¿Tuviste un fin de semana belicoso y con tu marido/señora/pololo/polola? ¿Terminaste más peleado que la Democracia Cristiana con el Partido Comunista? ¿Le diriges miradas con más odio que Tomás Gonzalez a los jueces olímpicos? ¿Tienen menos onda que Javiera Blanco con la diputada Sabat?
Ya es miércoles y ha llegado la hora de levantar la bandera blanca… porque ¿se ha visto algo más agotador que una pelea amorosa? Les juro que prefiero escaparme con la billetera de Usain Bolt por la mitad de la calle, que mantener un drama por más de una hora.
Y cual candidata a Miss Chile (no es necesario que me hagan bullying en esta parte del texto) les quiero dar algunas recomendaciones para que se abuenen con su compañero de isapre y vuelvan a ver la vida como una gran postal de tarjeta Village. Acá algunas ideas:
Si quieres arreglarte, en serio lo primero que tienes que hacer es cerrar la boca. Nada le echa más fuego a un conflicto que comentarlo y peor aún, que la contraparte se entere. Una pelea crece cuando se comenta (con esto no quiero decir que esté prohibido pedir consejos) pero en serio, poner en el wasap de curso que estás cotizando a un sicario no es una buena idea.
Primero, porque siempre eso da para cahuines innecesarios y segundo porque el otro SIEMPRE sabrá que lo contaste lo que genera una verdadera guerra civil. ¿Y si estás muy desesperada por hablar? Llama a esa compañera que tuviste en kínder en Cauquenes y que no ves hace 35 años pero que según tú igual es atinada y pídele ayuda. Pero amiga, llamar a la señora del colega del marido para pedirle consejos, te juro que no es buena idea.
Aquí los orgullosos no juegan… en verdad en ninguna de las ideas que voy a proponer, porque el orgullo hay que metérselo al bolsillo para resolver problemas. Si queremos trabajar en una economía real del conflicto (¿para qué estar peleado dos días si se puede estar 3 horas?) es importante actuar con rapidez y creatividad. El factor sorpresa que descoloca funciona muy bien. La idea es regalarle algo que JAMÁS esperaría de ti… una comida romántica preparada con tus lindas manos considerando que se te quema hasta la sal, una entrada a un concierto de Arjona cuando eres el presidente del fans club de MEGADETH, una caminata al Manquehue tomando en cuenta que un cajero automático es más activo que tú. En definitiva cumplir “Su sueño por un día” y decirle con eso que tal vez es cierto que estuviste a punto de cometer un asesinato el fin de semana, pero que en verdad es tanto el amor que puedes transar tus gustos y hasta corear “Señora de las 4 décadas” con el guatemalteco.
Aquí hasta el más pudoroso se derrite como mantequilla. Porque a todos, incluso a José Piñera, nos gustan las demostraciones de cariño frente a los demás. Se fue con un portazo, te puede hasta haber bloqueado en todas las redes sociales, pero si subes una foto juntos a Facebook y escribes algo como: “Este fue uno de los días más bacanes de mi vida. ¿Cómo no? Si me puse a pololear con el hombre más inteligente, protector, creativo, divertido y guapo (siempre es importante ese ítem) de toda esta angosta faja de tierra”. Lo etiquetas y dale 1 hora… ese gatito volverá. Idem al revés o como sea la pareja. Esto, hasta te ayudará a ti mismo a recordarte lo bueno de la relación y del otro, cuando estás creyendo que es más obstinado que Paris Hilton o Justin Bieber.
Obviamente lo normal es que estas cosas se compartan en un momento bello de la relación, pero mírenlo al revés, también es una buena herramienta para bajar las tensiones. Puede que algunos vomiten con esta recomendación, válido. Y si es tan así, no la apliquen, pero de que funciona, funciona.
El humor es un gran bálsamo para los encontrones. Si el otro se ríe, ¡la hiciste! Entonces es fundamental apelar al ridículo para evitar caer en Tinder. Ideas hay miles de millones, y queremos que aporten con las suyas, pero algo entretenido podría ser escribir una canción muy freak, dedicada al susodicho/a, cantarla y mandársela por audio de wasap. Un ejemplo podría ser (lo siguiente cántese con entonación Guatón Salinas):
“Necesito que estés conectadooo,
para poder volver a tu ladoooo,
Ojala veas este mensajeee,
porque si no me iré a un largo viajeee
Me dedicaré a llorar por los barrios,
Hasta por tu culpa ser portada de diariooos
Seré famosa,
Y tú habrás perdido a la mujer más hermosaaaaa
No te convieneee oh oh”
Se la canté a mi marido. FUNCIONA. Clínicamente Comprobado.
Esta recomendación es fome. Cliché, difícil, básica y cero freak, pero creo en ella a pies juntillas.
Si nos equivocamos, decirla sin anestesia, con hidalguía, cariño y humildad. Y si pensamos que el otro se equivocó tratar de hacer una autocrítica y pronunciarla por lo que nos corresponda. No sucumbir a ella deja mucho que desear y seguir enfrascado en la rabia después de escucharla… no ayuda. La palabra perdón bien dicha y desde lo profundo del alma es mágica y, sobre todo, hace bien usarla y aceptarla con amor.
Aquí mis recomendaciones para promover más parejas juntas, felices y que sean capaces de resolver sus diferencias con ingenio, alegría y creatividad. Aporte ideas querido lector, porque hay una realidad matemática que dijo el pacifista sudafricano Desmond Tutu y que nos afecta a todos: “El perdón es una necesidad absoluta para la continuación de la existencia humana”.