Muchas veces, las comidas favoritas de los niños no son precisamente las más sanas para su cuerpo. La mayoría comería encantado hamburguesa con papas fritas y pizza todos los días, y hemos visto que estos gustos, unido a la falta de educación alimenticia (además de los malos hábitos de los padres), derivan en graves problemas de obesidad.
¿Y qué pasa cuando tratamos de darles comida más sana? ¡No me gusta! ¡No tengo hambre! ¡Está mala!, son algunas de las frases dicen muchos niños, sobre todo cuando llega la hora del almuerzo escolar, donde no tienen quién los consienta en sus gustos.
¿Qué se puede hacer frente a esto? ¿Cómo encantarlos con la comida sana?
En Japón encontraron una solución que aplicaron al sistema escolar y ha dado buenísimos resultados. Para ellos, un buen almuerzo es clave para una buena educación, por eso la hora dedicada a esta comida no es un trámite más durante el día, todo lo contrario es un tiempo valioso para compartir y aprender. Gracias a eso, hoy, en el país asiático los niños se alimentan bien y disfrutan la comida saludable.
Este plan de alimentación, Shokuiku, nace en 2005 y fue mejorado en 2007 para entregar mayor información nutricional a los escolares. La idea es que los alumnos entiendan lo importante que es una buena alimentación y así evitar la obesidad y malos hábitos en el estilo de vida. Algunos de los objetivos son:
● Desarrollar una comprensión adecuada de dietas y hábitos alimenticios saludables
● Enriquecer la vida escolar y fomentar la sociabilidad
● Fomentar una comprensión de la cultura alimentaria tradicional
● Promover una actitud de respeto de la vida y la naturaleza a través de la comida
Los resultados han sido positivos en la salud y hábitos de los alumnos: disminuyó el ausentismo escolar gracias a la educación nutricional que han recibido, están interesados en saber y aprender sobre los alimentos y sus nutrientes, son menos los niños que se saltan el desayuno, son pocos los que dejan comida en el plato y la calidad de vida ha mejorado.
En primer lugar, los ingredientes con los que preparan la comida en las escuelas de Japón provienen de la agricultura local, o incluso, en algunos casos, del huerto de la misma escuela. Luego, es un grupo de cocineros el que se encarga de preparar el almuerzo, que no se trata de comidas muy producidas ni mucho menos, sino de alimentos sanos y nutritivos.
Cuando llega la hora, los niños japoneses ordenan sus mesas escolares, y cada uno saca su individual, y palillos (no hay un comedor, almuerzan en la sala con un profesor). Se turnan para servir la comida preparada, y es una tarea que se toman con mucha responsabilidad. Cada uno tiene una misión, para que todo funcione bien.
Como una buena alimentación es fundamental y se toman el tiempo necesario para disfrutarla, el almuerzo es una oportunidad para aprender sobre nutrición, la cultura e historia de su país. Por eso, en la mesa aprenden modales y sobre alimentación saludable, mientras el profesor a cargo da el ejemplo y supervisa que no quede nada en los platos. Bueno, pero eso no es problema, porque los niños se “pelean” la comida del compañero que falta a clases, así que el que gana en el cachipún se lo lleva (literal).
Al finalizar el almuerzo, todo queda como si no hubiese pasado nada. Todos los niños cooperan no solo con la limpieza del piso, sino también baños, pasillos y escaleras. Y no es porque no haya personas que puedan limpiar el colegio, la razón de esta costumbre es enseñarles a los niños a cuidar y valorar lo que tienen. Algo que demostraron al mundo, por ejemplo, en el mundial de fútbol en Brasil: cuando terminó el partido, los hinchas limpiaron la basura que había quedado en el estadio.
En Chile, la buena alimentación de los escolares también es un tema que preocupa y sobre todo con la alta tasa de obesidad infantil. El desafío es grande y hay que ponerse manos a la obra. Es por eso que este año la Junaeb lanzó el plan Contrapeso para combatirla e impulsar un profundo cambio de hábitos a través de 50 medidas. ¿Cuáles? Impulsar las compras locales, organizar recreos con actividades para los niños, restringir los azúcares libres, y entregar pulseras inteligentes para promover la actividad física, son algunas de ellas. Para conocer más detalles, puedes entrar aquí.