Norte.
Y además de los desafíos que se le presentan a cualquier autoridad que quede en el cargo, la ex mandataria se afrontará a uno nuevo. Se recortó el presupuesto de su agencia. Según su último predecesor, varios planes se redujeron entre el 5% y el 25% para el presupuesto 2018 - 2019, explican en Pauta.
"Los mandatos oficiales en materia de derechos humanos continúan creciendo en número y alcance, pero los recursos del presupuesto regular no van al mismo ritmo", criticó Zeid Raad Al Hussein.
Aun así, se espera que el trabajo de la presidenta sea exitoso. “Ella es de esas personas que se dedican en cuerpo y alma a hacer bien la tarea encomendada y no está pensando como en el ajedrez en su próxima jugada”, explicó Heraldo Muñoz.
Y hasta ahora ya le ha tocado ponerse la camiseta y enfrentar a importantes autoridades de otros países, como el embajador de Burundi, Albert Shingiro, quien criticó al jefe de la investigación de los abusos cometidos en su país, comparándolo con un traficante de esclavos.
Esto durante la intervención del embajador en la Asamblea General de la ONU el miércoles 24 de octubre. Shingiro rechazó el trabajo realizado por la Comisión de Investigación, la que había señalado que el Gobierno de Burundi había sido responsable de crímenes de lesa humanidad por la violencia política que había en 2015.
“La declaración de ayer del Embajador de Burundi, Albert Shingiro, en el que se ataca el informe de la Comisión de Investigación internacional independiente, es profundamente lamentable tanto en tono como en sustancia”, dijo Bachelet. “Y el ataque personal al presidente de la Comisión de Investigación, el Sr. Doudou Diene, comparándolo con un participante en el comercio de esclavos, fue una desgracia”, agregó.
En un cargo como este, Bachelet deberá demostrar toda su pericia, prudencia y firmeza, para hacer frente a algunas de las situaciones más crudas a las que un político puede enfrentarse en su carrera.