abuelos, tatas, padres, hijos, nietos, familia, cariño, vejez
Imagen: Rodrigo Avilés

Héroes con chalcito: ¿qué haríamos sin los abuelos?

Cariño incondicional, cenas estratégicas para unir a la familia y ayuda cuando más la necesitas, entregan los abuelos. ¿Pero les damos a ellos lo que necesitan?

Por Magdalena Cárcamo @manecarcamo | 2016-05-09 | 11:12
Tags | abuelos, tatas, padres, hijos, nietos, familia, cariño, vejez

Nunca recibí un reto de ellos, me contaron historias sorprendentes, celebraron mis bailes e imitaciones y en una ocasión una de ellas me hizo escribir a mano los cumpleaños de todos los miembros de la familia. Cuando era chica, los abuelos siempre andaban de terno, con esas particulares manos pecosas atadas atrás, caminando a un ritmo tan lento como tranquilizador… aunque tuvieran 60 años. Las abuelas tenían el pelo corto, perfectamente peinado y el zapato reina no se lo sacaban ni para ducharse. Hoy los abuelos de mis niños bailan a la par en los matrimonios, ellas usan zapatillas, cola de caballo, tienen grupos de wasap y pueden compartir en un mismo asado con los amigos de sus nietos.

¿Qué ha cambiado? Mucho. ¿Qué se mantiene? Que aunque pasen los años, las tecnologías, la moda y el reggaetón, los abuelos siempre estarán ahí para una sola cosa: dar cariño, momentos gloriosos e intervenir cuando los padres están dando jugo.

Los abuelos no ponen horarios para irse a la cama, dan Coca Cola a escondidas y se hacen los tontos si un día los niños no se lavaron los dientes. Los abuelos reciben a los adolescentes pateados sin hacer preguntas, con una gran hamburguesa servida en la mesa. Los abuelos encuentran un gran actor al niño que hizo de árbol en Hamlet; gimnasta olímpica a la que se hace la vuelta de carnero en sus camas, y preciosa a la púber a la que le acaban de poner una carrocería completa en la boca para enderezarle la dentadura. Carecen totalmente de objetividad. Y justamente es eso lo que los hace adorables, únicos y necesarios.

Los abuelos son los que hacen los turnos cuando nosotros preparamos informes, conocen a la sicopedagoga y se coimean a los niños para convencerlos de ir al dentista. Muchos de los padres de niños con capacidades diferentes o que han pasado por una difícil enfermedad saben de lo que hablo. Si no hay amor real ahí, no sé dónde, entonces.

Los abuelos modernos le ponen me gusta hasta a una foto de la mancha que el niño de 2 años hizo en una cartulina en el jardín (convengamos que la mamá también está enceguecida de amor) y comentan cada aparición de alguno de sus nietos en cualquier red social. Etiquetan a uno de ellos en un auto que se vende y ahí está la abuela chocha posteando: “PRECIOSO; QUÉ COSA MAS LINDA”.

Los abuelos intervienen cuando los papás andan con la brújula perdida o cuando notan distanciados a sus nietos de sus hijos. Inventan almuerzos, celebraciones chantas y hacen llamado telefónicos con un solo objetivo: mantener la unidad de esa familia que tanto esfuerzo les costó construir.

Si los papás no lloran, es imposible que los abuelos lo hagan. Sólo tienen permiso para hacerlo cuando uno ya es grande y aun así es una imagen impactante. Ver a un abuelo o abuela frágil y entristecido es una imagen desoladora. Porque a los abuelos se les asocia con risas, abrazos, cosquillas y chocolates nocturnos.

Pero ese amor, como todos, se debe cuidar y cultivar. Los abuelos aunque sean una fuente inagotable de generosidad y apañamiento, merecen sentirse queridos, respetados y admirados por los años que ya llevan recorridos.

A los abuelos los niños los llaman por teléfono para contarles el diente que se les cayó, comparten emocionados con ellos el siete que se sacaron en ese control latero para el que tanto se estudió, sobre todo si fue la pobre cabra nula para las matemáticas. A ellos hay que regalonearlos y no abusar de la patudez respecto a los favores que nosotros, los hijos, estamos acostumbrados a pedir.

Como esa campaña animalista que busca promover el cuidado y respeto de los animales “No son Muebles”, a veces siento que con los abuelos se debiera hacer una igual. Los abuelos no son una guardería eterna que no discrimina horarios ni periodicidad. Por muy dispuestos que estén, los papás tenemos que entender que los niños son nuestros y que abusar de esa actitud 24/7 de tantos abuelos, muchas veces termina incluso afectando en nuestro vinculo y la manera en que educamos a nuestros hijos.

A los abuelos se les va a ver aunque haya un panorama mucho más cool o atractivo. Con esto no quiero decir que los niños deben perderse cumpleaños, fiestas o paseos entretenidos. Pero hay que asumir que en la adolescencia, hay una etapa que leerse la guía de teléfonos completa parece más adrenalínico que ir a ver los tatas. Y bueno, ahí está el papel de nosotros, los padres, en mostrarles que los vínculos se protegen y mantienen con la preocupación cotidiana. Que sin el cuidado de nuestros viejos, la memoria de un país, las tradiciones y el valor de la historia se perderán para para siempre…sin vuelta atrás.

Y cuando estés angustiado, sin respuestas, perdido por ahí, recuerda ese simple y claro proverbio italiano que tanto me gusta: “Si nada va bien, llama a tu abuela”. Tan cierto ¿no?.

¿Cómo son (o eran) tus abuelos? ¿Cuál es tu mejor recuerdo con ellos?

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Comentarios
Valentina Romero | 2016-05-09 | 11:57
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Que bonito texto sobre abuelitos!! lamentablemente mi relación con abuelos fue muy pobre. Me hubiera encantado tener a estos abuelos descritos aquí; sin duda el punto más importante es que los abuelos no son muebles, ni inservibles ni niñeras eternas (sin horario o remuneración), me ha tocado ver muchos casos donde parecen seres abandonados o abusados por sus hijos, les entregan a los nietos (por no decir pequeños demonios) que tienen que cuidar como hijos propios, ojalá hubiera conciencia de los hijos con sus propios padres y también conciencia por parte de un estado que pareciera que los abandona cada vez más y se acuerda de ellos solo en invierno para hacer noticia con un bono.
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Angela Millar | 2016-05-09 | 13:58
0
Que lindo, pero yo no tengo de esas historias, mi abuelo paterno y mi abuela materna murieron mucho antes que yo naciera, y con los otros, no tuve relación cercana. Debo destacar, que mis papás se han vuelto abuelos fenomenales con mis sobrinos, ayudan con el cuidado de los nietos de una manera impresionante y siempre con diversion y mucho amor. Es bueno tener alguien de confianza que ayude en la crianza de los niños, esta generación de adultos trabaja demasiado y tiene poco tiempo para esta con los niños, sobre todo en vacaciones de invierno/verano.
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Nicolás Ignacio Arancibia Godoy | 2016-05-09 | 15:39
0
Sólo decir, que los quiero realmente mucho.
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Nicolás Ignacio Arancibia Godoy | 2016-05-09 | 15:40
0
No es por ser malo, pero diría que mi vínculo con ella (Mi abuela) es mayor que la que tengo con mi madre, y no nos llevamos mal.
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Paper Luis | 2016-05-09 | 16:54
0
Con mis abuelos no tuve esta relación descrita: a los paternos los vi postrados en cama... (y así y todo mi Yayita me consentía con dulces y cariños) y por parte materna no recuerdo a mi abuelo... y mi abuela no fue tan cercana.
Y ahora, si bien tengo diferencias con mi suegra, no tengo nada que reprocharle en su rol de abuela: si hay alguien que le hace barra a mi enano es ella, todo es hermoso, el es inteligente, talentoso y es un sol. Y me agrada que así sea, porque nosotros como padres no podemos aplaudirle todas las barrabasadas que hace el retoño... pero es muy sano que alguien si lo haga.
Saludos
@paperluis
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Paloma Gonzalez | 2016-05-09 | 18:02
0
Grande mane!!! Me gusto mucho
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Arlene Musume | 2016-05-16 | 10:32
1
ufff, me saco lagrimas tu texto Mane.
yo tuve una relacion super cercana con mis abuelos, tanto maternos como paternos.
mis abuelos maternos vivian en el sur, y cada vez que ibamos a visitarlos mi abuelito me pedia que le contara un chiste que le conte una vez cuando tenia como 5 años. Me encantaba, y siempre se lo contaba una y otra vez y el siempre se reia como si fuera la primera vez que lo escuchaba. El tenia una fuente de soda, y siempre me llamaba para que me comiera un completo o unas papas fritas, a mi mamá le cargaba, porque despues llegaba a la hora de almuerzo sin hambre "y nadie sabia porque". Yo solo miraba a mi abuelito en la mesa y nos reiamos calladitos por la "maldad" que habiamos hecho. Mi abuelita siempre andaba pendiente de nosotros, me llevaba a la feria a comprar y me pedia que la ayudara con las cosas de la casa desde chiquitita.

De mis abuelos paternos recuerdo muchas mas cosas, porque ellos vivian en santiago tambien, asi que yo pasaba practicamente todos los dias en su casa (vivian a una cuadra de la mia). era el punto de encuentro para todos los primos, mi abuelo amaba vernos jugar en el patio con los perros. se reia cuando llegabamos llenos de pulgas por jugar dentro de la casa del perro (era un gran danes, imaginense el tamaño de esa casa), nos pasaba plata para que compraramos chocolates en un negocio que estaba al lado de la casa, con la condicion de que no le dijeramos a nadie. y claro, a la hora de almuerzo tenian 4 cabros chicos sin una pizca de hambre. Como jugabamos todo el tiempo en el patio quedabamos inmundos, ademas mi abuelo tenia una imprenta, ni les cuento las veces que nos metimos al taller a meter las manos a los tarros con tinta. Ahi venia mi abuela y nos pescaba de a dos y nos metia en una tina inmensa que tenia en el baño. Al agua los 4 antes de tomar once. y ahi estabamos limpiecitos de nuevo para irnos para la casa. yo viví por un par de años con mi abuelita, despues de que mis padres se separaron (me quedé con mi papá). Mi abuelita me enseño a cocinar, yo era su parthner en la cocina, solo a mi me dejaba estar ahi cuando cocinaba, a todos los demas los echaba.
Cuando ella fallecio unos años atras fue muy triste para todos, pero a la vez no tanto, ya que todos compartimos con ella a mas no poder, y fallecio en su cama rodeada de sus hijos, nietos y bisnietos. nunca voy a olvidar todas esas cosas hermosas que me dieron mis 4 abuelos.
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