Imagina un Santiago lleno de edificios cubiertos de vegetación, cuyas plantas y arbustos asemejaran a la flora que cubre a un acantilado. Vislumbra techos verdes, parques con grandes árboles en las azoteas de los edificios. Fachadas cubiertas de enredaderas y entornos interiores frescos para pasar las tardes de verano. Paredes entre propiedades que fueran granjas verticales de distintos niveles, donde cosechar hortalizas o frutas. Una ciudad en donde abundara el agua corriente, pequeñas lagunas artificiales y lugares agradables en donde hacer paradas para comer o juntarte con amigos. Imagina toda una red de transporte vial alimentada por energía limpia, paneles solares que ocupasen parte importante de los edificios públicos y que contribuyeran a vivir en un entorno más sostenible.
No se trata de una canción de John Lennon. Una ciudad viva, cuyas edificaciones estuviesen cubiertas de verde, es lo que propone el último informe emitido por Arup, firma global de consultores, ingenieros y diseñadores, para palear los efectos del cambio climático y convertir nuestras grandes urbes en áreas conscientes, sostenibles y mimetizadas con su entorno natural. Porque en El Definido nos importa crear diseños urbanos saludables, hoy te contamos los principales beneficios de cubrir nuestras ciudades de verde.
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Si pensamos en ciudades verdes, uno de los primeros beneficios que se nos viene a la mente es que la vegetación puede reducir los niveles de CO2 en el aire. Y, teniendo en cuenta que el CO2 es un gas de efecto invernadero que contribuye al calentamiento global de nuestro planeta, se trata de una gran ventaja. Pero el informe de Arup va más allá y encontró muchísimos más beneficios.
A finales de este siglo 7 mil millones de personas vivirán en ciudades, según el informe. Esto hará que aumenten problemas urbanos que todos conocemos: contaminación ambiental, acústica, abastecimiento energético, salud física y mental de los habitantes, etc. Fue entonces que expertos de varias disciplinas, propusieron cubrir nuestras ciudades de vegetación en un 20-25%, poniendo énfasis en las zonas más “selladas” por el asfalto, ya sea que se trate de edificios antiguos o nuevos diseños urbanos.
La vegetación podría convertirse en un arma para el cambio en la estructura urbana, colocándola no únicamente en las zonas típicas -parques, plazas y jardines- sino siendo creativos y audaces en su manejo: “ciudades vivas”, edificios cubiertos de naturaleza y entornos en que las plantas sean los protagonistas. Considerando que en 2025 el 56% de la población mundial vivirá en ciudades, consumiendo el 70% de la energía del planeta, ¿no es necesario comenzar a pensar en ciudades sostenibles?
En Arup estudiaron los efectos que tendría "recubrir" de verde cinco grandes ciudades del mundo: Berlín, Londres, Hong Kong, Melbourne y Los Ángeles, ¿con qué se encontraron? Es sorprendente.
No te imagines una isla en medio del Caribe, nada que ver. Se le llama fenómeno de islas de calor, a la acumulación de temperatura en las grandes ciudades a causa de las enormes masas de hormigón y otros materiales que absorben el calor. Esto por el exceso de edificaciones, combinado con la falta de espacios verdes y los gases contaminantes. Es un gran problema, pues la temperatura dentro de las urbes suele ser mayor que en el resto del territorio; la isla de calor aumenta, en la medida en que la ciudad se expande.
Pero las ciudades verdes aminorarían considerablemente este incómodo fenómeno, reduciendo las temperaturas dentro de las ciudades hasta en 10ºC durante los períodos de olas de calor, indica el informe. Paralelamente, se usaría menos air acondicionado y por lo tanto, menos energía, pues los edificios envueltos en verde serían más frescos.
Las grandes avenidas y las calles de las ciudades, actúan como “cañones o embudos de ruido”; los materiales como hormigón, vidrio o ladrillo, rebotan el sonido y así lo aumentan, creando contaminación acústica. Y esto no es sólo molesto, puede generar problemas de salud y estrés ¿Y de qué serviría la vegetación?
Como crece sobre tierra, amortigua el ruido en vez de hacerlo rebotar, absorbiéndolo hasta en un 50%. Así, los espacios internos de las edificaciones serían lugares mucho más silenciosos, apacibles y saludables.
El aire que respiramos en las ciudades es una mezcla de gases, sólidos y líquidos que contienen varias sustancias que pueden ser dañinas para la salud: emisiones de fábricas, polvo, polen, hollín, humo y gases de los tubos de escape de los automóviles. Esta contaminación ambiental es responsable de más de 7 millones de muertes al año en el mundo, asegura la OMS, lo que resulta preocupante. Y aunque no nos demos cuenta, el aire contaminado, se traduce en problemas para la salud pública, como asma y enfermedades pulmonares. ¿Y ahora quién podrá defendernos?
Las plantas otra vez, pues pueden filtrar estos contaminantes, reduciendo las partículas finas y ultrafinas en hasta un 62% (acá un ejemplo para los hogares). Edificaciones cubiertas de verde forman pequeños ecosistemas, podrían ayudar muchísimo.
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Nuestra salud puede verse gravemente afectada por un entorno estresante: contaminación, inundaciones, ambientes ruidosos, pérdida de la biodiversidad, etc. Esto se traduce también en un aumento de las enfermedades al corazón y obesidad. De acuerdo al estudio, el enfoque para abordar el problema de la salud de la población urbana, debe ser múltiple, y el entorno natural cumple una función vital.
Los espacios verdes tienen beneficios tanto físicos como mentales, no solo porque son bellos, sino porque se convierten en lugares donde es deseable vivir y trabajar, donde se puede caminar, relajarse y gozar de actividades al aire libre. ¿Resultado? Gente menos estresada y con mejor calidad de vida (si quieren más sobre el tema, aquí les dejamos un regalo). Además, la naturaleza proporciona a la vista relajo, estética y la idea de permanente regeneración, pues cada estación del año lucirá distinta en el follaje.
Muchas grandes ciudades sufren estacionalmente durante las temporadas de lluvias, pues la selva de asfalto impide que los suelos permeen el exceso de agua, provocando recurrentes inundaciones (sólo es cosa de pensar en el estado en que queda Santiago cuando llueve dos días seguidos, ¡se suspenden hasta las clases!). Lamentablemente, el cambio climático ha aumentado este tipo de fenómenos, los que producen no solo molestias en sus habitantes, sino una serie de pérdidas materiales (¿te acuerdas de los que pasó en Providencia este año?).
En cambio, contar con infraestructura verde ayuda a aminorar los efectos de las inundaciones, pues la tierra y la vegetación actúan como una esponja capaz de retener el agua. A la vez, esto se traduciría en un gran ahorro de inversión en sistemas de retención de aguas pluviales para las ciudades, como bombas y desagües.
No hay nada mejor que escuchar pajaritos en la mañana. Pero si la ciudad crece y crece, las especies de flora y fauna que antes habitaban esas extensiones se ven presionadas; deben migrar y muchas incluso peligran frente a la inmensa demanda de recursos naturales de la población.
En cambio, las ciudades envueltas en verde tienen un gran impacto en la biodiversidad urbana, pues equilibran el sistema ecológico que habita en conjunto con la población humana. Como consecuencia, esto repercute positivamente en la psicología de la gente, quienes agradecen y disfrutan el paisajismo.
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¿Estarían dispuestos a cultivar sus vegetales en la fachada ajardinada de su edificio? Eso es lo que proponen en Arup, que las ciudades tengan el potencial de producir su propia comida, y no tener que recurrir siempre a los grandes cultivos para abastecerse. Un sueño que probablemente a todos nos gustaría ver realizado.
Por otra parte, los huertos urbanos conectan a la población citadina con la tierra; gente que la mayoría del tiempo vive rodeada de concreto. Esto tiene efectos psicológicos positivos, aporta muchísimo al espíritu comunitario y, además, tiene beneficios económicos, pues si tienes una planta de tomates en el jardín, ¿para qué ir a la feria?
El área turística de Santiago es bastante verde (o eso dicen los extranjeros que la visitan), rodeada de cerros islas y con un parque que es considerado uno de los más grandes del mundo. La propuesta de Arup es expandir estas áreas verdes a las fachadas de los edificios, a los techos de los rascacielos y a cualquier espacio en que pueda crecer un pequeño arbusto, ¿crees que sería posible?