Marzo es el mes en el que el gobierno enviará al Congreso la nueva Ley de Migración, que reemplazará a la actual Ley de Extranjería que data de 1975, la que muchos opinan que trata el tema de migración como una amenaza y no como un derecho. Esta nueva ley incluirá todos los derechos, deberes y sanciones de los migrantes y extranjeros residentes en Chile, y tendrá como base la integración y la apertura a los tratados de derechos humanos que ha suscrito Chile en este largo período.

Y es que el aumento de inmigrantes y refugiados en Chile ha crecido en un 123% respecto al último Censo de 2002, según el Anuario Estadístico Nacional de Migración realizado por el Departamento de Extranjería del Ministerio del Interior; por lo que hoy Chile cuenta con 410.988 extranjeros (2,3% de la población total); lo que vuelve una verdadera urgencia la necesidad de adaptar la Ley de Migraciones a la realidad actual, en la que la integración, derechos y oportunidades reales de los extranjeros, como también sus deberes, estén claramente establecidos para ser respetados en su totalidad.

Conversamos con Rodrigo Sandoval, jefe Nacional del Departamento de Extranjería y Migración, quien nos comentó que si bien el porcentaje de migrantes había aumentado, sigue siendo bajísimo respeto a otros países y nos habló de contexto migratorio, prejuicios, de por qué la ley actual está obsoleta y de que es necesario pensar, aceptar y querer un Chile multicultural.

Contexto migratorio de Chile y por qué resulta atractivo para los extranjeros

Rodrigo nos contó que las normas migratorias las manejan un concepto utilitarista de las migraciones, es decir mandan a las personas a colonizar a algún lado y las ocupan con algún fin o tienen una política restrictiva o de amenaza.

“El decreto de ley actual es malo pero da cuenta de una realidad. Chile nunca ha tenido tasas interesantes de migrantes, ni siquiera en la época actual. El momento en que más migrantes ha habido en Chile fue en la época inmediatamente posterior a la Guerra del Pacífico (1907) y eso fue porque nos quedamos con territorio en el que vivían peruanos y bolivianos que pasaron a ser habitantes de Chile. Estamos hablando de un 17% de la población chilena total. Hoy es de un 2,3%”.

“Nosotros geográficamente estamos determinados por el enclaustramiento. Tenemos cordillera, mar, desierto, hielo. No hay una vocación natural hacia el horizonte. No es como pasa en EEUU que además de que tienen una importante población migrante, ellos siempre hablan de que el desarrollo es ir más allá del horizonte, más allá de donde hemos descubierto. El sentido de descubrimiento, de exploración está muy metido en la lógica norteamericana y en todos esos grandes países que tienen conciencia y despliegue. Eso Chile no lo tiene, entonces culturalmente tenemos una desconfianza con lo extranjeros, sea porque los miramos en menos o porque los miramos en más”.

“Chile se transformó en un destino atractivo, primero porque los migrantes europeos: croatas, españoles, italianos, serbios, siempre fueron los más pobres de sus países y su migración era de largo plazo o definitiva. Y desde el año 90 hasta la fecha el mayor porcentaje de migrantes que llegan a Chile son de América Latina. ¿Por qué?, porque en esa época pasó que Chile estaba viviendo una estabilidad política y un crecimiento económico. Chile en relación a los otros países de la región era una isla de tranquilidad y de bonanza económica. Era la época de la Argentina de Menem, en el Perú de Fujimori, en la Venezuela que empezaba su crisis después de la caída del petróleo, en Ecuador con Bucaram, Colombia con la guerrilla y el narcotráfico, etc. Entonces este jaguar de Latinoamérica que era Chile, esta transición modelo en que se había transformado la de Aylwin, se transformaron en factores súper atractivos para venir a hacer una vida acá”.

Por qué la ley actual está obsoleta

Rodrigo comenta que la ley de Extranjería actual aborda el tema migratorio desde un punto de vista administrativo, del control, de la desconfianza, de la amenaza. No hay una mirada desde el punto de vista legislativo que diga a ver cómo aprovechamos la migración. Y que el decreto no hace otra cosa que reflejar la tradición chilena de que la migración es una amenaza o que la ocupamos para lo que nos convenga.

“En el teatro migratorio que está compuesto por sociedad de acogida, sociedad de origen y el migrante, la sociedad de acogida y el migrante siempre ganan, pero la sociedad de origen, la que crió, alimentó y calificó a ese migrante que cuando tiene edad laboral se manda a cambiar y se va a aportar a un lugar donde no han puesto un peso por ellos, entonces la migración cuando no se regula bien, cuando no se desarrollan políticas interesantes para poder administrar, termina pasando que se consolidan los procesos de precarización económica en las sociedad de origen”.

“Entonces por ejemplo, cómo va a desarrollarse Haití si los pocas personas calificadas se vienen a trabajar a Chile, o Ecuador, todos los médicos se vienen a Chile, y se desarrolla una cultura rentista porque a través de las remesas empiezas a acostumbrar a las personas de allá a vivir de la plata que les llega de acá. Entonces también las estructuras de origen terminan viéndose afectadas por la falta de regulación y la falta de políticas acertadas en términos de cómo nosotros traemos capital humano”.

“La actual es una política migratoria consagrada legalmente y es segregadora, excluyente, restrictiva e incluso fascista, porque favorece los intereses de los nacionales vs el extranjero. Y no existen razones morales ni económicas para que nosotros debamos darle un tratamiento preferencial a los nacionales por sobre los migrantes. Tributan lo mismo, trabajan lo mismo, les duele lo mismo, inciden en lo mismo. Uno tiene que entender que las distinciones entre nacionales y extranjeros cada vez tienen menos sentido y son contraproducentes en términos de integración y de desarrollo económico… y la verdad es que todas las cifras y el conocimiento acumulado demuestra que el inmigrante es todo lo contrario, es una oportunidad, es un impulso para la economía y la sociedad”.

Por qué es importante la nueva ley

“Porque la actual normativa tiene déficit institucionales relevantes y hoy la gran mayoría de turistas que entra a Chile son personas que vienen a trabajar, porque la ley no considera un formato laboral, para venir a buscar trabajo. A Chile tú puedes entrar con visa de turista y puedes trabajar con una visa tramitada desde el consulado sujeta a contrato temporario o como estudiante. Entonces una persona que viene a buscar trabajo no le queda otra que mentir. Una institucionalidad que no reconoce la intención migratoria del 80% de su población migrante está condenada a ser sobrepasada”.

“Otro problema es que la gente piensa que en Chile hay un descontrol migratorio. Nosotros tenemos toda la información que permite demostrar que los migrantes trabajan en un 70% mientras los chilenos lo hacen en un 52%. Está la sensación de que en Chile no hay requisitos para entrar, y la verdad es que Chile es uno de los países más restrictivos y donde más problemas les ponen para ingresar, y esto es porque no hay quien lo comunique desde el gobierno mismo. Entonces, cómo podemos transmitir en Antofagasta estas realidades, cómo decirles que de cada 6 personas que han llegado a vivir a Antofagasta, 5 son nacionales y 1 solo es extranjero”.

“Se instala el mito de que está lleno de extranjeros cuando eso no es así. Pero cuando vas al centro de Antofagasta o de otras ciudades vas a notar que está lleno de afro descendentes por ejemplo, pero eso tiene que ver que cuando los extranjeros se instalan en las ciudades siempre lo hacen en los cascos históricos. Porque llegan a los lugares donde buscan trabajo, donde encuentran habitación rápidamente, donde puedan hacer sus trámites migratorios; y después cuando piensan en traer a sus familias, empiezan a buscar destinos más alejados”.

“La ley está sobrepasada. Chile es un país con tasa de natalidad inferior al necesario para que la población no disminuya. Ya bajamos del 2,1 hijos por mujer, por lo tanto estamos en un proceso de decrecimiento demográfico y por lo tanto las proyecciones te dicen que de los cupos de trabajo que se van a liberar en los próximos 10 años, la mano de obra chilena está en condiciones de cubrir solo el 35%. Entonces, desde el punto de vista institucional, demográfico y económico Chile necesita la migración”.

“Y por otra parte, una de las características que tenemos como chilenos es que somos completamente ninguneadores entre nosotros. Somos una sociedad cerrada, gris y poco democrática. No somos una sociedad que respete al otro. Cuando te acostumbras a tener extranjeros acá, empiezas a abrirte a esa posibilidad y por lo tanto la migración también es una necesidad desde el punto de vista de la democratización”.

“También es necesario cambiarla porque la migración es incontrarrestable. Tú puedes poner todas las barreras que quieras pero los migrantes van a seguir llegando. Chile se va a llenar de migrantes, como pasa en todo el mundo por lo demás. Y lo que está pasando es que nuestra legislación actual no es capaz de hacer frente a esta realidad, y por eso entran de manera ilegal, son vulnerabilizados. Y nosotros como Estado estamos dejando fuera de prestaciones a una cantidad de personas que tarde o temprano ellos o sus hijos van a ser parte de la sociedad chilena”.

Qué cambios trae esta nueva Ley

La nueva ley cambia el enfoque de amenaza por un enfoque de derecho y cambia un enfoque administrativista de la migración por uno de gestión adecuada en los flujos migratorios como recurso valioso. Hoy sólo existen requisitos administrativos.

“La nueva ley considera un servicio nacional de migraciones con despliegue nacional, que esté en condiciones de regular administrativamente la migración pero también de hacerse cargo de sus distintas dimensiones sociológicas que habla de meterse en educación, cultura, salud, vivienda”.

“Hay novedad también en el formato de visa. Hoy nosotros tenemos pocos restrictivos formatos de visa por lo que tenemos una gran cantidad de extranjeros que viven de forma irregular. En la nueva ley proponemos una amplia oferta de formatos migratorios para que toda persona que tenga un motivo migratorio legítimo tenga una respuesta administrativa respecto a los requisitos que necesita para poder entrar a Chile”.

Pero por sobre todo, el anteproyecto - al que tuvimos acceso - enfatiza como principios el respeto a los derechos humanos, la promoción de la inclusión de los migrantes en la sociedad, la igualdad ante la ley, el acceso a información oportuna sobre admisión, estadía y egreso del país, y la regularidad migratoria (que el Estado facilite a los extranjeros que tengan un motivo migratorio lícito, la obtención de permisos necesarios para su residencia en el país).

Por otra parte el proyecto expone la obligación de velar por las necesidades de los niños y adolescentes, la igualdad de género y las acciones necesarias para prevenir y reprimir el tráfico ilegal de migrantes y la trata de personas y define los derechos de salud, educación, laborales, de nombre y nacionalidad, de seguridad social y de debido proceso como cualquier chileno.