Esta nota es una actualización de la que originalmente fue publicada en 2015, hoy la destacamos pues la Ley de Respeto Callejero acaba de ser publicada en el Diario Oficial.
Para muchos el piropo en la calle por parte de un desconocido/a, ya sea éste amable o con una connotación sexual, es parte de un rasgo cultural del “ser chileno”, por lo que lo aceptan como algo inevitable o simplemente lo ignoran. Pero para otras personas, un piropo desagradable puede ser considerado una insolencia, un acoso o la previa del abuso. ¿Quién pone el límite, si la calle es de todos?
Hace casi cinco años se presentaba el proyecto, pero ahora finalmente ha sido aprobado y publicado en el Diario Oficial.
Aprobado por unanimidad en la Cámara de Diputados sanción al acoso sexual en espacios públicos! Una moción parlamentaria al que el Gobierno puso urgencia y será ley en las próximas semanas, dando un paso importante como país por el pleno respeto y la seguridad de las mujeres pic.twitter.com/BUMTegHCF6
— Isabel Plá (@isabelpla) April 3, 2019
El acoso callejero es considerado una forma de violencia de género que hasta recientemente no era reconocida en nuestro país a nivel legal. Pero acá y en muchas otras partes, ya ha empezado a visibilizarse y considerarse como un problema que afecta a toda la población.
En marzo del 2015, diez diputados —entre ellos Camila Vallejo, Karol Cariola (PC), Karla Rubilar (Amplitud), Gabriel Boric (Independiente), Giorgio Jackson (Independiente) y Marcela Sabat (RN)- con el respaldo de la Unión Europea, ONU Mujeres y del Ministerio de la Mujer; presentaron al Congreso el proyecto de Ley de Respeto Callejero, que busca sancionar aquellas actitudes cometidas en vía pública que puedan ser consideradas acoso sexual.
Este proyecto nació luego de que el Observatorio contra el Acoso Sexual Callejero (OCAC), presentara un estudio de opinión pública —encuesta aplicada entre el 18 y el 28 de febrero de 2014 vía web a 3.234 personas entre 10 y 64 años de todas las regiones del país- que reveló que nueve de cada diez chilenos (84,2% de los encuestados) estima que estas prácticas de violencia deben ser sancionadas por ley, y que el 76% de las mujeres declaró haber sufrido alguna forma de acoso durante los últimos 12 meses.
El texto presentado por los diputados establecería multas para aquellas conductas de carácter sexual sin contacto físico y penas para aquellas que tengan dicho contacto. Aclaramos que NO entran en sanciones los simples piropos.
Y el pasado miércoles 3 de abril, la Cámara de Diputados despachó el proyecto, por lo que la iniciativa finalizó su último trámite y está lista para convertirse en ley.
¡¡Se aprobó ley q sanciona Acoso Sexual Callejero!! Me siento muy feliz y orgullosa de que nuestro proyecto de ley aprobara en la @CamaraDiputados en su último trámite legislativo, ahora será Ley de la República. Les dejo una minuta de @ocacchile impulsoras principales del PDL pic.twitter.com/gVC7FtYEcl
— Karol Cariola Oliva (@KarolCariola) April 3, 2019
El fin de esta ley es permitir que todos los chilenos y chilenas se sientan seguros y libres de transitar por los espacios públicos, sin la amenaza de ser violentados, ya sea a través de actos verbales o no verbales.
“Será acoso callejero un acto de connotación sexual, que ocurra en lugares públicos, contra una persona que no lo desea, sea hombre o mujer, afectando su dignidad y/o derechos fundamentales”, es la definición del OCAC sobre la práctica común.
Esto ocurre de “manera cotidiana, con importantes consecuencias psicológicas negativas en sus víctimas: miedo, rabia, asco, inseguridad, entre otras”, indican en el organismo.
Y dentro de esta definición tipifican actitudes como: miradas lascivas, piropos suaves y agresivos, silbidos, besos, bocinazos, jadeos, gestos obscenos, comentarios sexuales, fotografías o grabaciones no consentidas, tocaciones, persecución y arrinconamiento, masturbación y exhibicionismo.
Hay multas para algunos, presidio para otros, pero también con opción de alternativas para educar.
“Necesitamos decir basta, necesitamos denunciar públicamente cuando sufrimos una agresión o cuando somos testigos de la agresión hacia otra persona. Necesitamos que el acoso sexual callejero sea reconocido como una forma de violencia de género, que existan cambios educativos y culturales potentes para que la sociedad rechace estas conductas”, menciona el OCAC en su manifiesto.
Es por esto que el Proyecto de Ley establece que tres tipos de conductas recibirán multas, que varían entre 1 UTM ($48.160) a 20 UTM ($963.200), dependiendo de la gravedad:
- Acoso sexual en actos verbales y no verbales: En este caso se otorga la elección de reemplazar la multa por disculpas públicas que otorgue el acosador/a al acosado/a. Y nuevamente reiteramos que los piropos no entran en las sanciones. OCAC nos aclaró que éstos no son delitos, como tampoco las miradas lascivas, y que éstos últimos actos solo se tomarán desde la prevención y educación.
- Acoso sexual mediante captación de imágenes, videos o cualquier registro audiovisual del cuerpo de otra persona o de alguna parte de él.
- Acoso sexual consistente en abordajes intimidantes: exhibicionismo o masturbación, persecución a pie o en medios de transporte.
Y aquellos que involucren contacto físico de carácter sexual, serán sancionados con presidio menor en su grado mínimo en vez de la multa, sin perjuicio de poder aumentarse en un grado esta pena (de 61 a 540 días) a quienes cometan el delito descrito contra menores de edad, adultos mayores, mujeres embarazadas, personas discapacitadas, personas cuya movilidad se encuentre reducida y aquellas que se encuentren en estado de intoxicación temporal, acentuando el delito si es cometido en compañía de otras personas o con pluralidad de participantes.
En todo caso, las multas y la pena privativa podrán sustituirse por asistir a, mínimo, cinco sesiones de sensibilización sobre acoso callejero.
Esto porque, como explicó el OCAC, “el objetivo esencial de tipificar faltas no es repartir multas a destajo por cada comentario sexual que ocurra en el espacio público, sino empoderar a las víctimas, quienes necesitan acogida luego de sufrir una agresión”.
“Las medidas alternativas de este proyecto apuntan al cambio cultural a partir del reconocimiento del otro u otra. Por eso las disculpas públicas, por eso la educación. No pretendemos que la gente deje de acosar por miedo, sino que a través del aprendizaje comprenda que sus actos son dañinos y atentan contra los derechos de los demás”, agregaron.
Al mismo tiempo, contribuye a generar otros cambios, como dijo María José Guerrero, presidenta de OCAC: “preparar y a educar de mejor manera sobre este tipo de violencia sexual no solo a la sociedad civil, sino que también a instituciones que reciben denuncias de este tipo de delito”.
Para hacer la denuncia, OCAC dice que son necesarias la mayor cantidad de pruebas posibles: fotografía del agresor, grabaciones o testigos. Con este material, hay que acudir a Carabineros, Policía de Investigaciones o Fiscalía lo antes posible para formalizar la denuncia.
Si no hay pruebas, de todas formas recomiendan denunciar, ya que pueden alertar en el sector donde ocurrió, además de visibilizar que este problema debe ser atendido a nivel de seguridad pública.
No solo en Chile, en muchos países las y los ciudadanos se están movilizando para que esto se termine y todos podamos caminar por la calle sin miedo o incomodidad.
"Creemos que el acoso en la calle impide la igualdad de género y debe tomarse en serio porque el acoso en la calle es a menudo un problema invisible y se descarta por ser una 'molestia menor', 'una broma' o una falta de la persona acosada '', dijo la representante de ONU Mujeres, Brenda Andrias.
Entre el 7 y el 13 de abril, más de 30 países se movilizaron en la novena semana anual internacional contra el acoso callejero para generar conciencia sobre la magnitud del problema.
Finalmente, con este tipo de proyectos, iniciativas y especialmente movilización ciudadana, se trabaja para que actitudes inaceptables por fin dejen de ser normalizadas y se generen consecuencias reales.