¿Volverías a ser un estudiante? ¿Hacer trabajos en grupo, disertaciones, ir a clases? No puedes retroceder el tiempo a tus días de novato, pero sí entrar nuevamente a estudiar. Es una opción que miles de personas en el mundo están tomando para perfeccionarse profesionalmente y engrosar su currículum (y experiencia). Siglas varias como MBA, LLM, MPP y otros magíster y postgrados existen para aportar con nuevos conocimientos, ayudar a definir un área específica de acción e, incluso, a encontrar la vocación profesional.
Muchos no dan el paso, porque cuesta caro, no consiguieron becas o porque no se motivan con volver a pasar noches en vela leyendo textos para una prueba. Bueno, para todos ellos, existe un magíster gratuito, donde no hay que estudiar y es más efectivo que muchísimos otros.
Es el voluntariado, un arma de doble filo en el buen sentido de la palabra, porque tiene dos grandes consecuencias y no hay donde perderse, es un win-win que todos quienes han participado de él pueden atestiguar. "Es transformar para transformarse", dice Florencia Zulueta del equipo de América Solidaria.
Por un lado el voluntariado tiene importantes consecuencias en el desarrollo de la sociedad, al ayudar a las personas más necesitadas en los más variados ámbitos que nos podamos imaginar. Es una actividad sumamente necesaria. ¿Has pensado cómo serían las sociedades sin el trabajo de los miles de voluntarios de todas las ONGs?
"El voluntariado debe ser una de las acciones que más debiésemos valorar como sociedad, y creo que estamos al debe con esto. Cuesta mucho salirnos de nuestro metro cuadrado, ir más allá de nuestros intereses... Desarrollar la empatía en estos tiempos es un gran desafío, y ponerse en los zapatos de personas que no pertenecen a nuestro círculo cercano resulta complejo. Esa persona, que vive una experiencia única de entrega, de conocimiento, de compartir, de aprendizaje y de relacionamiento... cambia para siempre su vida. Se transforma. Y el día de mañana la gracia que tiene es que al marcarlo, su trato con otros/as será más justo, igualitario y respetuoso. ¡Ojalá todos los líderes, autoridades y grandes empresarios de la sociedad hubiesen vivido una experiencia así!", dice Florencia.
No es casual que estos cinco líderes chilenos estén donde estén. Todos tomaron un misma decisión cuando pescaron su mochila para partir a otro país sin tener claro con qué se iban a encontrar: fueron de voluntarios de América Solidaria y trabajaron por un año aportando desde su profesión. La experiencia se convirtió en un viaje sin boleto de regreso que marcó su futuro.
Lo ganado es mucho: conocer realidades adversas tan de cerca, que no se puede pensar en hacer otra cosa por el resto de la vida que trabajar para que eso cambie; aprender a valorar lo que se tiene; vivir con menos necesidades; ver de la vida de otra manera; poner en práctica las capacidades profesiones en contextos complejos; delinear la propia vocación y unir causas más allá de las fronteras nacionales; conocer, comprender y empatizar con otras culturas; hacer nuevas amistades; comprometerse con otros.
Esto es parte de lo que ven a partir de su experiencia. Para ellos, el voluntariado no los dejó indiferentes y eso lo podemos ver aquí con su propio testimonio. Estos son cinco líderes chilenos de los cientos de egresados de los "Magister de Solidaridad".
Presidenta y fundadora de Leche para Haití, que ayuda a niños y niñas de 0 a 3 años a combatir la desnutrición severa a través de un trabajo en terreno en base a los lineamientos del Ministerio de Salud haitiano, donde aportan también los insumos para que el programa se desarrolle.
"Yo creo que la experiencia de voluntariado, me ha entregado la posibilidad de conocer la realidad de Haití y, lo central para mí, poder seguir trabajando para que ésta (...) vaya cambiando. Además me ha llevado a conocer grandes amigos y aprender muchas cosas. Yo creo que en lo que más me marcó todo esto, es que me ayudó a valorar lo que yo tengo, que tener alimentación, salud, agua potable, electricidad no es obvio, y a estar agradecida de las posibilidades que he tenido, pero también a darme cuenta que no es necesario tener todas esas cosas o muchas cosas para ser feliz y disfrutar las pequeñas cosas del día a día".
Consultor en Protección Vegetal de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en su sede regional. Ha llevado a cabo programas y proyectos en el área de gestión de plagas, plaguicidas y recursos fitogenéticos, así como en la gestión de sistemas agroalimentarios, donde la cooperación entre países y la inclusividad de la agricultura familiar han sido claves.
"Por una parte mi experiencia de trabajo en República Dominicana, en el contexto del voluntariado a través de América Solidaria y en la cual tuve la ocasión de trabajar directamente con hombres, mujeres y niños de comunidades rurales, sirvió para delinear mejor mi vocación de servicio público (…) Por otra, la cual es de orden muy práctico, en esta misma experiencia de trabajo conseguí poner en práctica y desarrollar mis propias capacidades profesionales, en contextos complejos, lo que me ha permitido acceder a otros trabajos, como en la FAO. Pero tal vez lo más importante, tuve la oportunidad de conocer y comprender otra cultura bastante de cerca, ocasión que no había tenido en Chile, a pesar de que este país ya es muy diverso. En este sentido creo que disfruto mucho más que antes de la diversidad y la respeto".
Trabaja en el Ministerio de Educación, participando en la coordinación del equipo Escuela, representando al nivel de Educación Parvularia, una nueva organización que se propone favorecer la trayectoria educativa, resguardar la continuidad de los aprendizajes y la experiencia escolar de niños y niñas, poniendo particular atención al ciclo de 4 a 8 años.
"Uno de mis temas siempre presentes, tiene que ver con la niñez migrante, cada vez más visible en nuestro país, o con idea amplia de inclusión. Esta especial atención es porque lo vi y lo viví fuertemente en mi experiencia como voluntaria en Ecuador. La experiencia de voluntariado es tan completa y tan intensa en términos del ejercicio personal, y de la reflexión sociocultural que elaboras, es como si tu cabeza y tu ser, cambiaran para siempre de paradigma, y hagas lo que hagas hay ciertas ideas acerca de como concebir la vida en sociedad de las que no puedes abstraerte. Hoy sigo estudiando para profundizar estos temas, porque tengo la absoluta convicción de que tenemos mucho por hacer aun. Generalmente me cruzo con voluntarios retornados de América Solidaria, llega a ser chistoso cuando nos encontramos en seminarios o reuniones formales, pues nos reconocemos fácilmente, y me encanta ser testigo de cómo cada uno está aportando con su mirada, estemos donde estemos"
Lidera el área Interculturalidad y migración del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes. Se encarga de coordinar, con otras instituciones públicas, las políticas culturales para las comunidades migrantes en Chile. Con esto se busca visibilizar los aportes de estas comunidades al desarrollo cultural de la sociedad de acogida, promover la inclusión de sus comunidades y mejorar la gestión de los servicios públicos.
"El trabajo que desarrollé en América Solidaria tiene todo que ver con esto, con lo que hago hoy en día. En primer lugar, la ONG donde trabajé, el Centro de Estudios Sociales y Publicaciones (CESIP), me permitió comprender cómo debe funcionar un programa de intervención integral y a gran escala. La experiencia de vivir en el Perú, además, me dio la perspectiva de ser migrante. Aunque siempre tuve la certeza que la experiencia se acabaría terminado el año, nunca pensé que esto realmente se quedaría conmigo. Me he podido desarrollar en lo que hago en gran medida por las amistades que se fortalecieron en esa experiencia. Pero también me sirvió para hoy poder empatizar con los hermanos latinoamericanos que están llegando a Chile".
Directora Ejecutiva de la fundación Colunga, que ofrece un fondo de inversión social latinoamericano y apoya a otras ONG que trabajan por la superación de la pobreza, para que su trabajo tenga más impacto e influya en las políticas sociales. Además trabaja desde hace años por las personas en situación de calle y hoy a través de Calle Link, un movimiento latinoamericano que lucha por el reconocimiento de los derechos de las personas sin hogar.
"La experiencia de América Solidaria me dio la posibilidad de vincularme de distintas maneras y de una forma mucho más profunda, especialmente con Haití, una sociedad llena de riquezas. Los vínculos personales son posibles de traducir en una causa que hace que uno se termine dedicando a esto. Ser voluntario a uno lo pone en un posición bien privilegiada, porque no solo se trata de servir a los demás, sino de recibir. La consciencia de ser privilegiada en ese ámbito, hace que haya tomado un camino de vida importante (…) El voluntariado no solo es un viaje, sino una experiencia que puede transformar hartas cosas más y comprometerlo a uno con las sociedades, los países, mas allá de la frontera (…) ver con perspectiva. Trabajar por lograr cambios en el mundo, incluso si no lo ven mis nietos, lo verán mi bisnieto y eso vale la pena".